El valor del trato de las empresas a sus empleados en la crisis de la COVID

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Coronavirus / economia

Katherine Davidson (Schroders)

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La relación de las empresas con sus empleados ha sido objeto de un intenso escrutinio y se intensificará aún más a medida que avancemos en la nueva normalidad. Por ello, creemos que un nuevo contrato social surgirá a medida que la crisis de la COVID-19 cambie las relaciones entre las empresas y sus empleados.  

Así pues, mientras que muchos empleados con trabajos de oficina podrán trabajar desde casa, el panorama es muy diferente para aquellos considerados como trabajadores esenciales. Esta crisis ha puesto de relieve que hay sectores dentro del mercado laboral cuya importancia puede haber sido pasada por alto, y ciertamente no se refleja en su remuneración. El personal de los supermercados, los repartidores, el personal de los almacenes y los empleados de los fabricantes y procesadores de alimentos son solo algunos de los nuevos empleados de "primera línea" que son fundamentales para mantener la economía en marcha. Y aunque los médicos y las enfermeras son los nuevos héroes nacionales, hay una creciente conciencia de que el buen funcionamiento de los servicios de salud y atención sanitaria también dependen del llamado "personal menos cualificado", como los celadores de los hospitales, los limpiadores y el personal de los asilos y asistencia domiciliaria. Estos empleados suelen trabajar en entornos en los que la interacción con los clientes o los pacientes supone un peligro especial.

Esta crisis ha puesto de relieve que hay sectores dentro del mercado laboral cuya importancia puede haber sido pasada por alto, y ciertamente no se refleja en su remuneración

A medida que las economías se vayan reabriendo gradualmente, pero sigamos sin una vacuna contra el virus, las empresas de los sectores "no esenciales" también deberán tener en cuenta estos retos.

Si bien los gobiernos y los reguladores ofrecerán orientación, la responsabilidad de proporcionar un entorno seguro para los empleados y los clientes recae sobre las empresas. Las más urgentes son las medidas para abordar cuestiones de seguridad específicas relacionadas con la crisis. Las oficinas, los centros comerciales y los restaurantes se apresuran a encontrar soluciones innovadoras a los requisitos de distanciamiento social.

Si bien los gobiernos y los reguladores ofrecerán orientación, la responsabilidad de proporcionar un entorno seguro para los empleados y los clientes recae sobre las empresas

Otros, como el trabajo a distancia y flexible, parece probable que se apliquen de forma más permanente. Varias empresas ya han ampliado el trabajo desde casa indefinidamente. Aunque es más fácil para algunas industrias que para otras, muchos trabajadores solicitaban una mayor flexibilidad, pero tal vez han temido pedirla. Es probable que las empresas que se adapten a la nueva normalidad y hagan las inversiones necesarias en tecnología se vean recompensadas con una mano de obra más feliz, más motivada y potencialmente más productiva. También es probable que les resulte más fácil contratar personal al ofrecer esa flexibilidad, sobre todo entre las generaciones más jóvenes

Más allá de la protección física, algunas compañías también han tomado medidas para proteger o mejorar la salud financiera de los empleados. Muchos de los trabajos esenciales mencionados anteriormente están mal remunerados, especialmente a la luz de los posibles riesgos para la salud que se corren. Por ello, algunas compañías en industrias esenciales - incluyendo la mayoría de los supermercados del Reino Unido y Estados Unidos - han introducido "retribución extra por riesgo" para el personal. Aunque es bienvenida en tiempos de necesidad, la "retribución extra por riesgo" temporal no servirá de mucho a largo plazo para elevar permanentemente los salarios en la base de la pirámide. 

 Las pandemias a lo largo de la historia han dado lugar, en general, a un cambio de los retornos desde el capital a la mano de obra 

The Economist ha señalado que las pandemias a lo largo de la historia han dado lugar, en general, a un cambio de los retornos desde el capital a la mano de obra en forma de ingresos reales mucho más elevados para los trabajadores. Estas crisis aumentaron el poder de negociación de los trabajadores supervivientes. La economía actual es obviamente muy diferente, pero la COVID-19 puede llegar a representar un punto de inflexión para la creciente desigualdad.