IMPRESIÓN 3D

BCN3D potencia su expansión internacional

La spin-off de la UPC lanza una impresora para fabricación aditiva para entornos empresariales exigentes que requieren modelos en ABS, poliamidas o fibra de vidrio

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Eduardo López Alonso

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El fabricante de impresoras BCN3D ha abierto nuevas expectativas de negocio. Tras lograr la independencia de la Fundació CIM de la Universitat Politècnica de Catalunya al conseguir financiación por 2,7 millones de euros de los fondos JME VC, Accurafy4 y Victoria, la firma asentada en Castelldefels creada en el 2011 ha comenzado a comercializar una nueva impresora 3D de escritorio que abre un nuevo mercado profesional de gran crecimiento. El 80% de las ventas de la firma se canalizan en el extranjero.

Epsilon, que es como ha sido bautizada la nueva impresora, permite la utilización de un mayor número de materiales en fabricación aditiva. Supera los típicos plásticos sencillos como el ecológico PLA o el PET y pasa a utilizar materias primas más flexibles como el ABS, poliamidas o la fibra de carbono. Son estos últimos materiales los más adaptados a las exigencias de entornos industriales por ser más resistentes.

El crecimiento de la firma es difícil de prever pero conseguir financiación es ya una muestra de confianza en BCN3D y un salto considerable hacia su consolidación en los mercados internacionales.

El universo de la fabricación aditiva, que es como se denominan los procesos de fabricación con impresoras 3D, está de enhorabuena. La empresa barcelonesa, que ha incrementado la plantilla de 40 a un centenar de personas en un año, facturó el año pasado 4,1 millones de euros (un 17% más) y afronta con ambición su nueva etapa.

Su portfolio de productos lo integran impresoras 3D de pequeño formato pero con especificaciones adaptadas al uso empresarial. Desde unos 2.450 euros (el modelo Sigma), tanto las pequeñas y medianas empresas o departamentos de diseño de grandes multinacionales, tienen la opción de disponer de una impresora capaz de producir prototipos de piezas en plásticos para ser reproducidas en serie posteriormente por sistemas tradicionales basados en moldes industriales. También se utiliza la tecnología 3D para producir herramientas propias para procesos de producción o líneas de montaje. También es posible hacer piezas en tiradas cortas para productos específicos. Las nuevas máquinas Epsilon abren la posibilidad a integrar piezas sólidas hechas en carbono, por ejemplo, en productos sofisticados.

BASF y Mitsubishi Chemical aportan filamentos para aplicaciones de grado industrial en la gama Epsilon y la obtención de piezas funcionales y de uso final en los mercados de fabricación, ingeniería y diseño de producto.

La tecnología 3D está de moda. "La fabricación aditiva permite hacer productos de una manera que antes no era posible, combinar materiales, introducir piezas en el interior de otras...", explica Eric Pallarés, director de ingeniería de BCN3D. Con una máquina como las de BCN3D es posible con un sistema de doble cabezal el fundido de dos hilos de dos materiales en el mismo prototipo. Esa posibilidad (también contemplada en impresoras basadas en el uso de plásticos en polvo) permite que uno de los componentes sea soluble y sirva de apoyo para elaborar diseños flotantes (una bola dentro de otra bola), verdaderas filigranas internas y diseños casi sin límites ajenos a la dictadura de las capas secuenciales. Disponer de dos cabezales con la tecnología de impresión 3D IDEX permite también duplicar la productividad en comparación con las impresoras 3D de escritorio convencionales. BCN3D ha vendido hasta ahora unas 6.000 impresoras. 

El reto es ahora, según Pallarés, repensar la forma de fabricar, "integrar los procesos de la economía 4.0, a las personas y los diseños, concebir los flujos de trabajo en una misma plataforma". En ese proceso creativo, BCN3D se vanagloria de haber logrado una "herramienta generalista para todo tipo de empresas para el desarrollo de nuevos conceptos de producto". 

Los clientes de BCN3D son tan variados como las aplicaciones de sus máquinas. Desde Louis Vuitton que diseña sus propios utillajes para la elaboración de cinturones a los servicios de diseño de Seat o Nissan. Desde el diseño de gafas, hasta la concepción de calzado (Camper). La impresión 3D simplifica y acelera significativamente los procesos de diseño, con mayor libertad creativa y con costes significativamente menores.

Pero las fabricación aditiva también se enfrenta a limitaciones. Una de ellas es la dependencia de la industria química, que es la que debe de ofrecer materiales adecuados para su uso en impresoras 3D. Otra es el tamaño limitado de los modelos a fabricar en una impresora 3D actual. Una figura 3D de 40 centímetros por 40 centímetros podría tardar una semana en ser fabricada en una máquina 3D. Otro elemento a pulir es el acabado de lo producido, que siempre tendrá unas superficies algo más toscas que otro hecho con un molde de fundición. Pero al igual que las máquinas y procesos mejoran, las piezas que resultan de impresiones 3D ofrecen ventajas que hace pocos años eran difícil de predecir.