PREVISIONES

El FMI prevé un aumento significativo del déficit y la deuda española

Kristalina Georgieva, presidenta del FMI.

Kristalina Georgieva, presidenta del FMI. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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El déficit público se multiplicará por tres y la deuda se disparará 18 puntos porcentuales. Esos son los cálculos que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el impacto en las finanzas españolas de las medidas de estímulo fiscal aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para mitigar las consecuencias de la parálisis económica derivada del nuevo coronavirus. El coste de la factura anulará en gran medida el esfuerzo fiscal realizado en la última década para tratar de sanear las cuentas públicas y cumplir con los criterios de la Comisión Europea, que ha dejado temporalmente en suspenso el Pacto de Estabilidad para dar un respiro a sus estados miembros. El caso de España está lejos de ser excepcional, ya que son mayoría los países que han tenido que desplegar sus arsenales fiscales para prevenir el colapso de la economía

"El brote de covid-19 y sus consecuencias económicas y financieras provocarán un incremento masivo de los déficits fiscales y los niveles de deuda en comparación con las proyecciones previas", asegura el FMI en su informe de ‘Supervisión Fiscal’, presentado esta mañana en Washington. Sus analistas prevén que los ingresos fiscales en todo el mundo se resientan notablemente por la caída de la producción, un descenso en la recaudación acompañado por un aumento considerable del gasto público para reflotar a empresas, hogares y sistemas sanitarios. Pero esta vez ni Bruselas ni el FMI se han atrevido a leerle la cartilla nadie. Quizá porque no hay chivos expiatorios ni soluciones mágicas en esta crisis. "El incremento considerable de los déficits este año es necesario y apropiado en muchos países", ha sentenciado el Fondo.

En el caso de España, el desajuste presupuestario se acercará al de los años más crudos de la Gran Recesión y la posterior eurocrisis. Del 2,6% de déficit público del 2019 se pasará este año a un 9,5% del PIB, dos puntos más que la media de la eurozona prevista por el FMI. Es muy similar al de Francia (9,2%), pero superior al de Alemania (5,5%), Italia (8,3%) y el Reino Unido (8,3%). Entre las grandes potencias mundiales, Estados Unidos se lleva la palma con un aumento del déficit de casi 10 puntos. Quedaría en el 15,4%, tras haber aprobado un rescate de más de dos billones de dólares.

El dato español es llamativo porque, según el laboratorio de ideas Bruegel, con sede en Bruselas, España es después de Hungría el segundo país que menos fondos públicos había gastado hasta el 30 de marzo en medidas de "estímulo fiscal inmediato" de los nueve países europeos analizados en el informe. Un 0,7% de su PIB, lejos del 6,9% alemán o el 2,1% danés, los países que encabezan la lista. Entre las medidas de estímulo inmediato el estudio incluyó las ayudas al sistema sanitario, las subvenciones a las pymes, los cortafuegos para frenar los despidos o la inversión pública. 

Respecto de la deuda española, el Fondo vaticina que aumentará hasta el 113,4% del PIB, tras haber quedado el año pasado en el 95,5%. En términos relativos es una cifra que no se veía desde principios del siglo XX, poco después de las guerras coloniales que desembocaron en la pérdida de Cuba y Filipinas. Con esos desajustes en las cuentas públicas, unidos a un crecimiento negativo para este año del 8%, según la previsión del Fondo, la salida de la crisis se antoja dolorosa y complicada. No solo para España, sino también el grueso de la eurozona, instalada desde hace años en una expansión pírrica. 

El Fondo considera, en cualquier caso, que es pronto para calibrar el impacto real del covid-19 en las finanzas estatales. "La previsión es muy incierta. Dependerá de la duración de la pandemia, pero también de si la recuperación económica es rápida o la crisis se eterniza". Sus economistas insisten en que los esfuerzos para contener la propagación del virus tienen que seguir yendo acompañados por medidas fiscales para proteger a las empresas y los trabajadores. "El objetivo es impedir que la crisis sanitaria genere una duradera debilidad de la demanda que reduzca el bienestar de la población", dice su informe.