SECTOR CASTIGADO

La pesca en Catalunya, prácticamente parada por el coronavirus

Las cofradías de Barcelona y Tarragona han cerrado y en Mercabarna la actividad relacionada con el pescado cae un 40%

ACN

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Va a ser cada día más difícil de encontrar pescado de costa en Catalunya. La <strong>crisis del coronavirus </strong>tiene prácticamente parada a la flota catalana, con las cofradías de Barcelona y Tarragona cerradas, la de Palamós a punto de hacerlo y las de Arenys de Mar, Cambrils o las del Ebro a medio gas. En Mercabarna, las actividades relacionadas con el pescado han caído entre un 30% y un 40% en la última semana, y eso que el producto pescado en las costas catalanas solo representa un 15% del total de las ventas.

El cierre de bares y restaurantes ha supuesto un impacto importante para el sector, que ve cómo los precios caen en picado. Además, los pescadores tienen dificultades para aplicar medidas de seguridad contra el virus en las barcas, puesto que ahí han de trabajar "codo con codo".

En Mercabarna, la caída de la pesca se nota ya desde el viernes. Por una parte por la falta de actividad en los puertos de toda España (un 60% del pescado que se vende en Catalunya proviene del resto del Estado) y por otra, por el cambio de hábitos de consumos. Según los mayoristas, la actual situación de confinamiento lleva a la población a decantarse por productos "más fáciles y rápidos" a la hora de ir a comprar. A ello se le añade el cierre de bares, restaurantes y hoteles, importantes clientes del sector pesquero. 

Adaptarse a las medidas sanitarias

Esta semana, con menos barcas en el mar, los pescadores se enfrentan al reto de adoptar en las barcas las medidas de para evitar contagios como es mantener las distancias de seguridad. "Solo salen las barcas que creen que pueden respetar esas medidas de seguridad", explica el presidente de la Federació Catalana de Cofraries de Pescadors, y patrón mayor de la de Roses (Alt Empordà), Antoni Abad, que admite que "no hay una tónica generalizada". En Roses siguen saliendo a pescar cuatro barcos de la flota de arrastre, mientras que hay 16 que se quedan en puerto.

Abad ha detallado que el cierre de hoteles, bares y restaurantes ya supuso un replanteamiento del trabajo porque corrían el riesgo de capturar más pescado del que demandaba el mercado. "Podíamos tener un 'stock' demasiado grande de pescado y que el precio bajara tanto que no fuera rentable ir a pescar", ha dicho.

Esta semana que la situación se ha invertido por la reducción del número de barcas que salen a pescar, aparecen otros escollos como la dificultad para adoptar medidas de seguridad exigidas para evitar contagios de coronavirus, tales como mantener la distancia entre trabajadores en una barca. "Salen las que creen que pueden respetar las estrictas medidas de seguridad", afirma Abad, que destaca que "no hay una tónica generalizada".

Lonjas cerradas

"Alguna lonja ya me ha hecho llegar que ha tomado la determinación de cerrar porque no sale a cuenta aguantar las instalaciones y estamos trabajando con la dirección general de Pesca de la Generalitat para presionar a Madrid para conseguir que nos ayuden ", concluyes.

En Blanes (Selva) este viernes será el último día que la lonja estará abierta y habrá subasta. "Mientras estemos en alerta sanitaria, la flota no saldrá más; porque ni en un barco ni en la lonja se pueden mantener las distancias de seguridad", dice el patrón mayor, Eusebi Esgleas. De hecho, sin embargo, ya hace días que en Blanes casi no hay pescado en subasta. Solo por poner un ejemplo, miércoles solo salieron dos barcos de toda la flota. Esgleas también concreta que en la cofradía ya se ha puesto en marcha un ere temporal.

Palamós, con la flota de arrastre en puerto Palamós (Baix Empordà) ya hace más de una semana que de las 23 barcas de arrastre que tiene la flota, 19 se mantienen amarradas a puerto. Y este miércoles, salieron a faenar por última vez las cuatro que todavía se hacían a la mar. Aquí, sin embargo, la pandemia también ha provocado tira y afloja entre los pescadores, porque se decidió en asamblea que las barcas salieran por turnos. Y las cuatro que aún lo hacían solo podían pescar un día por semana, lo que han visto del todo "inviable".

En la Escala, la subasta se hace a las ocho de la mañana, que es cuando se vende el pescado de la flota de arrastre. Pero los cinco barcos que la forman, tan solo un todavía continúa saliendo a pescar. El resto están amarrados a puerto. Hay tres que ya han presentado un ere y el cuarto está pensando lo. "Estamos hablando con el gestor para ver si reducimos el horario de la cofradía a una hora o dos al día", dice la cofrade mayor. Hacerlo conllevará también tener que prescindir de personal y presentar un ere temporal.

Barcelona, cerrada

El miércoles has sido el último día con la lonja de la Cofradía de Barcelona abierta, según confirma su presidente, Josep Manuel Juárez. En principio, no se reanudará la actividad hasta el 11 de abril. La decisión de cerrar temporalmente llegó justo después de detectar un posible caso de coronavirus entre la flota y poner en cuarentena a la persona afectada.

Segons Juaréz, en las últimas semanas la actividad ha ido cayendo y los pescadores apenas han cubierto costes y estos últimos días incluso han perdido dinero. Una de las consecuencias más inmediatas ha sido un erte para las 200 personas que faenan en las 11 embarcaciones de cerco de la confraria. En los últimos días han trabajado 4 de las 10 embarcaciones de la flota de arrastre de Barcelona en turnos del 50%, mientras que las de artes menores son las únicas que por ahora continuarán con el actividad.