Balance 2020

La pandemia barre 360.000 empleos este 2020 y eleva el paro hasta los 3,8 millones

La recuperación de la ocupación en diciembre se frena por los primeros efectos de la tercera ola

La recuperación de la ocupación en diciembre se frena por los primeros efectos de la tercera ola

El paro sufre su mayor repunte anual desde 2009

El paro sufre su mayor repunte anual desde 2009. En la foto, la Oficina de Treball de la Generalitat en la calle de Sepúlveda de Barcelona, el 5 de enero del 2021. /

Gabriel Ubieto

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El 2020 finaliza y la fotografía tras el paso de la pandemia deja 360.000 empleos menos en toda España y unos 724.000 nuevos parados. Los meses de recuperación tras el primer impacto en marzo no han sido suficientes hasta ahora para que el 'paciente' recupere los indicadores de salud que tenía antes del virus. Diciembre cierra el 2020 por encima de los 19 millones de afiliados a la Seguridad Social, las colas del SEPE suman un total de 3,88 millones de desempleados y 755.000 más permanecen en erte. El 2020 se convierte así en el primer año desde el 2014 que no acaba con más ocupados que el año anterior.

Tras el tsunami de marzo, cuando las empresas finiquitaron en masa contratos y dejaron un reguero de más de 800.000 empleos perdidos, el mercado laboral español ha ido dando pasos en su recuperación. Desde la declaración del estado de alarma el empleo registra ocho meses consecutivos de incrementos intermensuales y seis de cada diez empleos perdidos ya se han recuperado. No obstante, las últimas restricciones sanitarias para contener la incipiente tercera ola se ha dejado notar en los datos de este último diciembre y el ritmo de mejoría del paciente se modera.  

El virus finiquita un lustro de recuperación

La pandemia mundial de coronavirus ha puesto fin a un lustro de recuperación para el empleo en España, que todavía no había curado todas las heridas de la quiebra del 2008 y la Gran Recesión. Desde el 2014 que España no cerraba un ejercicio con menos ocupados de los que lo empezó. La desaceleración y el notable agotamiento que ya arrastraba el mercado laboral español lo ha tocado y hundido el virus. El 2020 acabó con 360.105 empleos menos, frente al incremento de 384.373 registrado en el 2019.

La sacudida también se nota en las cifras del paro, que ha escalado con el doble de intensidad que la destrucción de empleo. Diciembre del 2019 cerraba con 3,16 millones de parados y este año ha hecho lo propio en los 3,88 millones. Este último diciembre fue el tercer mes consecutivo de incrementos, en un mes que se caracteriza tradicionalmente por el descenso del desempleo ante la campaña navideña. Y si el incremento del paro no ha sido más intenso y sostenido ha sido, en parte, debido a la novedosa figura habilitada por el Gobierno de los 'ertes de la covid'.

El salvavidas de los ertes

Un total de 755.000 trabajadores han finalizado el 2020 afectados por un expediente de regulación temporal del empleo; una cifra sensiblemente inferior a los 3,4 millones suspendidos registrados durante el primer confinamiento. La incipiente tercera ola apenas se ha notado en el mes de diciembre, a expensas de los efectos de más recientes restricciones.

La variable erte ha sido decisiva en estos últimos meses para evitar que gran parte de los actuales afectados acabaran en el paro. El gasto público ha sido intenso para mantener este instrumento de protección social y ha alcanzado, entre prestaciones a los trabajadores y exoneraciones a las empresas, el 3% del PIB, según ha explicado este martes en rueda de prensa el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. Lo que equivale a cerca de 21.000 millones de euros.

Los ertes de la covid, en las actuales condiciones, vencen este próximo 31 de enero y el Gobierno, la patronal y los sindicatos tienen previsto comenzar a negociar una nueva prórroga a partir de este viernes. El esquema, según el planteamiento del Ejecutivo, será similar al vigente hasta ahora y los posibles cambios "serán cuestión de matiz", según ha manifestado el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo.

Mal diciembre y malas perspectivas

Un comercio a medio gas y una hostelería que durante los últimos meses fluctúa entre el cierre y la restricción de horarios han aparcado el tradicional pico de empleo de la campaña navideña. Y las nuevas restricciones anunciadas en territorios como Catalunya no anticipan un efecto rebote de la campaña de rebajas. La hostelería volvió a perder ocupación y en el último año este tradicional motor de la economía española ha perdido 243.042 puestos de trabajo, lo que representa unan caída sin precedentes del 19,3%.

Esa campaña navideña marcada por la covid se ha notado en el movimiento de contratos registrados, el 22,1% inferior que el año pasado. Todo ello deja un balance general para diciembre en el que la Seguridad Social sumó 26.431 afiliados, el registro más parco en el último mes del año desde el 2012. Y el paro subió en 36.825 parados más respecto a noviembre, el peor registro desde el 2009. La cuesta de enero, clásica para más de un bolsillo y para el mercado laboral tras la efervescencia de las navidades, acumula números para ser especialmente empinada este 2021.

Catalunya sufre las mayores restricciones

El 2020 ha sido especialmente malo para Catalunya, que ha sufrido en mayor medida los efectos del coronavirus que el resto de España. El empleo ha caído en 75.716 trabajadores, hasta los 3,38 millones de ocupados. Ello representa un descenso del 2,2%; tres puntos por encima que la media española. Y peor paradas salen las cuatro provincias catalanas en la comparativa del desempleo. Pues en Catalunya el paro creció en el último año hasta los 497.611 desempleados; lo que representa un alza del 28,2%, frente al 22,9% registrado en toda España.

El 'conseller' de Treball, Chakir El Homrani,  ha justificado el peor comportamiento de las cifras de empleo en Catalunya debido a su "modelo económico más internacionalizado" y con "una mayor afectación debido al turismo"; según ha explicado en rueda de prensa. En este sentido, el 'conseller' ha considerado que los actuales costes del despido para las empresas es "muy bajo" y que el Gobierno debería aumentarlo para evitar fuertes destrucciones de empleo, especialmente entre los colectivos más precarizados.

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