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La pandemia hace retroceder el poder adquisitivo de los trabajadores hasta el 1989

Los ertes salvan millones de empleos, pero hunden los ingresos de muchos de sus afectados; con las pymes como las más afectadas

Un trabajador de la construcción, en una obra en Salamanca, el 13 de abril del 2020

Un trabajador de la construcción, en una obra en Salamanca, el 13 de abril del 2020 / periodico

Gabriel Ubieto

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La pandemia ha irrumpido como un mazazo sin precedentes y de mangitudes históricas en la economía española. Si el virus ha provocado que indicadores como el PIB se hayan desplomado a su mayor nivel desde la Guerra Civil, todo ello no ha sido ajeno a los salarios y bolsillos de los trabajadores. La crisis iniciada por la covid ha hundido los ingresos de una gran parte de españoles y ha causado el mayor descenso del salario medio desde el 1909; según los datos publicados este jueves por la consultora Adecco Group Institute. Lo que se traduce, a efectos de bolsillo, en que el poder adquisitivo medio de los trabajadores españoles ha retrocedido a niveles del 1989; casi cuarenta años.

Desde organismos como el Banco de España ya alertaron de que los salarios corren el riesgo de un descenso generalizado, especialmente en los sectores más castigados por la crisis, donde la entidad anticipa una caída de entre el 10 y el 15% por la crisis. No obstante, los analistas de Adecco responsabilizan de este primer impacto de la covid sobre el poder adquisitivo de los trabajadores al efecto de los ertes. Pues si bien este mecanismo de protección de rentas ha blindado millones de empleos, en los momentos álgidos del primer confinamiento llegó a cubrir a 3,4 millones de personas; no es lo mismo cobrar un sueldo que una prestación del SEPE.

La prestación pública tiene un tope de entre 1.098,09 y 1.411,83 euros, en función de los hijos, y no conoce de retribuciones variables u complementos (como plus por transporte o por objetivos). Lo que ha provocado que el salario ordinario que perciben los españoles haya caído de los 1.694 euros brutos al mes del primer trimestre del año, a los 1.498 euros brutos del segundo trimestre. Un descenso del 11%, que desde la consultora cifran como el mayor desde el 1909; conocido por episodios como la Semana Trágica y sus luchas obreras en Barcelona. Y esta cifra, cruzada con la evolución de la inflación (pese a ser esta actualmente negativa), da un salario real que no era tan bajo desde el 1989.

Transitorio y más intenso entre las pymes

Desde Adecco matizan que, si bien ese ‘efecto erte’ es un elemento fundamental para explicar la pérdida de poder adquisitivo, su influencia sobre la estadística también será transitoria. Pues en la medida en que la gente vuelva a trabajar recuperará gran parte del poder adqusitivo y, si es despedida, sus ingresos ya no computará como remuneraciones salariales.

No todos los sectores han sufrido esa primera devaluación salarial del mismo modo y no todas las empresas con la misma intensidad. Los empleados de las pequeñas empresas han sido los grandes damnificados, pues si entre estos sus ingresos han caído, de media, el 17,8%; entre los asalariados de una compañía de más de 200 trabajadores la reducción ha sido del 5,7%.

Sobrecualificación y el eterno problema del paro juvenil

Los jóvenes están siendo uno de los colectivos más damnificados por la crisis de la covid, tal como destaca el estudio de Adecco. Uno de cada cinco empleos destruidos durante los primeros compases de la pandemia lo ocupaba una persona con 25 años o menos. Desgranando los datos, eso se traduce en una ppérdida de 244.000 puestos de trabajo ocupados por gente en esa franja de edad. De estos, 126.300 empleos perdidos corresponden a varones y 117.700 a mujeres.

Menos ocupados y peor empleados. La sobrecualificación es un lastre que arrastran muchos de esos jóvenes y España es el país de la Unión Europea que peor lo gestiona. En España el 14,5% de los graduados en estudios superiores que tiene un empleo está ocupado en un puesto que no exige cualificación. El porcentaje más alto entre todos los estados miembros y muy por encima de países vecinos como Portugal (6,6%), Italia (7,6%) o Francia (9,1%).