POR LA PANDEMIA

Naviera Armas Trasmediterránea renegocia la deuda con sus bonistas

La compañía, responsable de las conexiones marítimas de Baleares y Canarias con la Península, busca aplazar los pagos a previstos para el 2023 y el 2024

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Naviera Armas Trasmediterránea ha iniciado un proceso de renegociación de su deuda como consecuencia del desplome de ingresos derivados de la pandemia. La compañía ha asegurado este jueves mediante un comunicado que "no se encuentra en situación de preconcurso ni concurso de acreedores". La compañía "desmiente rotundamente" las informaciones que se han vertido sobre las dificultades financieras de la naviera, que en su opinión solo pretenden "dañar la imagen de la empresa y de sus trabajadores".

La firma reconoce que ante la afectación de la demanda derivada de la crisis del covid, "y con el objetivo de preservar su liquidez y optimizar su estructura de capital", ha iniciado conversaciones con los representantes de los principales bonistas,  para refinanciar o reestructurar los bonos con vencimiento en el 2023 y el 2024. La dirección espera que  la negociación "fructifique en la próximas semanas".

Naviera Armas Trasmediterránea concluye que "garantiza todos sus compromisos con sus proveedores comerciales" y "la prestación de todos los servicios que viene prestando tanto en la Península como en los respectivos archipiélagos y en el Estrecho".

Naviera Armas, el principal operador marítimo español y empresa propietaria de Trasmediterránea, fundada por Juan March en 1917. La crisis turística y las restricciones para viajar han afectado directamente a la operativa de los buques y los ingresos se han desplomado. La compañía, que une Baleares y Canarias con la Península, tiene un pasivo que supera los 800 millones de euros y pretende reestructurar los plazos de pago para adaptarlos a la actual coyuntura. 

El grupo canario Naviera Armas se hizo con la mayoría accionarial de Trasmediterránea muy recientemente, en el año 2018, tras pagar 260 millones de euros a Acciona, de la familia Entrecanales, que había gestionado la compañía desde el 2002, cuando fue privatizada. Pero los problemas del grupo empresarial canario se han agravado desde entonces considerablemente, sobre todo con la pandemia. 

La primera naviera española

La firma consiguió una línea de financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 55 millones millones de euros y un préstamo de los fondos APS y Apolo de otros 75 millones. Sin embargo, los efectos de la pandemia se han prolongado más de lo previsto en el tiempo y los compromisos financieros pesan demasiado en el balance. 

Ligada al puerto de Palma y a la historia de Mallorca desde su fundación, Trasmediterránea es la primera compañía naviera española y una de las más grandes de Europa. En 1978, tras su primera gran crisis, se convirtió en empresa pública, al concentrar el Estado el 93,15% del capital social, una situación que se mantuvo hasta 2002, con la adquisición de la compañía por parte de Acciona, en el marco del proceso que entonces abrió el holding público SEPI para privatizar la compañía de transporte marítimo.

En el 2016, el año de su centenario, Trasmediterránea se había convertido en una empresa de transportes intermodal, en la que se integraban diversas sociedades, aunque el negocio naviero suponía aún un 70% de su actividad, con 21 buques que prestaban servicio en 31 líneas marítimas. En ese momento facturaba 440 millones de euros y tenía 1.200 empleados. El principal accionista de la compañía era Acciona, propiedad de la familia Entrecanales, que adquirió la empresa cuando fue privatizada en el año 2002, después de haber estado en manos públicas durante veinticinco años.