ENTREVISTA A ANTONIO ESPINOSA, COFUNDADOR DE AUARA

"Es necesario crear una definición de empresa social para impulsar este tipo de emprendimiento"

Qué se entiende por emprendedor social, cuáles son los peligros de los proyectos responsables o en qué se diferencia del emprendimiento tradicional; son algunos de los temas de los que nos ha hablado Antonio Espinosa, cofundador y CEO de AUARA

Qué se entiende por emprendedor social, cuáles son los peligros de los proyectos responsables o en qué se diferencia del emprendimiento tradicional; son algunos de los temas de los que nos ha hablado Antonio Espinosa, cofundador y CEO de AUARA.

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Lidia Álvarez Vellido

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Antonio Espinosa de los Monteros ha sido, por segundo año consecutivo, el primer español seleccionado entre los 15 mejores emprendedores menores de 35 años por One Young World.

Él es cofundador y CEO de AUARA, la startup social de agua mineral que destina el 100% de sus dividendos a proyectos para llevar agua potable a países en vías de desarrollo y que a pesar de sufrir la crisis del coronavirus como cualquier otra compañía relacionada con el sector de la hostelería se ha adentrado en el lanzamiento de Planet Drinks, una nueva marca de refrescos ecológicos, funcionales y de comercio justo.

81 proyectos en 17 países, de los que se han beneficiado más de 48.000 personas; son los resultados que tiene esta marca social en sus tres años y medio de vida, aunque “podríamos hablar de clientes, de facturación o de botellas vendidas pero al final somos una empresa social y estos números son lo que nos representan”; unos resultados que no se imaginaban en sus primeros pasos. 

¿Cómo fueron vuestros principios?

Nosotros empezamos hace seis años y por aquella época el emprendimiento social era un poco alien, en cambio ahora no puedes hablar de otra cosa. En el arranque nos centramos en ver por dónde tirábamos porque no teníamos muchas referencias, ni podíamos ver cómo lo habían hecho otros ya que había muy pocas en España, sobre todo en lo que respecta al mundo startup. Ahora ya se ha dado este nuevo nombre de emprendimiento social y creo que es el nuevo boom.

¿Cómo ves esta moda por lo social en el ecosistema emprendedor?

Es algo muy positivo, no tanto porque hayan surgido emprendedores sociales como tal, sino porque cada vez son más las startups estándar que de alguna forma están ligadas al impacto social y a la sostenibilidad. 

¿En qué situación está el emprendimiento social en España ahora?

En estos últimos años se ha desarrollado mucho el concepto pero sigue habiendo mucha difusión. Se ha empezado a manejar con confusión y a veces definimos como empresa social cosas que no son. En España falta esto, una definición de qué es exactamente una empresa social que ayude al emprendedor a tener una referencia y una figura jurídica que le ampare. Desde que hemos empezado siempre he dicho que sería muy bonito no tener que definir a una empresa como social, sino que todas las empresas fueran sociales de alguna forma. 

En este sentido, ¿cuál sería tu definición de empresa social?

Hace falta poner en común qué entendemos por emprendimiento social y buscar referencia de países terceros. En este sentido el que más me gusta es el modelo de UK que define a una empresa social como aquella organización que genera más de la mitad de sus ingresos a través de las ventas de productos y servicios y más del 50% de su beneficio se reinvierte en su misión social.

Aunque nosotros seguimos el modelo Muhammad Yunus, el cual determina que la empresa social no puede tener ánimo de lucro, la flexibilidad que te aporta el modelo UK es interesante porque ayuda a que más empresas sociales puedan entrar al mercado y a tener más oportunidades de financiación, que es una de las dificultades que tienen las empresas 100% sociales. 

¿A qué otras dificultades se enfrentan los emprendedores sociales?

El gran reto es convertirse en alternativas del consumo habitual para el cliente y si queremos ser esto tenemos que ser competitivos, dar un producto bueno, un buen servicio, tener algo diferencial… en definitiva, tenemos que hacer bien todo lo que hacen las demás empresas con el añadido de ser más sostenibles y generar un impacto positivo en la sociedad. 

Esto te da algunas desventajas competitivas, sobre todo económicas, ya que la realidad es que si yo fabrico botellas con plástico reciclado, las fabrico mas caras y eso es inevitable. Si quiero tener proveedores más responsables van a ser más caros. La realidad es que no podemos pedir al mercado productos responsables y sostenibles que cuesten lo mismo que aquellos que no lo son, no es viable. Asimismo, hay otras muchas palancas que son propias del mercado que la empresa social tiene que aprovechar y tiene que potenciar.

Teniendo esto en cuenta, ¿el emprendimiento social es rentable?

Confío en que el emprendimiento social es un generador de riqueza pero a largo plazo. Requiere de una visión más largoplacista que el emprendimiento tradicional porque al final estás apostando por ideas que necesitan calado en la sociedad, por cosas que cambian el mundo de alguna forma y que no van a tener un retorno de un día para otro.

¿Cómo ves el ecosistema emprendedor español?

El emprendedor, el inversor y en general el ciudadano español, tenemos mucho miedo al riesgo. Nadie financia proyectos de capital semilla, todos quieren ver tus métricas de crecimiento y esto es un factor que provoca una desigualdad enorme ya que en este país sólo puedes llegar a eso si das con un modelo que te genere retorno en dos días o haciendo una ronda de financiación family, friends and fools y para esto último necesitas tener un entorno socioeconómico privilegiado. Por lo tanto, deja fuera a muchas personas con talento y capacidad.

¿Y en relación con la COVID?

Va a haber muchas oportunidades en el entorno de las startups semillas ya que no se han metido en grandes inversiones todavía, no han crecido en equipo, tienen mucha menos estructura y por lo tanto, mucha facilidad para adaptarse y pivotar y su agilidad es mucho mayor. Creo que es un buen momento para la gente que estaba pensando en emprender o estaba empezando con una idea. Será una época, como todas las de crisis, de surgimiento de grandes ideas y grandes proyectos.