Energía

El Gobierno subastará un mínimo de 19.500 megavatios renovables hasta 2025

Prevé celebrar la primera puja, de 3.100 megavatios, en diciembre con "al menos" 1.000 MW solares y 1.000 eólicos

Pérgolas metálicas cubiertas con placas fotovoltaicas en el Fòrum de Barcelona.

Pérgolas metálicas cubiertas con placas fotovoltaicas en el Fòrum de Barcelona.

Sara Ledo

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El Gobierno subastará un mínimo de 19.500 megavatios renovables hasta 2025, según se avanza en una orden publicada este viernes por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que estará en consulta pública durante 7 días, antes de pasar el filtro de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En ella se establece un calendario indicativo de las pujas que se celebrarán hasta 2025, un tiempo en el que se prevé subastar casi el 80% de los objetivos establecidos en el PNIEC.

La primera puja será en el mes de diciembre de 2020 para un mínimo de 3.100 megavatios, de los que "al menos" 1.000 serán fotovoltaicos, 1.000 eólicos y 80 de biomasa. Con estas cifras, el resto de potencia a subastar quedaría sin restricción tecnológica.

A partir de entonces, en fotovoltaica deberá subastarse un mínimo "acumulado" (dependerá de los resultados de las subastas anteriores) de fotovoltaica de 2.500 megavatios en 2021, 4.000 en 2022, 5.500 en 2023, 7.000 en 2024 y 8.500 en 2025; mientras en eólica serán 2.800 en 2021, 4.600 en 2022, 6.400 en 2023, 8.200 en 2024 y 10.000 en 2025. Además, también se establece el objetivo de solar termoeléctrica (100 een 2021, 200 en 2022, 300 en 2023, 400 en 2024 y 500 en 2025) y biomasa (140 en 2021, 200 en 2022, 260 en 2023, 320 en 2024 y 380 en 2025). Así como 20 megavatios en 2021 y 2022, 40 megavatios en 2023 y 2024 y 60 megavatios en 2025 de otras tecnologías como biogás, hidráulica o maremotriz.

El producto que se subaste será la potencia instalada y los participantes pujarán ofertando el precio que están dispuestos a cobrar por la energía que genere la instalación. Las subastas podrán incluir varios productos diferenciados dirigidos a distintas tecnologías o conjuntos de tecnologías. Además, en la actualidad, ya se permite la convocatoria de subastas con hibridación, subastas para nuevas plantas renovables o para modificaciones o repotenciaciones de tecnologías existentes y también para almacenamiento, aunque en este último caso solo para gestionar la energía que se produzca en la propia instalación.

El Gobierno puede establecer que el precio resultado de la subasta sea corregido con incentivos de participación del adjudicatario en el mercado, introduciendo cierta exposición de las instalaciones al mercado eléctrico. La orden establece el porcentaje de ajuste de mercado en un 25% para las tecnologías más maduras con capacidad de gestión de su nivel de producción y en un 5% para las que no dispongan de dicha capacidad

El objetivo, según defiende el Ejecutivo, no es que el cien por cien de las nuevas renovables instaladas de aquí a 2030 venga de subastas, sino un mínimo. Así, estos volúmenes se complementarán con los que se deriven de otros instrumentos de apoyo a las renovables como la línea financiada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), por el Instituto para Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), los contratos de compraventa de energía (PPA) o la instalación de placas de autoconsumo.

Objetivo de las subastas

A juicio del Ministerio para la Transición Ecológica, las subastas son necesarias, además de para reducir el riesgo de la inversión para los pequeños inversores, para establecer un despliegue sostenido en el tiempo y que la cadena de valor industrial se mantenga. Es decir, que no ocurra como pasó tras el boom del 2004 al 2013. Si se deja que funcione solo la mano invisible, defienden, puede que ahora haya mucho apetito de las grandes compañías, pero una vez que la incertidumbre sobre el precio del mercado sea mayor, los proyectos se ralentizarán, lo que puede provocar parones en los pedidos.

También para que el precio de la factura de la luz de los consumidores baje de forma directa, pues los ganadores de estas subastas no cobrarán el precio más caro que fije el 'pool' (sistema marginalista con el que funciona el mercado eléctrico) sino el que habían dicho en la subasta, que será por debajo del 'pool', por lo que provocará un descenso de precios en el consumidor final. Y, por último, aseguran, se trata de un mecanismo de consenso internacional, utilizado por todos los países para instalar renovables.

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