Adicción a las compras

Black Friday: acecha el peligro de las compras compulsivas

El 27 de noviembre se celebra el Black Friday, una de las fechas más consumistas del calendario, y que marca el inicio del periodo de compras por excelencia del año. Este día puede ser especialmente difícil para aquellos que padecen oniomanía o adicción a las compras

El 27 de noviembre se celebra el Black Friday, una de las fechas más consumistas del calendario, y que marca el inicio del periodo de compras por excelencia del año. Este día puede ser especialmente difícil para los que padecen adicción a las compras.

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Alicia Navarro

Alicia Navarro

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La sociedad occidental está acostumbrada a altos grados de consumismo, así como a la exaltación de lo material y del aspecto físico. Estos factores pueden derivar en una compra exagerada de productos que no son de primera necesidad, lo que con el tiempo puede derivar en el desarrollo de una patología. 

“La oniomanía es un trastorno psicológico que consiste en la compra compulsiva generalmente de objetos que no sirven para nada, superfluos, o que no se pueden permitir”, así describe la adicción a las compras el psicólogo clínico en Almería, y miembro de Top Doctors, Ignacio García Vicente.

Esta enfermedad, cada vez, está más afianzada en la sociedad y se estima que un 7% de la población española la padece, según datos de un estudio publicado por BMC Psychiatry. Un porcentaje que se agrava entre los jóvenes, afectando hasta a un 30% de ellos debido a que son un público más vulnerable a la publicidad y a los contenidos de las redes sociales.

“La oniomanía es un trastorno psicológico que consiste en la compra compulsiva generalmente de objetos que no sirven para nada, superfluos, o que no se pueden permitir”

Este actual auge de la adicción a las compras puede encontrar su explicación en la accesibilidad, la rapidez y la cercanía que proporciona internet, de hecho el consumo online ha hecho que aumente un 16% las compras compulsivas.

Además, comprar por internet es un hábito que se ha visto reforzado por la pandemia, un informe de Selligent Marketing Cloud destaca que las compras online han pasado de tener una frecuencia mensual antes de la COVID-19 a semanal, después de ella.

De esta forma, en marzo de 2020, el 31% de los encuestados realizaba compras online de forma mensual y un 28%, semanalmente. Ahora, ese hábito se ha tornado de modo que el 36% compra online cada semana.

“La accesibilidad al mundo global desde un dispositivo en nuestras manos ha cambiado nuestra forma de relacionarnos y también la de comprar. Actualmente, la mayoría de los compradores compulsivos prefieren hacerlo en solitario y online evitando así desplazarse repetidamente a las tiendas y ser vistos por los dependientes”, explica la especialista en Psiquiatría en el centro PSYCO y AEQUO y miembro de Top Doctors, Nieves Gómez-Coronado.

RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LOS PACIENTES

Pero, ¿todo aquel que compra mucho sufre oniomanía? La respuesta es no, este tipo de pacientes tienen una serie de características que los diferencian de los demás consumistas, siendo la capacidad de control la más reveladora.

“A la hora de comprar influye la dopamina, neurohormona transmisora de la impulsividad y de la necesidad de recompensa inmediata, que provoca por lo tanto la pérdida de control”, asegura la especialista en Psicología Clínica en el Centro Psicología BCN y miembro de Top Doctors, Sandra Farrera.

Para estas personas la compra se convierte en una necesidad irrefrenable la cual no pueden contener, “esto les conduce a comprar cosas que ni siquiera necesitan para sentir un alivio momentáneo y se sigue de sentimientos de culpa, arrepentimiento, ira... y el propósito de no repetir la conducta. Este malestar lleva nuevamente a comprar estableciéndose un círculo vicioso”, comenta Gómez-Coronado.

Con esta tendencia al consumo, los pacientes intentan cubrir otras carencias como una baja autoestima, cuadros de depresión, falta de afecto o vacíos internos, y buscar una vía de escape a otros problemas o preocupaciones.

UNA ENFERMEDAD SILENCIOSA

Uno de los grandes problemas que envuelve a la oniomanía es la tardía detección de la enfermedad. Muchas personas que tienen este trastorno ni siquiera son conscientes de ello. 

“Esta patología solo se hace visible cuando hay un grave deterioro llegando a acarrear graves problemas económicos y afectando al entorno social”, cuenta García Vicente. La vorágine consumista en la que vivimos hace que esta adicción pase desapercibida y “esté reforzada de alguna manera por gran parte de la sociedad que intenta buscar la felicidad en lo material”.

En este sentido, los estereotipos y tópicos que rodean a esta enfermedad tampoco ayudan. “La adicción a las compras es un trastorno mal visto socialmente, pero además se añade que las personas que lo padecen son consideradas superficiales, caprichosas o frívolas. Es por eso que la oniomanía es una "enfermedad silenciosa", ocultada y vivida con mucho sufrimiento por quien la padece”, relata Gómez-Coronado.

“Es una adicción que suele pasar desapercibida y está reforzada de alguna manera por gran parte de la sociedad que intenta buscar la felicidad en lo material”.

MUJERES DE MEDIANA EDAD DIBUJAN EL PERFIL

Se trata una problemática que afecta a un espectro muy general de la población, pero que es especialmente dañina para el colectivo de las mujeres de mediana edad. De este modo, la adicción a las compras suele darse entre féminas con necesidad de pertenencia al grupo, con una personalidad generalmente insegura y un nivel intelectual y socioeconómico medio-alto.

No obstante, García Vicente advierte que, aunque en menor medida, los hombres no están exentos de padecer esta enfermedad. También explica que, para ellos, los productos de interés están relacionados con la tecnología y el ocio, mientras que entre ellas, triunfa la moda y los complementos.

Ante fechas como el Black Friday, los expertos recomiendan extremar las precauciones, ya que aumentan las campañas publicitarias y estas personas quedan más expuestas y vulnerables. En los días de marcado consumismo se acentúa el sentimiento de perderse una buena oferta, lo que les genera un “estado de ansiedad que llega a anular a la persona con este trastorno y que la “obliga” a tener que calmar esa sensación realizando la compulsión de la compra”, asegura García Vicente.

No obstante, cabe destacar que al ser una patología que depende tanto de factores externos como internos, cualquier fecha del año puede ser crítica para este tipo de pacientes.

Es más, debido a la proliferación de estos días de ofertas, cada vez es más habitual, “la tentación por adquirir "el chollo" y la satisfacción de hacer una buena compra están presentes en cada uno de nuestros días y el bombardeo publicitario pone a prueba nuestra capacidad de resistencia”, comenta Gómez-Coronado. 

Como consejos para controlar los impulsos consumistas tanto en periodo de ofertas como el resto del año, los expertos recomiendan:

  1. En los días dedicados al consumo, intentar hacer otra actividad como dar un paseo, charlar con amigos o practicar deporte. En definitiva, mantener la mente ocupada y evitar los centros comerciales, ordenadores y/o móviles.
  2. Realizar una lista de lo que realmente se necesita y ceñirse a ella.
  3. Pagar siempre en metálico, ya que el uso de la tarjeta dificulta la percepción del dinero gastado.
  4. Poner en práctica la regla de los 10 minutos. La dopamina es un neurotransmisor que se genera ante el impulso de la compra inmediata, pero se reduce a los 10 minutos, por tanto pasado este tiempo es más fácil poder discernir si es necesaria la compra o no.
  5. Disponer de un registro detallado de las compras realizadas, así como un presupuesto a corto plazo para controlar el dinero gastado. 
  6. Contactar con un psicólogo especialista en este tipo de trastorno.