DESEMPLEO JUVENIL

La pandemia se ceba de nuevo con el empleo de los más jóvenes

Los datos del tercer trimestre muestran un aumento muy preocupante del paro entre los menores de 25 años.

Los datos del tercer trimestre muestran un aumento muy preocupante del paro entre los menores de 25 años

Empleo joven

Empleo joven / economia

Fran Leal

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El año 2020 parece no estar dispuesto a darnos tregua. De hecho, estamos ya inmersos en una segunda ola de la pandemia que, sin duda, tendrá un impacto negativo en nuestra economía y empleo, que se sumará al experimentado desde principios de año.

En este sentido, desde Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, han presentado el informe ‘Anuario Adecco Group Institute del Mercado de Trabajo 2020: el año de la Covid-19’, en el que se pretende recoger el impacto que la pandemia está teniendo en el ámbito del empleo, con una atención especial al apartado del desempleo juvenil, que está sufriendo con especial intensidad las consecuencias de una crisis que dura demasiado. De hecho, se incluye un capítulo monográfico al respecto.

Los jóvenes, una vez más, los más perjudicados

Como apuntó en la presentación del informe el director del Adecco Group Institute, Javier Blasco, este primer anuario intenta abordar los diferentes ámbitos que tienen relación con el empleo. Así, el informe cuenta con las siguientes secciones: población; economía; ocupación, desempleo y contratación; seguridad social; salarios; negociación colectiva y conflictividad laboral; formación y trabajo; y salud y prevención de riesgos laborales. 

Además, como decíamos, han prestado especial atención a los jóvenes, un colectivo que en nuestro país “es probablemente la generación mejor formada de la historia”, pero cuya tasa de desempleo “nos debería sonrojar”, afirmó Blasco.

De hecho, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), relativos al tercer trimestre del año, queda demostrado el fuerte impacto de la pandemia en términos de empleo, y con especial incidencia en los más jóvenes. Así, con prácticamente 22,9 millones de activos y 19,18 millones de ocupados, la tasa total de paro ha subido hasta el 16,26% (no alcanzaba el 16% desde el primer trimestre de 2018), con una tasa de actividad del 57,83%.

Como se puede apreciar, el aumento del paro ha sido mucho mayor porcentualmente entre los menores de 25 años. Si nos fijamos en la comparativa respecto al trimestre anterior, los más perjudicados son los jóvenes comprendidos entre los 16 y los 19 años, quienes han experimentado un aumento del paro de casi el 39%. Si, en cambio, hacemos una comparativa interanual, son los jóvenes entre los 20 y los 24 años quienes más han visto crecer la tasa de paro. Exactamente, ha subido en esta franja de edad un 19,57% respecto al tercer trimestre de 2019.

Si prestamos atención a la diferencia entre sexos, en términos globales, las mujeres han experimentado en el tercer trimestre un aumento del paro respecto al trimestre anterior que supone casi el triple del vivido por los hombres. Además, la incidencia en las franjas de edad más jóvenes es muy superior que en las más veteranas, sea cual sea el sexo. En términos interanuales, sin embargo, el aumento del paro ha sido mayor en los hombres (17,12%) que en las mujeres (14,68%).

El tamaño de las empresas, un problema para la crisis

En la presentación del informe mencionado del Adecco Group Institute, el analista Diego Barceló quiso incidir en que la pandemia ha venido a romper con la corrección de los desequilibrios que se estaban dando a nivel económico, tras la crisis de 2008. Y lo ha hecho con tal intensidad que “cuesta encontrar palabras para expresarlo”. Así, si nos fijamos en la evolución del PIB en los últimos 150 años, habría que remontarse a 1936, con el comienzo de la Guerra Civil, para encontrar un año que supere el desastre de este 2020. Es más, en palabras de Barceló, quitando aquel año de hace más de ocho décadas, que registró una caída cercana al 23% del PIB, la que veremos este año, “que rondará el 14%”, hará que las que hasta ahora considerábamos grandes depresiones (como la de los años treinta o, sin ir más lejos, la de 2008) parezcan “un chiste”.

Por otra parte, Barceló expuso que, aunque estamos acostumbrados a oír que España necesita cambiar el modelo productivo, lo cierto es que el PIB nacional aumentó hasta un 7% entre 2007 (punto más alto previo al batacazo de 2008) y el pasado 2019, con grandes diferencias entre sectores. Sin embargo, sí que destacó como debilidad estructural la enorme proporción de pequeñas y medianas empresas en nuestro país, pues “cuando una empresa es más grande se puede financiar más barato y tiene más posibilidades de exportar”, por ejemplo, lo que la coloca en una posición más ventajosa para superar las crisis y, por ende, mantener el empleo.

En este sentido, a su parecer, los dos retos más acuciantes que tenemos por delante sería aumentar el tamaño medio de nuestras empresas y, además, que aumente el número de grandes empresas que puedan funcionar como tractoras de la economía, con una sólida base innovadora y tecnológica.