GUERRA COMERCIAL

EEUU amenaza con nuevos aranceles a los productos europeos

donald trump

donald trump / periodico

Ricardo Mir de Francia

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No hay tregua para la beligerancia comercial de Estados Unidos. Ni siquiera la mayor crisis económica en casi un siglo ha enfriado sus pistolas. La Administración de Donald Trump ha anunciado este miércoles que baraja la imposición de nuevos aranceles a las exportaciones de productos españoles, británicos, franceses y alemanes por valor de 3.100 millones de dólares (2.750 millones de euros), una amenaza que de llevarse a cabo podría contraer todavía más los flujos del comercio mundial, llamado a reducirse este año casi un 12%, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional. Las pretensiones estadounidenses llegan después de que encallaran las negociaciones entre ambos bloques para resolverá la disputa comercial derivada de los subsidios a los gigantes aeroespaciales Airbus y Boeing.

La lista de productos potencialmente sancionados con un impuesto aduanero que podría alcanzar el 100% incluye las aceitunas, la cerveza, la ginebra, el vodka, el chocolate o el cacao, así como maquinaria y algunos tipos de camiones. También contempla aumentar los aranceles ya aplicados a productos agropecuarios como el queso y el yogurt o artículos derivados del cuero, lo que afectaría a firmas de lujo como Givency o Hermes. Por el momento, el Departamento Comercio ha dado de plazo hasta el 26 de julio para que los sectores afectados presenten sus alegaciones públicas y no se espera que la decisión definitiva se tome antes de septiembre. No es la primera vez que Comercio amplía la lista de productos potencialmente sancionados, a modo de estrategia para obligar a Bruselas a cumplir con sus términos en la disputa comercial. 

En el fondo la disputa es bastante absurda, si se tiene en cuenta la larga amistad y los profundos vínculos económicos que mantienen ambos bloques o el hecho de que ninguno de ellos parece haber jugado limpio en la financiación de sus respectivos gigantes aeronáuticos. El pasado mes de octubre la Organización Mundial del Comercio (OMC) dio vía libre a Washington para que impusiera aranceles por valor de 7.500 millones de dólares a las exportaciones europeas para compensarle por los perjuicios derivados de los “subsidios ilegales” concedidos a Airbus por España, Francia, Reino Unido y Alemania.  El problema es que Bruselas sostiene que su socio trasatlántico hizo los mismo con los subsidios aportados a Boeing y espera que la OMC falle este mismo año a su favor para cobrarse la factura con aranceles por valor de 11.200 millones de dólares a los productos estadounidenses.

Lo lógico en tiempos normales es que ambas partes hubieran alcanzado a un acuerdo sin que la sangre llegara al río. Pero Trump ha hecho de los aranceles un modo de vida para extraer concesiones comerciales de rivales y amigos, y la entente ha demostrados ser muy escurridiza. “En las últimas semanas EE UU ha dado marcha atrás en las conversaciones para llegar a un acuerdo”, dijo recientemente el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan. “Si las cosas no cambian, la UE no tendrá más alternativa que ejercer sus derechos de represalia e imponer sus propias sanciones”. Las disputas y las amenazas no acaban ahí porque ambos bloques están enzarzados en un conflicto similar a raíz de la fiscalidad de las multinacionales tecnológicas, la llamada tasa Google.