INVERTIR A MEDIO PLAZO

Cómo puedo gestionar mi patrimonio pensando en 2021 como el horizonte

Este año se ha convertido en una auténtica tortura para los ahorradores. Se ha pasado de la sensación de generar más rentabilidad en las inversiones de finales del 2019, a preservar el capital del que se dispone. Pero hay una alternativa que muchos empiezan a abrazar: crear una estrategia pensando en 2021. Es decir, generar rendimientos con ese horizonte de inversión.

Este año se ha convertido en una auténtica tortura para los ahorradores. Se ha pasado de la sensación de generar más rentabilidad en las inversiones de finales del 2019, a preservar el capital. Pero hay una alternativa: pensar ya en el próximo año

Gestión patrimonial

Gestión patrimonial / economia

Héctor Chamizo

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Por lo pronto, todos los expertos señalan que estamos ante un año especialmente complicado, ya que hay una absoluta falta de previsibilidad acerca de lo que podría pasar en los siguientes meses, debido a los efectos colaterales por la pandemia del coronavirus.

Sin ir más lejos, el Banco de España ha establecido diferentes escenarios de la afectación de la epidemia. En el más benigno, con una duración de ocho semanas del confinamiento, podría suponer una caída del PIB del -6,8% y una tasa de paro del 18,3%, mientras que en el más adverso (12 semanas de confinamiento) implicaría que la economía retrocedería -12,4% y el paro podría llegar al 21,7%. Absolutamente desolador.

Según José Luis Herrera, analista independiente, esto genera ciertas dudas y distorsiones “a la hora de realizar una configuración exacta de nuestras inversiones, porque el horizonte en el medio plazo, al menos, no está para nada despejado”. Por eso, es mejor tener un plan trazado ya en aras de centrarse en los retornos de capital de largo plazo.

Estas mismas dudas, según Victoria Torre, responsable de producto de Singular Bank, se pueden ver también en las empresas, muchas de las cuales “no están ofreciendo en sus presentaciones de resultados previsiones para el conjunto del año”. De ahí a que, en este contexto, resulte complicado saber “cómo gestionar el patrimonio, y nuestra posición siguiendo cautelosa”.

Especialmente, Torre señala que el mundo afronta la mayor recesión desde la Gran Depresión de 1929 ante la disrupción de un shock inesperado como ha sido la mutación del brote del Covid-19 de China en una pandemia a nivel global. Las medidas de contención adoptadas por los Gobiernos para frenar su propagación no solo han transformado el día a día de los ciudadanos, sino que también “han contraído drásticamente la actividad económica, especialmente en el sector servicios”.

Una mayor cautela

La actual recesión global no solo parece más profunda que la provocada por la crisis financiera de 2008-2009, sino que también afectará tanto a economías avanzadas como emergentes. Eso, dice Torre, lleva a mantener en la actualidad “una postura conservadora en el posicionamiento de las carteras”, con menor peso en activos de riesgo en nuestro patrimonio respecto al que se consideraría neutral en un contexto normalizado de mercado para cada perfil de cliente.  

En este sentido, Herrera añade que “la vigilancia de los movimientos que hacemos con nuestro dinero será más alta que nunca”. Así, hay que tener especial cuidado “con las inversiones de corto y medio plazo en bolsa, el crédito, la volatilidad de los mercados, o las inversiones en activos como el petróleo”. 

Tendencias que seguir pensando en 2021

Estados Unidos, como punto de partida, tiene una economía más regionalizada: menor dependencia de la economía global. Además, cuenta con una política monetaria y fiscal más agresiva y coordinada que en Europa, por lo que hay que es un mercado que se puede tener en cuenta por el que apostar a la hora de invertir nuestro capital.

Según Torre, una de las opciones más interesantes es posicionarse en “megatendencias”, que nos ayudan a construir “una cartera con potencial de crecimiento futuro en temáticas que sean menos dependientes, en la medida de lo posible, de la evolución de los ciclos”. 

Siguiendo esta base, la experta considera que existen diversas razones a favor de esta estrategia de gestión patrimonial. En primer lugar, por la capacidad para generar “cambios profundos y permanentes en la sociedad”. Cambios en nuestra manera de vivir, en la economía, en la forma de gestionar los negocios, o en la manera de relacionarnos.

Por tanto, con una alta probabilidad de convertirse en los nuevos motores de crecimiento económico y que tengan “un impacto irreversible y permanente tanto en la economía como en la sociedad a largo plazo”, destaca.

De igual modo, la disrupción sin precedentes que estamos viviendo, económica, tecnológica y social, cambiará “el comportamiento de los consumidores: cómo comemos, trabajamos, compramos, socializamos, gestionamos nuestra salud, o nuestro tiempo libre”, lo cual es importante a tener en cuenta de cara a las inversiones en la gestión patrimonial.

El Covid-19 acelerará sin duda algunas de estas megatendencias que ya existían y que estaban sucediendo, para convertirlas “en cambios de comportamiento mucho más inmediatos”, concluye Torre.