proceso de integración

Las juntas de Bankia y CaixaBank aprobarán su fusión el 1 y 3 de diciembre

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en la presentación de la fusión de las dos entidades.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en la presentación de la fusión de las dos entidades. / AFP / DAVID CAMPOS

Pablo Allendesalazar / Max Jiménez Botías

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La fusión de Bankia y CaixaBank recibirá el visto bueno de las juntas de accionistas de ambas entidades el 1 y el 3 de diciembre, respectivamente. Los consejos de administración de los dos bancos se han reunido este viernes para aprobar la convocatoria de las asambleas después de recibir el preceptivo informe del experto independiente (la auditora BDO) nombrado por el Registro Mercantil de València para valorar la operación. La firma ha considerado que el canje de acciones pactado por los gestores "está justificado y los métodos de valoración utilizados, y los valores a los que conducen, son adecuados".

El Estado, por su parte, se ha pronunciado también favorablemente de forma oficial. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tras estudiarlo con sus asesores como el banco de inversión Nomura, ha asegurado que la fusión "mejoraría el valor de la participación indirecta en Bankia y tendría un efecto positivo sobre las perspectivas de recuperación de ayudas en futuras desinversiones". Asimismo, ha nombrado a Teresa Santero, profesora del Instituto de Empresa y consejera independiente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), como su representante en el consejo de la nueva CaixaBank posintegración. 

La junta de Bankia tendrá lugar el día 1 de diciembre a las 12 en el Palacio de Congreso de València, donde ambas entidades tienen su sede social, aunque se podrá asistir de forma telemática. Dos días después será el turno de los accionistas de CaixaBank, en el mismo foro, a las 11 y también con la posibilidad de seguirse a distancia. No se esperan sorpresas, ya que los accionistas de control de las dos entidades (el Gobierno a través del FROB, dependiente del Ministerio de Economía, y la Fundación Bancaria La Caixa) son los que han promovido la operación

Ajuste de plantilla

Los consejos de los dos bancos también han publicado sus informes sobre la integración. En los mismos, confirman que "tras la ejecución de la fusión, la entidad combinada completará el análisis de los solapamientos, duplicidades y economías de escala derivadas del proceso, sin que a esta fecha se haya tomado ninguna decisión en relación con las medidas de índole laboral". Además, reiteran que la más que previsible salida de empleados "se llevará a cabo respetando los procedimientos legalmente previstos en cada caso y, especialmente, lo relativo a los derechos de información y consulta de los representantes de los trabajadores".

El de CaixaBank también argumenta que la "situación de pandemia actual, unida a otros retos estructurales a los que los bancos de la Eurozona se enfrentan -transformación digital, baja rentabilidad en el entorno de tipos descrito, etc.-, convierten la fusión que se plantea entre CaixaBank y Bankia en una oportunidad estratégica para ambas entidades". La operación, continúa,  "permitirá abordar en mejores condiciones los retos estructurales antes mencionados y, en particular, alcanzar un número de clientes mayor con una estructura de costes optimizada y abordar las inversiones de la transformación digital de forma conjunta, lo que permitirá acometer nuevas inversiones con mayor eficiencia". 

En el caso de Bankia, se destaca que sus propietarios "pasarán a ser accionistas de una entidad con un mayor volumen de capital flotante, lo que debería restar volatilidad a la cotización de sus acciones" y, por otro lado, que la "combinación de mayor solidez del balance y mejor perspectiva de rentabilidad debería tener un reflejo positivo en la valoración de sus acciones y en la expectativa de percepción de dividendos". Es decir, que sostienen que dará más estabilidad a la participación pública en el banco y permitirá aumentar las posibilidades de recuperación de los 24.069 millones de euros en ayudas aportados, un rescate por el que hasta ahora solo se han ingresado 346 millones. Eso sí, la operación causará en un primer momento pérdidas al FROB, como han admitido fuentes de la administración a este diario.

Primer banco en España

Los consejos de CaixaBank y de Bankia ya dieron el visto bueno a su fusión el pasado 17 de septiembre. El proyecto dará lugar a la primera entidad por negocio en España, con unos activos combinados de 568.000 millones de euros con datos del pasado junio. El banco aglutinará 18 cajas de ahorros, casi la mitad de lo que fue el sector. El 61% de los activos de la nueva entidad los aportará CaixaBank, que dominará el puente de mando y el futuro consejo: estará compuesto por 15 miembros, de los que nueve serán independientes, pero diez de los administradores serán nombrados a propuesta del banco de origen catalán. 

El de Santero (Camporrells, Huesca, 1959), la representante del FROB, era el único nombre que quedaba por desvelar del consejo de la nueva CaixaBank. Licenciada en administración de empresas por la Universidad de Zaragoza y doctora en economía por la Universidad de Illinois en Chicago, fue secretaria general de Industria en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha trabajado en la sede central de la OCDE en París durante 12 años y ha formado parte de los consejos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y Navantia.

El resto de los consejeros de la entidad fusionada son Joaquín Ayuso García (Bankia), Francisco Javier Campo Garcia (Bankia), Eva Castillo Sanz (Bankia), Fernmando María Costa Duarte (CaixaBank), María Verónica Fisas Vergés (CaixaBank), Cristina Garmendia Mendizábal (CaixaBank), José Ignacio Goirigolzarri Tellaeche (Bankia), Gonzalo Gortázar Rotaeche (CaixaBank), María Amparo Moraleda Martínez (CaixaBank), Tomás Muniesa Arantegui (CaixaBank),  John S. Reed (CaixaBank), Eduardo Javier Sanchis Irazu (CaixaBank), José Serna Masià (CaixaBank) y Koro Usarraga Unsaín (CaixaBank). Su primera tarea será recortar gastos (despidos) y subir la rentabilidad para que el Estado pueda recuperar parte de los 24.000 millones de ayudas que inyectó.