IMPACTO DE LA PARÁLISIS ECONÓMICA

La pandemia del coronavirus condena al turismo en España

Turistas con mascarilla junto a la Sagrada Família

Turistas con mascarilla junto a la Sagrada Família / periodico

Carles Planas Bou

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En casi un abrir y cerrar de ojos el turismo puede pasar de ser el principal motor económico de España a ser su condena. En medio de una pandemia mundial que levanta fronteras y limita el movimiento y el contacto humano, el coronavirus covid-19 hunde en la incertidumbre al que hasta ahora había sido un valor seguro para el crecimiento. La decisión de ayer del Gobierno de poner en cuarentena a los viajeros internacionales que visiten el país añade más interrogantes a un sector paralizado.

Según lo acordado por el ejecutivo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, los turistas que lleguen a España a partir de este viernes, 15 de mayo, se verán obligados a permanecer 14 días en cuarentena en su domicilio o alojamiento para evitar nuevos focos de propagación del virus. El responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, remarcó que esa restricción se debe a que esos turistas pueden proceder de países en los que la pandemia no está bajo control, algo que supondría un peligro manifiesto de rebrotes en España que torciese la “favorable evolución” de la actual situación epidemiológica.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, remarcó este martes que la medida adoptada pretende “que el esfuerzo de ocho semanas no se malogre con casos de infectados de otros países”, informa Iolanda Mármol. De esta manera, los viajeros internacionales “solo podrán salir de su domicilio para adquirir alimentos, productos farmacéuticos o la necesidad de ir al medico o causas de fuerza mayor” y deberán ir “siempre con mascarilla”. La restricción se aplicará hasta que dure el estado de alarma.

Los trabajadores transfronterizos y los profesionales sanitarios o de cuidado de mayores que se dirijan a sus centros de trabajo quedarán exentos de esas limitaciones. Fuera de esos casos y otros como los delegados de misiones diplomáticos o los ciudadanos que puedan acreditar causas de fuerza mayor se verán afectados por la restricción de movimientos aplicada por el Ministerio del Interior.

FALTA DE SEGURIDAD EN LAS AEROLÍNEAS

La pandemia del coronavirus y el invierno económico que ha traído consigo ha dejado a las aerolíneas "en situación de supervivencia”, como la ha definido la Asociación de Líneas Aéreas (ALA). En las últimas semanas el tráfico aéreo ha caído un 95% y el número de vuelos cancelados supera los 250.000 sólo en España. Ese frenazo productivo amenaza ahora con una caída de ingresos de 15.000 millones de euros, con un impacto económico nacional de unos 55.000 millones de euros, casi el 4,4% del PIB, informa Eduardo López Alonso.

Su futuro es incierto. Conscientes de que las restricciones sanitarias del Gobierno merman su negocio, algunas compañías han optado por eludir las medidas de seguridad establecidas. Este fin de semana un vuelo de Iberia entre Madrid y Gran Canaria cargado de pasajeros disparó las alarmas y evidenció la negativa de las aerolíneas a reducir un tercio su capacidad (o la mitad a partir de la fase 1 de desconfinamiento) y mantener las distancias.

La presión al Gobierno se redobla. Ryanair, por ejemplo, exige ahora cancelar las tasas para aparcar sus aviones en aeropuertos públicos mientras asegura que en julio reanudará el 40% de sus vuelos sin establecer una directriz para separar a sus pasajeros. Casi 900.000 empleos del sector aéreo en España están en riesgo.

Aunque han reforzado la limpieza y desinfección de sus instalaciones, ven en esas directrices públicas una amenaza a la viabilidad económica de sus rutas. Parte del sector turístico español no entiende las restricciones del Gobierno. “Estamos totalmente sorprendidos, ya que no teníamos noticias al respecto y no es correcto enterarnos directamente por la publicación de la Orden del BOE”, explica Martí Serrate, presidente de Acave (Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas).

VALES FRENTE A REEMBOLSOS

“No venía de esperar 48 horas”, lamenta Serrate, en relación a la reunión de la Comisión Europea de este miércoles donde los estados miembro de la Unión Europea deberán establecer un marco común de directrices para restablecer progresivamente los servicios de transporte, reanudar las actividades turísticas y abrir gradualmente las fronteras dentro del espacio Schengen. El plan de Bruselas apoyará el uso de vales o bonos de viaje en vez del reembolso del precio del billete para “aliviar los problemas de liquidez de las empresas de viajes” (cruceros, aerolíneas y tour-operadoras) y salvaguardar su negocio.

Las limitaciones a la movilidad aseguran un desplome de la llegada de extranjeros y dibujan un verano donde solo el turismo interior podrá salvar algo de la temporada. Aunque desde este lunes los hoteles y terrazas ubicadas en territorios en fase 1 podrán abrir, la gran cantidad de estrictas medidas de seguridad hace que para muchos establecimientos no compensen la apertura.

En 2018 el turismo aportó hasta 178.000 millones de euros a la economía española, lo que supone un 14,6% del PIB nacional. Las playas, las terrazas, los bares y el buen clima han llevado a España a ser la quinta potencia turística de la Unión Europea y la novena a escala mundial. Pero la pandemia ha subvertido todo esto. Con hasta un 92% fuera del trabajo activo, afectados mayoritariamente por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), la hostelería y los servicios de restauración son los más perjudicados por el coronavirus.

España se enfrenta a un gran dilema: su modelo económico depende de un turismo masivo que dispara el riesgo de nuevos rebrotes que endurezcan la actual crisis sanitaria.