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2020, el año del streaming: así está cambiando el mundo esta tendencia

El uso de medios online ha comenzado a normalizarse comparado con los meses de confinamiento, pero no significa que haya vuelto a niveles pre pandemia. La COVID-19 ha situado al streaming en el centro de nuestro entretenimiento y de nuestras relaciones sociales. Y puede que sea solo el comienzo. 

El uso de medios online ha comenzado a normalizarse comparado con los meses de confinamiento, pero no significa que haya vuelto a niveles pre pandemia, sobre todo en el caso del streaming.

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María Refojos

María Refojos

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Nuestra capacidad de decisión durante el confinamiento quedó seriamente limitada. Sin poder salir a la calle y en un contexto de incertidumbre como nunca antes habíamos conocido, el mando a distancia, el móvil, la consola y el ordenador se convirtieron en portadores de todo lo que, en mayor o menor medida, podíamos elegir. Todo lo demás escapaba a nuestro control. 

En los meses de reclusión, las series y películas, los juegos, las redes sociales, los tutoriales y las videollamadas se convirtieron en nuestra mejor compañía. Cifras como la del consumo de televisión o la del tráfico de Internet dan una idea del tiempo y la intensidad con la que nos dedicamos a estas plataformas tecnológicas durante este periodo. 

Con el verano llegó la desescalada y poco a poco fuimos saliendo a la calle. El uso de medios online comenzó a normalizarse, pero no significa que volviera a niveles pre pandemia, especialmente si nos fijamos en el segmento de streaming de vídeo.

Crecimientos meteóricos

Repasamos por ejemplo el caso de Netflix, que presentó resultados trimestrales la semana pasada. La plataforma de televisión a la carta por excelencia ganó 2,2 millones de suscriptores entre julio y septiembre y ya cuenta con un total de 195,2 millones de usuarios en todo el mundo. La perspectiva de cómo ha influido la pandemia en su lista de clientes la obtenemos al mirar el crecimiento de los seis primeros meses del año, con 26 millones de nuevas suscripciones, frente a los 12 millones de nuevos usuarios de la primera mitad de 2019. Y con el volumen de registros que ha sumado hasta septiembre ya supera el total de 2019, que ascendió a 28 millones de altas. 

Pero Netflix no es la única que ha crecido en popularidad. De hecho, ante la demanda sin precedentes sobrevenida con la pandemia se vio forzada junto con Amazon, YouTube y otras plataformas de streaming, a reducir la calidad de vídeo en algunas regiones para seguir proporcionando sus servicios. 

Y llama la atención la evolución meteórica de Disney+, el recién llegado al servicio bajo demanda que en solo seis meses de vida acumulaba cerca de 60 millones de suscriptores -datos de junio de 2020-. 

Con el otoño han llegado los temidos rebrotes y una segunda ola que, junto con la bajada de temperaturas, probablemente nos volverá a empujar hacia la seguridad de nuestros hogares. La COVID-19 ha situado al streaming en el centro de nuestro entretenimiento y de nuestras relaciones sociales. Y puede que sea solo el comienzo. 

Tendencia de largo plazo

En un análisis reciente basado en los datos de agosto sobre hábitos en Estados Unidos, Nielsen hace hincapié en la adopción del streaming por parte de los adultos para augurar un impacto a largo plazo de esta tendencia. Las personas entre 35 y 54 años destinaron el 27% de su tiempo de consumo medio de televisión al vídeo bajo demanda, y el porcentaje es similar (el 26%) en la población de más de 55 años. Este movimiento por parte de los segmentos de más edad se suele interpretar como “una señal tecnológica de ubicuidad y decisión”, detalla la consultora.

Incluso si los consumidores moderan sus atracones de televisión en un mundo post pandemia, es probable que la tendencia hacia el streaming se mantenga. Esto es una gran noticia para Netflix, Amazon Prime Video, HBO, Filmin o Disney+, que podrían seguir viendo un fuerte crecimiento de suscriptores. “Aproximadamente un tercio de todo el consumo de contenido se hace actualmente a través de plataformas de streaming, pero en 2030 creo que va a aumentar a más del 80%”, indica Brad Barrett, director de análisis de Capital Group.

“Es un mercado enorme. La televisión sigue ocupando un lugar predominante en el tiempo de ocio de la gente, pero está cambiando rápidamente hacia el streaming”, añade Barrett, quien afirma que el streaming es “mejor que la televisión tradicional” por lo que duda de que esta situación vaya a cambiar.  

¿Y en España? El vídeo streaming tiene una penetración del 49,8% en la web y del 42,2% entre las apps móviles, de acuerdo con los datos de Smartme Analytics. En las aplicaciones móviles, Netflix lidera el sector con el 64,4% de penetración, seguida a mucha distancia de Amazon Prime Video con el 32,1%, Movistar+ (12,1%), HBO (10,5%) y Disney+ (10,2%).

Al analizar los datos web es Prime Video la que se sitúa en cabeza con el 58,8% de penetración, mientras que Netflix ocupa el segundo lugar con el 38,6%. La sorpresa llega en el tercer y cuarto puesto: las páginas de los grandes grupos de televisión nacionales, Atresplayer de Atresmedia y Mitele de Mediaset, se cuelan por delante de los otros tres gigantes estadounidenses con una penetración del 26,5% y 24,6%, respectivamente.

No solo vídeo

El vídeo es el principal estandarte del auge del streaming, pero no es el único: el sector del entretenimiento al completo ha acelerado su evolución hacia aplicaciones y plataformas digitales de la mano de la música, los audiolibros o los podcasts. También están experimentando un gran impulso opciones como los eventos en vivo, ya sean corporativos, deportivos o musicales, o incluso en la enseñanza y la formación con los webinars, por poner más ejemplos.

“Creemos que una proporción significativa de las nuevas suscripciones a los servicios de streaming no se cancelarán después de la crisis, ya que la comodidad y la experiencia del usuario prevalecerán”, asegura Nina Lagron, CFA y responsable de gran capitalización de La Française AM. 

Los podcasts ya son escuchados por 54 millones de personas en todo el mundo a través de la plataforma de streaming Spotify, que ha visto cómo se incorporaban más de 150.000 podcasts en abril, un 69% más en comparación con febrero de este año.

En España, ocupamos el primer puesto en escuchas de podcast a nivel mundial. El informe de Spotify e Ipsos muestra cómo se ha acelerado el crecimiento del consumo de podcasts: el 38% de los españoles empezaron a escuchar podcasts entre marzo y junio y, si miramos a las generaciones Z y Millennial, el 45% de los entrevistados se engancharon a los podcasts durante la pandemia. Otro ejemplo de este tirón es el lanzamiento en España de Audible, la plataforma de Amazon dedicada a los audiolibros y los podcast que, hasta ahora, no estaba disponible.  

También están ganando velocidad los juegos en streaming, gracias a la libertad que da el poder adquirir un título o pagar una suscripción para acceder a una amplia biblioteca de juegos. Twitch, la plataforma de live streaming más usada por los gamers con una media 17,5 millones de usuarios al día, batió su récord en marzo al alcanzar un pico de 22,7 millones de usuarios activos. “Los gamers han descubierto los juegos en streaming y su crecimiento debería ser fuerte a medio plazo”, plantea la analista de La Fraçaise AM.

Quibi y la incógnita del futuro

Parece que el consenso de expertos y cifras indica que el protagonismo que ha adquirido el streaming en este 2020 no va a ser flor de un día. Sin embargo, el fracaso de Quibi puede darnos alguna pista sobre qué incógnitas deberá despejar el sector para mantener un crecimiento sostenido en el tiempo. 

Porque aunque su existencia ha sido casi paralela a la de Disney+, el desenlace no puede ser más distinto. Tras siete meses en funcionamiento, la aplicación de vídeo bajo demanda, que nació contando con una financiación de 1.750 millones de dólares y padrinos como Guillermo del Toro, Sam Raimi o Reese Whiterspoon, ha anunciado el cese de operaciones. Tal y como explican en una carta abierta, han decidido “cerrar el negocio, devolver el efectivo a nuestros accionistas y despedirnos de nuestros colegas con gracia”.

Entre las razones a las que apuntan, que la idea no era “lo suficientemente buena como para justificar un servicio de streaming” o que la gestión de los tiempos no fue la adecuada. Sensor Tower estima que la app registró aproximadamente 9,6 millones de descargas de App Store y Google Play desde su estreno y que el gasto total, a través de suscripciones, habría alcanzado los 7,7 millones de dólares. Del lado contrario, datos de la misma firma especializada para TechCrunch revelan que una vez que finalizó el periodo de prueba gratuito de 3 meses, el 92% de los 910.000 usuarios que se habían instalado la aplicación y registrado se dio de baja. 

Así las cosas, y teniendo en cuenta que se lanzó justo en el pico de la demanda de servicios en streaming, cabe pensar que quizás el problema fuese que el modelo no se ajustaba a la demanda de la audiencia. Una plataforma de pago y exclusivamente para móviles no ha conseguido calar justo en el momento en que más contenido online se estaba consumiendo... 

Como siempre, el componente crucial es el público. Con tantas opciones, ¿hay espacio para nuevos jugadores? El 25% de los estadounidenses se hicieron con una suscripción de streaming entre abril y junio, en atención a los datos de Nielsen. Pero para Brian Fuhrer, Product Strategy de la consultora, la clave está en cuánto estamos dispuestos a pagar y, también, hasta cuándo. Porque, aunque el presupuesto para entretenimiento en casa se haya incrementado, los bolsillos de una buena parte de los ciudadanos de todo el mundo se están viendo afectados por la pandemia.