ENTREVISTA CORAL A W STARTUP COMMUNITY

6 emprendedoras responden 6 preguntas sobre tecnología, startups, futuro y empleo

El mundo está evolucionando deprisa, a golpe de pandemia y digitalización acelerada. Entrevistamos a 6 mujeres de la red W Startup Community, para conocer su visión sobre la crisis actual y su visión sobre el futuro que viene.

Entrevistamos a 6 mujeres de la red W Startup Community, para conocer su visión sobre la crisis actual y su visión sobre el futuro que viene

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Emprendedoras / economia

Agustina Barbaresi

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Nos encontramos en los albores de una crisis cuya profundidad aún desconocemos. Un momento de incertidumbre en el que, sin embargo, pueden surgir oportunidades interesantes en el ámbito del emprendimiento. Una situación que puede ser idónea para lanzar ciertas ideas de negocio.

Hoy contamos con seis mujeres empresarias, expertas o académicas, miembros todas de la red W Startup Community (WstartupC), una asociación sin ánimo de lucro independiente, de carácter social, con vocación de ayudar a las startups, en especial las de base tecnológica, a encontrar financiación o expandirse :

  1. Teresa Alarcos: presidenta y fundadora de W Startup Community
  2. Elena Ibáñez: Fundadora de Singularity Experts
  3. Ana Pérez: Fundadora de Canard Drones
  4. Dácil Borges: Presidenta de Click That Matters y Chief Marketing and Business Officer en Parkifast
  5. Isabel Córdova: embajadora española de W Startup Community y experta en emprendimiento e innovación
  6. Carmen Bernáldez Lara: Desarrolla Proyectos de Investigación, Educación y Tecnología para Innovación Social. Diversidad y co-creación para el desarrollo.

A ellas les hemos planteado seis cuestiones relacionadas con el emprendimiento, la tecnología, el empleo y la innovación. Aquí está su visión y sus reflexiones sobre la situación actual y algunas pinceladas sobre el futuro que viene.

¿En qué estado se encuentra el ecosistema emprendedor español con la crisis que estamos viviendo?

TERESA: en España hay unas 4000 startups y aproximadamente un 10% son de mujeres. Y lo que nos cuentan es que muchos proyectos que están en fase seed están en proceso de parada por la situación actual. Sin embargo, hemos estado hablando con inversores e inversoras que han hecho exits bastante sonados y lo que nos cuentan es que hay grandes oportunidades, hay muchas startups que están apareciendo y muchas otras que se están transformando o se han reconvertido para atender las necesidades que han surgido a raíz del confinamiento. No es un momento de scale up, pero sí de poner en marcha pequeñas ideas. A pesar de la situación, en WstartupC somos optimistas: nuestra industria no está tan desarrollada como en otros países, como pueden ser EE.UU. o Israel, y el potencial de es muy grande.

Dentro de todo lo malo que hemos vivido, el COVID también nos ha ayudado, en este caso a acelerar los procesos de digitalización (de muchas startups y emprendedores), que han venido para quedarse. Y también a estar más comunicados entre nosotros.

ANA: Es momento de crear nuevas empresas. Creo que vamos a vivir una época en los siguientes años de nacimiento de nuevas startups, algunas vinculadas a gente que ha perdido su empleo. Una de las cosas buenas que podemos sacar del confinamiento es que la gente se ha sensibilizado aún más con el confinamiento sobre cuestiones como el teletrabajo o la transformación digital. Quiero pensar que hasta las industrias más tradicionales se van a transformar y se van a abrir nuevos caminos.

ISABEL: Las crisis anteriores nos han mostrado que detrás de cada momento de incertidumbre riesgo se esconden grandes oportunidades. En el año 2000, algunas empresas que sobrevivieron a la crisis de las puntocom se encuentran hoy en una excelente posición, como Amazon, Priceline o eBay. De esto aprendemos que los inversores que apostaron por estas empresas en 2001, cuando sus valoraciones bajaron, son los que están teniendo un mejor retorno de su inversión. Entre 2007 y 2009 pasó algo similar; en esta época nacieron más de 50 startups que hoy son grandes unicornios. Empresas como Uber o Airbnb. Invertir o apostar por startups en las crisis es una gran oportunidad. 

Es el momento de salir a por las oportunidades que hay en sectores emergentes. El comportamiento o la disposición de las personas no está señalando dónde invertir. Por ejemplo, hay muchas buenas oportunidades en salud, educación, ocio y entretenimiento y todo lo relacionado con la cadena de suministros.

¿Habrá más lucha ahora para captar el interés de los inversores?

TERESA: Depende de la startup. Pero sí es importante hacer visible su modelo de negocio a los inversores adecuados. Hay algunos que están especializados en startups que están en un determinado momento (de madurez del negocio), otros que están especializados en sectores o industrias concretas. Uno de nuestros aprendizajes es que es importante hablar con startups que ya hayan conseguido esa financiación. Por eso ponemos en contacto startups que empiezan con otras que están más avanzadas o en otras fases, para que conozcan su historia. 

Los fondos propios que tienen las startups de mujeres suelen ser inferiores a aquellos con los que cuentan los hombres. Y también el apalancamiento, quizá por la mayor aversión que, en general, tenemos las mujeres al riesgo. Tenemos que atraer más inversión de fuera y por eso creamos WstartupC. Ahora estamos ya en 22 países.

ANA: Yo me encuentro en una ronda, soy de esas startups que busca inversores. Y lo que me encuentro es que los inversores están hablando ahora con empresas que ya conocen. Es muy difícil para una startup que está fuera del ecosistema y no los conoce. Porque los inversores apuestan por las personas: obviamente el proyecto es muy importante, pero se fijan mucho más en la confianza que les inspira el emprendedor. 

Es muy, muy importante hacer un seguimiento y asegurarte de que te conozcan los venture capital, que en España son muy pocos, alrededor de 100. Hasta que se llega a una ejecución, primero se produce una relación de larga duración.

También apuntaría a un fenómeno que se está dando en lo que respecta a la valoración. Una startup vale lo que vale, en función de su Ebitda (beneficio bruto de explotación), su cash flow y las perspectivas de crecimiento que tenga en función del tamaño de su mercado. Por alguna razón que desconozco, en la coyuntura actual la valoración de las compañías se ha diluido en cinco. Es una rebaja que no tiene sentido, pero se está dando.

ISABEL: Un buen proyecto siempre capta la atención de un inversor. Ahora, el proyecto tiene que verse una coyuntura global: debe tener unas métricas sostenibles, estar adaptado a un marco de tendencias… Precisamente, hablando de tendencias, uno de los criterios que están mirando mucho los inversores últimamente son los criterios de sostenibilidad. Y en este sentido, cada vez más están preocupados por encontrar grupos empresas con un equilibrio (de género) entre los miembros del equipo fundador. No solo porque esto genera un mejor ambiente de trabajo, sino porque suele suceder que son empresas con mejor rentabilidad y mejor retorno de la inversión. 

CARMEN: Aunque la inversión es menor en startups lideradas por mujeres, tanto en porcentaje de empresas que reciben inversión como en el volumen de la misma, lo cierto es que estas startups son muchas veces más rentables y más sostenibles, en el sentido de que son más duraderas. Quizá por el propio modelo de negocio, o por los sectores en los que están. Con respecto al ecosistema, está tomando mucha relevancia lo local, no solo en territorio, sino en negocios cercanos o conectados. Y también la inversión de impacto, sobre todo la de impacto social, donde las mujeres tienen mucha presencia. 

¿Por qué hay más mujeres vinculadas a proyectos con impacto social?

ANA: Cabe matizar que muchas startups lideradas por mujeres, por ejemplo en el sector tecnológico no están llamadas a tener un impacto social. Es decir, las mujeres no siempre tienen ese sesgo y no siempre se cumple esta correlación. 

CARMEN: Por supuesto, por eso es importante que no siempre se nos relacione con esos proyectos, aunque sí tengamos en buena medida esa sensibilidad empresarial. 

DÁCIL: Hay que diferenciar entre que el objetivo de una empresa sea social y el hecho de que las mujeres a nivel empresarial tengamos una visión quizá más global en cuanto al impacto que tienen las actividades industriales o corporativas. No es lo mismo decir que las mujeres estamos centradas en empresas únicamente vinculadas a negocios de índole social, como puede ser por ejemplo el cuidado de ancianos, porque no creo que sea así. Estamos generando empresas que tienen valor de negocio, estamos creando capital y empleos; y no tenemos por qué tener impacto social. Pero eso no significa que no tengamos una consciencia de la importancia de tener un equilibrio. La verdad que lo queremos todos: empresas entables, con un impacto ambiental mínimo y que permitan a nuestros trabajadores conciliar. Trabajamos duro para crear empresas con estas culturas.

¿Veremos más acuerdos de startups con grandes empresas en el escenario actual?

ANA: En realidad, para nosotros el corporate siempre ha formado parte de nuestro ecosistema, del entorno emprendedor.

TERESA: Nosotras desde nuestra visión hemos querido siempre sumar y unir a todo el mundo: emprendedoras, corporaciones que hacen intraemprendimiento, inversores, académicos, I+D+i… Las startups suelen ir más rápido que las corporaciones y queremos que se contagien de esa velocidad para formar alianzas. 

CARMEN: Es cierto que en empresas tecnológicas o digitales, al menos en el ámbito que me estoy moviendo en este momento (con iniciativas en el entorno rural de Andalucía), la mayoría necesitan o quieren crear comunidades cercanas y conectar con empresas del sector, tanto en la misma comarca como con las empresas muy potentes con sede en ciudades como Málaga, como Oracle, Accenture o Fujitsu.

Hablemos de la paradoja del sector tecnológico. Por un lado es muy avanzado en cuestiones como la conciliación. Pero por otro lado hay escasa presencia de mujeres en algunos ámbitos. ¿Qué hace falta para que fluya el talento femenino en la industria?

DÁCIL: Por un lado cabría hablar de la presencia de la mujer dentro de los equipos directivos de empresas tecnológicas y por otro de las nuevas generaciones. Creo que aún hay mucho gap en el sector tecnológico. Hay muy pocas mujeres como Ana, ingenieras aeronáuticas, con la suficiente experiencia o una carrera larga en el sector. Porque antes muy, muy pocas mujeres estudiaban estas carreras. Así que independientemente de las que dejan su profesión por cuestiones familiares o de otra índole, la masa de entrada de estudiantes es mucho más pequeña. Por tanto ha habido una disminución de la masa de mujeres que están en posición (de entrar a los equipos directivos).

Pero ahora sí veo gran cantidad de chicas, al menos en la Universidad Politécnica de Madrid, donde soy voluntaria en su proyecto de emprendimiento. El año pasado entorno al 40% de las que presentaron (al programa) fueron chicas e incluso había algún equipo liderado por ellas. Hay una nueva generación, muy preparada, que va a entrar muy fuerte. Creo que en unos años, entre 5 o 10, habrá una nueva oleada de mujeres que permitirá que oferta y demanda se igualen un poco más. Por no mencionar que muchas de esas mujeres STEM tendrán una salida en el emprendimiento, que es una gran oportunidad para poder compaginar la vida personal y laboral. 

ANA: Ojalá, Dácil. Yo desafortunadamente no soy tan optimista. Lo que dicen los números en aeronáutica, aunque creo que sería extrapolable a otras disciplinas, es que cuando yo acabé la carrera éramos un 20% de mujeres y el año pasado seguía habiendo un 20% de mujeres. No ha aumentado tampoco en teleco o informática, donde incluso ha bajado. Hay muchas iniciativas que trabajan con niñas para que abracen la tecnología. Pero no sé dónde hay solución para este estancamiento. La carrera científica sigue sin ser atractiva para las niñas… a menos que tengan un referente.

Por eso es importante la labor que hacemos: tenemos que ser referentes para las chicas, que vean que aquí hay una salida, en la ciencia. Y en el emprendimiento. Una de las cosas que suceden cuando quieres emprender es que te encuentras muy solo: no conoces a nadie, no conoces el ecosistema… A la asociación se nos acercan muchas mujeres jóvenes en congresos y ponencias que nos transmiten que quieren emprender, que tienen la idea y la ilusión, pero están solas.

En el mundo corporate en el que me he movido, hay grandes empresas que tienen una especie de cuotas, unos objetivos para aumentar los porcentajes de mujeres en mandos intermedios y en alta dirección. Ojo, no hablo de discriminación positiva: se trata de dar visibilidad e impulso a mujeres que se han ganado su puesto, para que esto en un futuro esté normalizado.

TERESA: Por eso organizamos encuentros de acceso libre para que emprendedoras experimentadas cuenten su historia a las que empiezan, sus aprendizajes y fracasos. Es importante estar unidas. Los referentes tanto a la hora de emprender como a la hora de escoger una carrera ingenieril suelen ser algún familiar.

Creo que es importante el movimiento de ahora, donde estamos viendo que se busca integrar la ingeniería en carreras tradicionales como medicina, derecho, ADE, periodismo o farmacia. Que el conocimiento tecnológico esté presente en todas las carreras, porque todas van a tener necesidad de conocer tecnologías disruptivas y ver sus usos en las materias que dominan. La cultura tecnológica hay que abordarla desde esta perspectiva, hibridando las carreras. De hecho, hay algunas universidades que ya lo hacen y están teniendo mucho éxito. Y en estos enfoques vemos presencia de mujeres también. Hacer la tecnología accesible a todo el mundo y ‘dulcificarla’ forma parte también de nuestro trabajo.

ELENA: Las rutas académicas complementarias, como las técnico-humanistas, son necesarias para crear perfiles mixtos y para poder formar personal en cuestiones para las que actualmente no hay oferta formativa. Es importante que las universidades empiecen a actualizarse de forma más rápida y con visión. Realmente hay un problema: no nos estamos preparando para lo que necesitamos. Y eso es un problema de competitividad bestial.

TERESA: Las corporaciones se están haciendo cada vez más eficientes por la incorporación de tecnologías y cada vez necesitan a menos gente. Creo que el camino para crear (proyectos) y para crear puestos de trabajo van a ser las startups. Y es importante que las mujeres estén presentes, porque ahora no lo están tanto. Entre otras cosas porque, no nos engañemos, muchos de los puestos más fácilmente automatizables son los que ocupan muchas mujeres en el middle management. Hay emprendedoras, pero muchas no están digitalizadas. Y deben estarlo.

Existe precisamente mucha preocupación sobre si con la adopción masiva de la tecnología habrá una gran masa de gente que se quedará fuera del mercado laboral…

DÁCIL: Es importante añadir en este punto que, si bien desaparecerán algunos puestos (de trabajo) o se sustituirán por otros por la tecnología, también aparecerán otros que antes no estaban. Por mucha implementación tecnológica, si no hay un equipo detrás que la gestione, un equipo que analice la información, un equipo con visión estratégica, etc. no sirve de nada que yo la integre. Lo que sí vamos a ver es un cambio de perfiles. Y esto ha ocurrido y va a ocurrir siempre. Pasamos de una etapa preindustrial a una industrial y ahora estamos pasando a una digital. Hay para mí un punto interesante y es que hay carreras, como les sucede a los médicos o a los pilotos, que tienen que estar en formación continua. Y sin embargo hay gente que se acomoda en su trabajo en ciertos conocimientos y no intentan actualizarse o seguir aprendiendo. 

ELENA: No todas las áreas de actividad con futuro van a estar relacionadas con la actividad técnica, ni mucho menos. Dentro del mapa de empleo del futuro que tenemos, aproximadamente la mitad de los puestos serán para humanistas, aunque es cierto que habrá tecnología implicada. Desde terapeutas que hacen terapias con realidad virtual, formadores de compañías que utilizan realidad aumentada, diseñadores de visualización de datos, expertos lingüistas en Programación de Lenguaje Natural (PLN), expertos en ética para el sector de la biotecnología… Hay muchísimas oportunidades para los humanistas. Pero así como el ingeniero tendrá que aprender de estas cuestiones, también el humanista tendrá que aprender cuestiones relacionadas con ciertos aspectos tecnológicos. Es importante hablar todos los “idiomas”. Lo importante es la capacidad de seguir aprendiendo. Y también son importantes las soft skills, que es algo que hay que tener para prosperar en cualquier trabajo.

ISABEL: Dentro de las soft skills, yo que me dedico a la cátedra echo de menos que se transmita a las nuevas generaciones el uso de la empatía, de la compasión y de la tolerancia. Factores que son fundamentales en la época que estamos viviendo, para estrechar y formar puentes que permitan llegar a objetivos comunes.