SALIDA DE LA CRISIS

China roza un crecimiento del 5% en el último trimestre

El sector servicios y la producción industrial sellan la recuperación económica del gigante asiático

Un trabajador de una planta eléctrica en Hangzhou (China).

Un trabajador de una planta eléctrica en Hangzhou (China). / periodico

Adrián Foncillas

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La economía china perseveró en su recuperación del coronavirus en el tercer trimestre con un crecimiento del 4,9% que alumbra el camino al mundo. El repunte certifica que el control de la pandemia se traduce rápidamente en una economía saludable sin efectos secundarios remarcables y que, al igual que ocurriera tras la crisis financiera, China es la primera en salir el túnel. Será probablemente la única economía importante que acabará el ejercicio en positivo. 

China da por salvado el año cuando buena parte del mundo lidia con segundas olas y debate nuevos confinamientos. Su PIB se contrajo casi un 7% en el primer trimestre, la primera caída desde la caótica Revolución Cultural, pero en el segundo eludió la recesión técnica subiendo por encima del 3 % y Yi Gang, gobernador del Banco Central, aventuró recientemente que este año rondará el 2 %.  

"La economía china se mantiene fuerte y con un gran potencial. Es previsible que siga hacia arriba, lo que ayudará a la recuperación global", dijo el domingo. En el último trimestre se han agudizado todos los síntomas positivos de entonces. El consumo interno, la última variable en sumarse a la recuperación, se sigue beneficiando del regreso a la vieja normalidad. Las ventas minoristas mejoraron casi un punto porcentual y el grueso cabe apuntárselo a septiembre, lo que habla de la línea ascendiente.

El sector de servicios ha crecido un 4,3% este trimestre, algo más que el doble que el anterior. Casi 600 millones de chinos aprovecharon para viajar y amontonarse en los principales destinos turísticos durante la reciente semana de vacaciones del Primero de Octubre. "El consumo ya ha dejado atrás el profundo impacto de la pandemia, la recuperación está en marcha", ha afirmado Liu Aihua, portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas.

Demanda interna

La demanda interna robusta es una inmejorable noticia para Pekín cuando la caída de la externa y la guerra comercial con Estados Unidos lastran las exportaciones que tradicionalmente habían empujado la economía nacional. 

La producción industrial aumentó un 5,8%, superior al 4,4% del anterior trimestre, como resultado de la vuelta al trabajo sin cautelas, lo que ha permitido recuperar todo el terreno perdido durante los lejanos días de encierros. La inversión en activos fijos subió un 0,8% en los primeros nuevos meses del año y el paro, una cuestión que inquieta a Pekín por su potencial de desórdenes sociales, se redujo al 5,6% en septiembre frente al 6,2% de febrero. 

El único matiz que resta optimismo es que el crecimiento chino del último trimestre fue unas décimas menor al pronosticado por los expertos. Pero la virtual erradicación del virus, sin más sustos consignables en dos meses que una docena de contagios locales en Qingdao, sugiere que la economía ya está de nuevo en sus raíles. La recuperación, además, ha llegado con medidas quirúrgicas de ayuda a las empresas y sin los elefantiásicos paquetes de estímulo que en el pasado desembocaron en un endeudamiento inquietante.