YA HAY GUÍA DE MEDIDAS

Oposición frontal de hoteleros y restauración a la limitación del aforo del 30%

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Eduardo López Alonso

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La hostelería y la restauración vive un momento de desesperación. El anuncio del Gobierno de que limitará el aforo de los establecimientos al 30% en el periodo de restablecimiento de la actividad ha desorientado a un sector que llevaba semanas trabajando en una guía de adaptación a la nueva situación y ha visto como el Ejecutivo hacía anuncios sin contar con el asesoramiento técnico ofrecido. Bares, restaurantes y hoteles consideran que la vuelta a la actividad debe venir de la aplicación de medidas para aplicar la debida seguridad sanitaria y no de un simplista control de aforo. "La mera reducción del aforo de los locales no ofrece seguridad sanitaria, lo más importante es aplicar las recomendaciones y mantener la distancia social", opina Josep Maria Bonmati, director general de la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc.

La guía elaborada por el sector actualmente se encuentra en proceso de aprobación por parte del ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española), entidad designada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para desarrollar estos planes en los distintos sectores que aborda el turismo.

En opinión de José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, "estamos ante una situación de verdadera reconversión del sector, como la minería, con previsión de cierres tremendos", que en su opinión requiere medidas de apoyo que pueden ir desde la extensión de los ertes, la reducción del IVA o la facilitación de microcréditos al 0,25% de interés como ha hecho Alemania. Opina que el Gobierno "ha utilizado hasta ahora el sistema de radio macuto y confío en que rectifique y haga caso a los expertos del sector". 

En la misma línea, Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, ensalza el papel de los 15 expertos que han desarrollado ya la guía que deberán aplicar los establecimientos tras el confinamiento y que establece desde las características de mobiliario de los establecimientos, las distancias y protocolos en la barra y en la sala, en la recepción de materias primas hasta los sistemas de limpieza de los aseos. La idea es que si se aplican esas medidas sanitarias consensuadas puede haber establecimientos que no deban siquiera reducir el aforo. 

El fantasma del cierre patronal aflora si las exigencias de control de aforo se aplican en forma de plato único. Para Bonmatí, "el porcentaje del aforo no delimita la rentabilidad o no de un negocio. Hay que entender la diversidad del sector y las diferentes realidades". Yzuel reconoce que habrá un cambio relevante de los hábitos de los clientes y que aquellos más mayores es previsible que no vayan a bares y restaurantes por miedo al contagio. Por ello defiende que hay que priorizar el control de la distancia social más que el aforo. En cualquier caso opina que "por debajo de un aforo del 60% es difícil la supervivencia de cualquier negocio", ya que no es posible mantener el 100% de los gastos y recortar el 70% los ingresos.

En estas circunstancias se da por seguro que las colas y los controles de acceso van a ser habituales en el futuro.  Pero si ya tradicionalmente las colas son un enemigo básico para cualquier actividad comercial, la situación futura puede serlo todavía más. "Lo importante es que la distancia social se cumpla y se genere confianza con el cumplimiento de la normativa sanitaria", concluye Bonmatí.  

 Para Mauricio García de Quevedo, director general FIAB, Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas, que representa al primer sector industrial del país con más de 30.000 empresas y casi 500.00 trabajadores, las medidas necesarias para enmendar la situación es dotar de "liquidez, garantizar el mínimo impacto posible sobre el empleo y reactivar la demanda y el consumo".