resultados del 2019

La Sareb incrementa sus pérdidas hasta los 947 millones

Jaime Echegoyen, presidente del Sareb.

Jaime Echegoyen, presidente del Sareb. / periodico

P. Allendesalazar

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Sareb, la empresa semipública en la que se aparcaron los activos inmobiliarios tóxicos de las entidades financieras rescatadas, sigue acumulando pérdidas multimillonarias. El también conocido como banco malo ha anunciado este jueves unos números rojos de 947 millones de euros en el 2019, los octavos consecutivos desde su nacimiento, con un incremento del 8% debido a que ha tenido que reconocer un impacto de 83 millones porque no podrá generar en el futuro los resultados necesarios para aprovecharse de derechos al menor pago de impuestos (activos fiscales diferidos).

La compañía presidida por Jaime Echegoyen, participada en un 45,9% por el Estado y el resto por entidades privadas (básicamente bancos españoles), nació en el 2012 prometiendo una rentabilidad del 14% en sus 15 años de vida. Sin embargo, tanto el público Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) como la propia Sareb reconocieron ya hace años que ni siquiera se podrán recuperar todas las ayudas públicas que se le inyectaron (2.192 millones). El Estado ya ha dado por perdido el 92,4% (2.024 millones), y eso sin tener en cuenta los números rojos del 2019, con lo que el mayor temor es tener que poner más dinero, como advirtió la Comisión Europea en el 2016 pero la compañía descarta.

Para contribuir a evitarlo, el Gobierno aprobó hace dos semanas que la firma no entre en causa de disolución aunque su patrimonio neto caiga por debajo de la mitad de su capital social. De momento, sus recursos propios bajaron el año pasado desde los 2.607 millones hasta los 1.659 millones de euros (230 millones de capital y 1.429 millones de deuda subordinada), frente a los 4.800 millones originales. La decisión del Ejecutivo es clave para su supervivencia, porque las previsibles pérdidas de los próximos ejercicios continuarán erosionando su situación patrimonial. Además, también le va a permitir aceptar operaciones que ahora rechazaba por su impacto en los fondos propios pese a ser atractivas dada la situación del mercado. "Hasta el momento, Sareb está cumpliendo su mandato. Además, como parte de su responsabilidad social corporativa, cuenta con un programa de promoción de vivienda social", justificó el Gobierno. 

Otro aspecto clave es que la compañía amortizó el año pasado otros 825 millones de la deuda avalada por el Estado que entregó a los bancos que le cedieron los activos (un 60% menos que los 2.114 millones del 2018). En sus siete años de actividad ya ha cancelado 15.676 millones, un elemento fundamental para no provocar por ese lado un quebranto mayor a las cuentas públicas del que se derive de no devolver el capital, si bien le quedan todavía 35.105 millones pendientes.

Menos ingresos

El origen de los problemas de la Sareb es el sobreprecio que se vio obligada a pagar por los activos que recibió: acumula unas minusvalías latentes de 6.819 millones por la diferencia entre ese coste de adquisición y su valor de mercado (6.323 millones en los préstamos y 496 millones en los inmuebles). Para paliarlo, la empresa decidió el año pasado reducir la venta mayorista de créditos a promotores para no tener que asumir los descuentos excesivos reclamados por los inversores y que los bancos sí pueden aceptar gracias a que tienen la pérdida contable cubierta por provisiones. La compañía optó por intensificar la transformación de los préstamos en inmuebles, así como impulsar la promoción residencial y el desarrollo de los suelos. Así, ejecutó las garantías de créditos por valor de 1.867 millones de euros, un 33% más, lo que le permitió sumar a su balance 21.140 inmuebles.

La estrategia tiene el inconveniente de que alarga los plazos para vender los activos y aumenta los costes de mantenimiento y legales. De hecho, sus ingresos cayeran el 34% en el 2019, hasta los 2.308 millones, y por primera vez la venta y gestión de los inmuebles (1.328 millones) aportó más que los intereses y las ventas de los préstamos (943 millones). La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) le advirtieron en julio del año pasado que debía evaluar "cuidadosamente" la "viabilidad" de esa estrategia, pero la Sareb defiende que le permitirá obtener un mayor valor por sus activos para generar caja y así poder amortizar la deuda con aval público.

Balance menguante

La Sareb tiene todavía en balance activos por valor de 32.274 millones de euros (19.407 millones en préstamos, un 51% menos que en el 2012, y 12.807 millones inmuebles, un 13% más), tras haberlos reducido un 36% desde los 50.781 millones originales. El porcentaje se antoja pequeño teniendo en cuenta que está prácticamente en la mitad de su vida, si bien el FROB abrió el año pasado la puerta a retrasar su fecha de liquidación más allá del 2027. El ritmo de venta de inmuebles bajó el año pasado un 19%, hasta las 16.948 unidades, por el descenso de las operaciones fruto de acuerdos con promotores (-53%) como consecuencia de su nueva estrategia de transformación de activos financieros en inmuebles. Las ventas directas, en cambio, apenas han variado (-0,4%). 

La caída de los gastos operativos (4%, hasta los 670 millones) y sobre todo de los costes financieros (11%, hasta los 586 millones) permitió una ligera reducción de las pérdidas antes de impuestos (864 millones, un 2% menos). La compañía tiene cedidas 2.336 viviendas de las 4.000 ofrecidas para fines sociales a 26 ayuntamientos y comunidades autónomas y recientemente ha anunciado que pretende llegar a las 10.000 viviendas mediante contactos con ayuntamientos de menor tamaño