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¿Llegará la guardería pública gratis? Cuatro madres nos cuentan cuánto les costó la escuela infantil de sus hijos

Es una de las propuestas ‘estrella’ de Educación: universalizar la gratuidad de la enseñanza infantil para niños de entre 0 y 3 años. A la espera de que se materialice, las CCAA siguen adelante con sus planes presupuestarios y los progenitores, con sus planes de vida. Hablamos con cuatro madres para saber cómo afrontaron su etapa de guardería, anterior este posible 'todo gratis'. 

Es una de las propuestas 'estrella' de Educación: universalizar la gratuidad de la enseñanza infantil para niños de entre 0 y 3 años.

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María Refojos

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Es una de las medidas ‘estrella’ de Educación y estaba presente en los programas de PSOE y Podemos: universalizar la gratuidad de la enseñanza infantil para niños de entre 0 y 3 años. A la espera de que la propuesta se materialice, las CCAA siguen adelante con sus planes educativos y los progenitores, con sus planes de vida. Hablamos con cuatro madres para saber cómo afrontaron su etapa de guardería, anterior a este posible 'todo gratis'. 

El reto que se ha marcado el Gobierno es garantizar que cualquier niño o niña menor de 3 años pueda acceder a una escuela pública. La educación en estas edades no es obligatoria y, por ahora, tampoco gratis. Por ello, en muchas ocasiones las familias deben lidiar con el coste, que puede ser muy elevado en función de la ciudad en la que se encuentren, o con la falta de plazas en los centros públicos.

En España la mayor parte de los niños y niñas escolarizados en el primer ciclo infantil están en escuelas públicas, aunque la ventaja es muy justa. Según indica el último Informe Datos y Cifras del Sistema Educativo, elaborado por el Ministerio de Educación, en el curso 2018 / 2019 el 51% de los menores españoles en centros autorizados por las Administraciones Educativas estaban matriculados en un centro público. 

"Existen regiones donde la tasa de escolarización en centros privados puede elevarse hasta el 90%". 

El 33,9% asistían a centros privados y el 15,1%, a concertados -que reciben algún tipo de subvención-, de acuerdo con los datos oficiales referentes a la media española. Aunque desde Fenacein, la federación nacional de centros de educación infantil, aseguran que existen regiones donde la tasa de escolarización en centros privados puede elevarse hasta el 90%. 

En este sentido, Juan Martín Maestro, portavoz de la asociación, considera que para avanzar en la universalidad y en la gratuidad de este primer ciclo de enseñanza es esencial establecer un sistema de colaboración y cooperación entre la red pública y la red privada. De esta forma se aprovecharía la infraestructura y la experiencia de centros “que llevan muchos años trabajando”. “La competencia la tienen las Administraciones autonómicas y no tienen capacidad para asumir los gastos que conllevaría la construcción de esos posibles nuevos centros públicos”, subraya, a lo que habría que sumarle "los elevados costes de la educación infantil". 

Una necesidad

En general, la tarea de encontrar un jardín de infancia al que llevar a nuestros hijos e hijas está estrechamente vinculada con la vuelta al trabajo de las madres. Es decir, la decisión suele estar relacionada con la necesidad, una vez que finaliza el periodo de baja por maternidad.

Y conlleva unos gastos mensuales que pueden superar los 130 euros de media en un centro público o los 360 euros que de media cuesta la cuota de uno privado, según los datos de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI).

Aunque estos precios varían en función de la comunidad autónoma en la que se resida, de la ciudad e incluso de la zona. Por ejemplo, desde el año pasado la matriculación en las escuelas infantiles públicas municipales de Madrid es gratuita. 

Pocas plazas

Sin embargo, en un municipio con 3.266.126 personas empadronadas -dato de 2019-, vivir en un barrio con más o menos niños condiciona la suerte que tengas a la hora de hacerte con una de estas plazas sin coste en estos centros. 

Fue el caso de Carolina, que vive en el distrito de Tetuán y se quedó sin sitio para su hija. “Iba a guarde privada porque en esta zona ‘centro norte’ de Madrid hay pocas públicas y conseguir una plaza no es fácil porque van por renta, el típico baremo de puntos”, explica. Cuando ella y su marido encontraron el centro que se ajustaba a sus necesidades, se prepararon para desembolsar “entre 500 y 550 euros al mes” por dejar a la niña de lunes a viernes, de 9 a 17:00, con comida pero sin merienda. “Son tres años y es una sangría”, añade.

Pagamos entre 500 y 550 euros al mes. Son tres años y es una sangría”.

Aunque el método de baremación al que hace referencia esta madre ubicada en Madrid no es propio solo de esta comunidad, sino que se emplea también en Galicia, Extremadura, Castilla y León, Murcia, Aragón o Andalucía. En líneas generales, se estipulan una serie de criterios y puntos correspondientes, como por ejemplo si los dos progenitores trabajan, la renta anual de la unidad familiar, la proximidad del domicilio al centro o si hay otros familiares ya escolarizados en la misma guardería. Estos factores suman o restan para acceder a la plaza y también para conseguir, en el caso de que la haya, una ayuda o subvención. 

La renta

Esto fue decisivo en el caso de Sonia que, a pesar de que llevaba a su hijo a una guardería pública en la ciudad gaditana de Puerto de Santa María, pagaba la cuota más elevada, que rondaba los 300 euros al mes. “Nos subvencionaron cero: tuve que pagar el precio como si fuese exclusivamente privada”, señala. 

“Nos subvencionaron cero: tuve que pagar el precio como si fuese exclusivamente privada”. 

Incluso aunque hubiera días en los que, por su profesión, ella estuviera en casa y pudiera encargarse del pequeño: “Tenía que pagar la cuota todos los meses para no perder la plaza, independientemente de que le llevase o no”.

Algo similar le sucedió a Eva, en Vigo, localidad costera de las Rías Baixas gallegas. Su hijo fue a un jardín de infancia privado, por el que pagaban alrededor de 220 euros. Tanto ella como su marido trabajan y, tras valorar distintas opciones, eligieron ese centro porque “nos salía más o menos como una pública, porque entre los dos vendríamos pagando casi 200 euros también”. Eso sí, el precio correspondía a solo 4 horas por la mañana y sin comida. 

Galicia es otra de la comunidades que ha anunciado nuevas medidas, que entran en vigor en este 2020. A partir de abril de este año, la guardería en este primer ciclo será gratis para los segundos hijos y sucesivos que se inscriban en las escuelas infantiles dependientes de la Xunta. 

Ayudas para la pública y para la privada

La medida gallega también se extiende a los centros privados que quieran adherirse, siguiendo la estela de otras autonomías que han puesto en marcha acciones que incluyen convenios con las escuelas privadas, así como ayudas específicas. 

Es el caso de Madrid, donde existen los cheques de educación infantil, que conceden ayudas para la escolarización de niños menores de tres años matriculados en centros de titularidad privada. O el de Valencia, donde los bonos infantiles subvencionan por una parte a los tramos 0-1 y 1-2 de las escuelas infantiles municipales, y por otra a los pequeños de 0 a 3 años en escuelas infantiles de titularidad privada.

Pili, vecina del pueblo valenciano de Anna, nos cuenta que su hija empezó en una escuela infantil municipal en septiembre de 2017. “Pagábamos 62 euros al mes y estaba subvencionada por la Consellería. Pero al año siguiente, en el curso 2018, salió nueva normativa por la que para los niños de dos años era gratuito en horario escolar (9: a 12:30 y de 15:00 a 16:30). Si lo dejabas más tiempo tenías que pagar 2 euros al día, y en periodo vacacional, 4 euros el día. Ese año, mucho lío”, relata.    

Las privadas tienen ejemplo la ventaja de ofrecer una mayor flexibilidad horaria, por lo que pueden ajustarse en mayor medida a las necesidades de los padres trabajadores. Sin embargo, a la hora de añadir costes anexos, como puede ser la comida o la merienda, los pañales o el uniforme, los gastos se pueden encarecer de forma importante. 

A nivel estatal, existe el llamado ‘cheque guardería’, que se puso en marcha el año pasado. Esta ayuda, en forma de deducción de IRPF, permite descontarse hasta 1.000 euros al año a familias con hijos menores de tres años en guarderías o escuelas de educación infantil y cuyas madres sean trabajadoras. El plazo para solicitar esta deducción, que contempla gastos como el comedor o la cuota de reserva, finalizó en enero de este año.