EVOLUCIÓN DE LOS INDICADORES

El PIB catalán se desplomó el 21,3% por la caída de la demanda interna y las exportaciones

Las ventas al exterior bajaron el 37,7% con respecto al segundo trimestre del año pasado

Vista aérea del Puerto de Barcelona, el 20 de marzo del 2020

Vista aérea del Puerto de Barcelona, el 20 de marzo del 2020 / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El producto interior bruto (PIB) de Catalunya registró una variación interanual del -21,3% en el segundo trimestre del 2020, según el Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat). La intensa bajada del PIB, mayor que la estimada inicialmente a finales de julio, se explica principalmente por la evolución negativa de la demanda interna (-19,7%) en todos los componentes, excepto en el consumo de las administraciones públicas (5,3%). En cuanto al sector exterior, las exportaciones totales en el extranjero disminuyeron el 37,7% interanual y las importaciones totales se redujeron hasta el 33,6%.

En el contexto actual de recesión económica de ámbito global debido al covid-19, la evolución interanual de la economía catalana en el segundo trimestre del año sitúa el crecimiento del PIB catalán ocho décimas por encima de la media española (-22,1% avance) y nueve puntos y seis décimas por debajo respecto a la UE-27 (-11,7%). La evolución intertrimestral del PIB generado por la economía catalana es del -16,9% y se sitúa un punto y seis décimas por encima de la tasa española (-18,5% avance). La tasa intertrimestral de crecimiento de la UE-27 es de un -14,1%.

Desde la óptica de la demanda, la bajada del PIB se explica principalmente por la evolución negativa de la demanda interna (-19,7%), con comportamientos muy diferentes de los componentes. Por un lado, el consumo de las administraciones públicas se ha incrementado un 5,3% en el segundo trimestre del año. En cambio, destaca el descenso del consumo de los hogares (-26,3%), debida a la paralización de las compras no esenciales a partir de la declaración del estado de alarma, producida por la crisis sanitaria del covid. La intensa reducción de las ventas del comercio al por menor de los meses de abril y mayo se atenuó mucho el mes de junio, ya que la mejora de la situación sanitaria permitió la progresiva eliminación de las restricciones a la movilidad y una cierta normalización de la actividad económica. La formación bruta de capital presenta una tasa interanual del -22,7%. Por componentes, esta caída es más acentuada en la inversión en construcción (-26,2%) que en la inversión en bienes de equipo (-22,2%).

El sector exterior presenta una variación interanual negativa de las exportaciones totales en el extranjero (-37,7%). Las exportaciones de bienes y servicios han minorado un 26,1% como consecuencia del frenazo de la industria y del comercio mundial. Debido al cierre de fronteras, el consumo de los extranjeros en el territorio se reduce un 95,8% de en relación con el año anterior. Hay que tener presente que el fin del estado de alarma no comportó suprimir todos los controles de acceso para las personas no residentes, ya que aunque se mantuvo la restricción temporal de viajes no imprescindibles desde terceros países en la Unión Europea. En cuanto a las importaciones, la tasa interanual ha descendido un -33,6%, lo que se explica tanto por la disminución de las importaciones de bienes y servicios (-30,2%) como por el consumo de los residentes en la extranjero (-88,7%).

La debacle del sector comercial y el turismo

Desde la óptica de la oferta, el análisis muestra una intensa bajada de la actividad en todos los sectores, aunque, en menor medida, a la agricultura. La construcción es el sector que presenta el mayor descenso (-25,1%), pero destaca la caída del sector servicios (-20,4%), que no se había producido en crisis anteriores, debido principalmente al comercio, transporte y hostelería (-39,8%). En este grupo de actividades, destaca el decremento del volumen de negocio de las actividades de hostelería y otras actividades relacionadas con el turismo como el transporte aéreo, que ha sido mucho más intenso que el transporte terrestre y el comercio. Las actividades inmobiliarias, profesionales y otros muestran una tasa del -16,5% con evoluciones muy heterogéneas por sectores. La reducción moderada de la actividad inmobiliaria y de información y comunicaciones contrasta con el descenso de algunas actividades como las agencias de viajes, actividades relacionadas con el empleo y la publicidad. Finalmente, la Administración pública, educación, sanidad y servicios sociales muestra un crecimiento positivo del 2,1%.

La industria alcanza unas tasas de crecimiento interanual negativas (-23,1%) y las ramas más afectadas son la fabricación de vehículos de motor y la metalurgia. A pesar del importante deterioro de la actividad industrial en este periodo, también se ha de remarcar la intensidad de la recuperación que reflejan los datos del mes de junio, donde algunos de los sectores clave de la economía catalana, como la industria alimentaria y el sector químico y farmacéutico, prácticamente han recuperado el nivel de actividad que mantenían hace un año. Finalmente, el sector agrario presenta una variación interanual negativa del -2,3%.

TEMAS