España, más campeón de la UE en paro juvenil tras el verano del covid

Los jóvenes están siendo uno de los colectivos más damnificados por la crisis económica desatada por la covid. Y la tenue recuperación del mercado laboral iniciada tras el primer desconfinamiento se ha frenado ya para ellos. El tercer trimestre del año echa el cierre, tras la campaña veraniega, con una tasa del desempleo entre los menores de 25 años del 40,6%. La más alta, con diferencia, de la Unión Europea. España arrastra desde hace años el funesto título de campeón europeo en desempleo juvenil y la pandemia ha reforzado ese liderazgo.

Un total de 643.000 jóvenes menores de 25 años estaban sin empleo en España en el mes de septiembre, según los últimos datos actualizados por Eurostat este viernes. 9.000 parados más que en agosto y 103.000 más que hace un año. El coronavirus ha ahondado en un déficit estructural del mercado laboral español, como es la incapacidad para ofrecer oportunidades laborales para todo su talento más joven. Un déficit especialmente acusado en España, pues uno de cada cuatro parados jóvenes en Europa tiene DNI español.

Llegó el virus, frenó gran parte de la actividad económica y varios de los que se cayeron del tren de la ocupación fueron los ‘novatos’. Lastrados estos por una mayor temporalidad o por la sobrecualificación, ambas lides en las que España es también campeón europeo. Uno de cada cuatro asalariados en España está con un contrato temporal y el 14,5% de los graduados en estudios superiores que tiene un empleo está ocupado en un puesto que no exige cualificación.

Factores que han contribuido a que el paro juvenil se dispare en España y en mayor intensidad que en el resto de sus vecinos. En España el 40,6% de los menores de 25 años está en paro, mientras que en la media de la UE dicha proporción es del 17,8%. En Italia, el segundo país con una mayor tasa (con permiso de Grecia, que manda con retraso los datos a Eurostat), el porcentaje es del 29,6%. Un guión parecido en cuanto a la tasa global del paro, que en España es del 16,5%, frente al 7,5% de la media de la UE.