Doblar las terrazas para recuperar la alegría

'La Alegría de la Huerta' ha perdido su esencia, como los otros locales del Paseo Marítimo de València y que los miles de bares de playa de España. "Llevamos aquí 31 años", explica José Miralles, su propietario, y nunca antes se habían visto en una igual. Las patas de las sillas hacia arriba parecen levantar los brazos pidiendo clemencia.

Se confiesa "poco optimista" por los 'nubarrones' que cubren al turismo de sol y playa. "En temporada estival entre el 60% y el 70% de nuestros clientes son extranjeros y esos son imposibles de recuperar este verano por el cierre de fronteras, la caída de vuelos y el miedo. Nos acogeríamos al nacional pero, con el paro disparado y las pymes sin abrir, pinta mal", resume.

Por eso exigen levantar los ertes de manera escalonada y medidas fiscales pero, sobre todo, claridad en las medidas sanitarias que se van a exigir.  "No pueden ser parches y se tienen que consensuar. Damos por hecho dispensadores de hidroalcohol, guantes, mascarillas, mantelería desechable y la separación de las mesas. También se pueden hacer cartas de un solo uso o que se descarguen con códigos QR. Hay muchas cosas", resume.

En las playas, Miralles apunta a una medida que puede salvar los muebles. "Ocupar el doble de metros de terraza, con las mismas mesas y la misma tasa", apunta. "Se puede aplicar fácilmente y nos daría vida", subraya. Pero pide analizar bien las medidas que suponen una inversión importante como las manidas mamparas. "No creo que queramos vivir así para siempre", apunta. "Somos mediterráneos", sentencia. El covid-19 parece no haber acabado con eso.

El precedente del tabaco

Todos en el sector tienen un precedente en la cabeza. El de la ley antitabaco de hace una década. "Nosotros lo vivimos en primera persona, acondicionamos la mitad del local para fumadores y la otra para no fumadores, nos dejamos un pastón y a los seis meses se prohibió fumar en todos los locales", recuerda. "Por eso necesitamos seguridad jurídica, económica y emocional con medidas que nos pueden costar muchísimos dinero", añade.

También habrá que adaptar. "No es lo mismo un bar de 60 metros en la ciudad, un local de playa o una sala de fiestas. No puede ser igual para todos", advierte.

Deberes...para el Gobierno

Miralles también apunta que hay cosas que no pueden hacer ellos. Por eso no ve viables termómetros de temperatura que les obliguen a "señalar a los clientes". "Lo que necesitamos es que el Gobierno haga test masivos a toda la población para ver si podemos compartir vida o no, eso evitaría muchos quebraraderos de cabeza y mucho gasto posterior", señala.

Pero hay más deberes para el Ejecutivo. "Hay países locos por captar al turista internacional que es asiduo a España y eso no lo podemos perder, hay que acelerar en eso todo lo que se pueda", reclama.