El Eurogrupo deja en manos de los líderes de la UE usar el fondo de rescate

La ministra Nadia Calviño (de pie) conversa con la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en Bruselas

La ministra Nadia Calviño (de pie) conversa con la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en Bruselas / periodico

Silvia Martinez

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El Gobierno español no se plantea por el momento pedir ayuda al Fondo de rescate europeo (MEDE) porque no tiene problemas para financiarse en los mercados. Se trata de una de las medidas que ultiman los países de la Eurozona para reforzar su arsenal fiscal contra el coronavirus a través de una nueva línea de crédito precautoria que ha cosechado este martes un “amplio apoyo” durante la reunión del Eurogrupo, pero que no ha logrado el aprobado generalizado por lo que serán los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE los que tendrán la útima palabra en la cumbre por videoconferencia que celebrarán este jueves.

“España no tiene en este momento pensado activar ningún tipo de mecanismo extraordinario. Estamos en una situación financiera muy positiva”, ha asegurado la ministra poco antes del encuentro. Según ha explicado Calviño, la semana pasada tuvieron una subasta de deuda con resultado muy positivo y hoy mismo (por este martes) han vendido un bono sindicado a siete años con una sobredemanda de más del triple de lo que el Gobierno tenía previsto colocar y con un resultado, en términos de precio, muy favorable. 

Por tanto, “no se trata de una opción que nos estemos planteando en absoluto en este momento”, ha indicado. Es más, según Calviño, ningún Estado miembro tiene en este momento necesidad de acceder a los instrumentos del Fondo de rescate porque todos “tienen garantizado el acceso a los mercados europeos” y las medidas introducidas la semana por el BCE ha eliminado cualquier duda al respeto.

Línea de crédito precautoria

Aún así, España es partidaria de crear una línea de crédito precautoria a través del MEDE, que cuenta actualmente con 410.000 millones de euros, como primer paso transitorio hacia una respuesta europea que incluya instrumentos más estructurales. Según ha explicado Centeno tras el encuentro, existe un “amplio apoyo” entre los países de la Eurozona para activar este instrumento como un “muro de defensa” y una “red de seguridad” adicional que estaría disponible para todos los países de la Eurozona y que estaría sujeta a condiciones. 

“Las características del instrumento deberían ser coherentes con la naturaleza externa y simétrica del golpe del covid19 al igual que la condicionalidad vinculada. En el corto plazo tendrá el objetivo de responder al coronavirus y en el largo que los países vuelvan a la estabilidad”, ha explicado el portugués.  Aunque todavía quedan detalles y flecos importantes por cerrar también ha habido un “amplio apoyo” sobre la idea de destinar como máximo el 2% del PIB del país que solicita la ayuda, lo que en el caso de España significaría una ayuda de 25.000 millones de euros. Este montante, según ha añadido el director ejecutivo del Mede, Klaus Regling, podría ajustarse si el impacto es especialmente grave. 

“Cuanto más simples sean las condiciones mejor. Cuanto menos discrimine entre unos Estados y otros mejor será. Cuanto más rápido se despliegue, mejor”, ha defendido por su parte el ministro francés de finanzas, Bruno Le Maire, que considera que es “el momento de utilizar el MEDE. “Debe utilizarse de manera simple y sin fijar condiciones que pudieran penalizar a los países que recurran” y “limitar su eficacia”, advertía horas antes de la reunión sobre la necesidad de evitar el estigma que supone acudir al fondo de rescate.

Para Holanda, el último recurso

La decisión sobre la activación de esta nueva vía la tendrán que tomar los líderes europeos el jueves. “El mandato que pueda salir es clave para el éxito de la próxima fase”, ha admitido Centeno que remitirá una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, apostando por esta vía. No todos los países comulgan, sin embargo, con la idea. Holanda sigue insistiendo en que el uso del MEDE es una opción que está sobre la mesa pero que debe ser “el último recurso”, ha dicho su ministro, Wopke Hoekstra. "Apoyamos el fondo de rescate permanente, que desempeña un papel fundamental como último recurso" pero "como no sabemos qué tenemos por delante consideramos que es prudente mantenerlo en el armario y utilizarlo según lo previsto", ha avisado.

Pese a este revés, el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, espera que en los próximos días los países de la Eurozona sean capaces de superar la división. "Sabemos perfectamente que hemos hererado visiones distintas y divisiones de la anterior crisis pero confío en que ésta nos permita superarlas", ha dicho tras el Eurogrupo. Lo que no parece viable a día de hoy, aunque sigue sobre la mesa según Gentiloni, es la opción de los “coronabonos”. Francia, al igual que España o Italia, ve con buenos ojos la idea pero reconoce que en estos momentos “estamos todavía lejos de un consenso sobre este instrumento” porque es un elemento que genera grandes “diferentes” entre los 19 países del euro. “Estimamos que la utilización de eurobonos o coronabonos, como los quieran llamar, instrumentos de mutualización de deuda pública, podrían ser útiles” porque “es un marco de solidaridad y por tanto de fuerza para la Eurozona. No hay que verlos como elementos de debilitamiento de la zona euro. Al contrario, son una señal de la voluntad de la zona euro de vivir juntos y de prueba de solidaridad”, ha defendido Le Maire.