EL ORGASMO COMO NEGOCIO
La irrupción del Satisfyer catapulta el mercado erótico en España
Carles Planas Bou
Periodista
Periodista tecnológico entre el mundo digital y la política internacional. Centrado en capitalismo de plataformas, IA, vigilancia y derechos digitales. Excorresponsal en Berlín durante más de cuatro años, cubrió los gobiernos de Merkel, la crisis de los refugiados y el auge de la extrema derecha. También ha trabajado en Europa Central y en Canadá. Graduado en Periodismo por la URL y máster en Relaciones Internacionales por la UAB. Ha colaborado con TV3, TVE, Deutsche Welle, Catalunya Ràdio, El Orden Mundial o El Salto.
Carles Planas Bou
Orgasmos en menos de dos minutos. Con semejante promesa, los estimuladores de clítoris tienen un reclamo que les asegura el éxito. Sin embargo, difícilmente la industria de los juguetes eróticos podía llegar a imaginar el alcance de un fenómeno tan social como económico que la ha llevado a vivir su particular clímax.
Los estimuladores clitorianos y otros juguetes sexuales existen desde hace años, pero no fue hasta la segunda mitad del año pasado que se convirtieron en una especie de epifanía colectiva con la irrupción del Satisfyer. Según el estudio ‘Sex Toys’ de la escuela de negocios INSEAD, la industria erótica española tuvo un volumen aproximado de 145.603 millones de euros en 2019, unas cifras que, estiman, podrían crecer hasta los 187.991 millones en 2025. Madrid, Barcelona y Valencia son las tres ciudades más potentes del país.
IRRUPCIÓN DEL PLACER
Las principales marcas del mercado han visto como la normalización de los juegos y el placer erótico ha disparado su volumen de negocio. A pesar de no ser la inventora de este revolucionario juguete, la alemana Satisfyer se ha convertido en la protagonista de esta irrupción tecnológica. El 2018 facturó 130 millones de euros.
La marca que imaginó y patentó los mal llamados succionadores (y ahora ha llevado a Satisfyer a los tribunales por considerar que copió su modelo) fue otra, la alemana Womanizer. El año pasado la compañía notó un aumento de los ingresos de hasta el 30%. “En los últimos años el foco de crecimiento europeo fue en Alemania, el Reino Unido y Francia, pero ahora España también se ha convertido en un mercado de referencia”, explica Johanna Rief, responsable de comunicación de la marca.
En los juguetes de lujo también se ha notado. Según explica la sueca Lelo, sus ventas en España se dispararon un 263% durante el año pasado, mientras que a nivel europeo lo hizo en un 58%. Un auge que hace que España sea el principal consumidor de sus productos con casi el doble de ventas que en Francia, el segundo país.
El estimulador de Satisfyer arrasó durante las pasadas Navidades eclipsando a sus competidores y espera volver a hacerlo este San Valentín. Según los comerciantes consultados, esto se debe a que es más asequible. Mientras que sus modelos rondan los 40 euros, los de Womanizer y los de Lelo sobrepasan los 100.
NUEVAS ‘SEX SHOP’
Lejos de la estereotipada y turbia imagen de rincones oscuros iluminados por luces de neón, las ‘sex shop’ actuales son mucho más parecidas a tiendas de muebles de diseño. En Catalunya, el negocio de juguete ha llegado de la mano de comercios como Platanomelón. Aunque no proporcionan cifras específicas sobre sus ventas y beneficios, esta tienda admite que el 2019 se cuadriplicaron las ventas de este estimulador femenino, mientras que entre el primer y el segundo semestre del año sus ventas se multiplicaron por 14. Como señala Kimi Yamada, directora de marketing de la marca, la visualización de esos productos fue catapultada por el boca-oreja y por la difusión de contenido educativo a través de plataformas como Youtube, donde ya cuentan con 987.000 suscriptores.
Otra de las grandes distribuidoras de estos productos a nivel nacional es Diversual. El año pasado esta tienda ‘online’ facturó una cifra próxima a los cuatro millones de euros, lo que supuso un incremento anual del 20%. Como explica Fernando Martínez, su gerente, en los días de Navidad llegaron a vender hasta 700 productos al día, un auge que explica por la “naturalización de la sexualidad femenina”. Esta ampliación del mercado seguirá en 2020.
Pero las tiendas más pequeñas también han notado los efectos de esa revolución sexual en la industria del orgasmo. “Ha sido algo fuera de lo habitual”, explica Pau Sangüesa, dueño de Delicatessen. Desde mediados del año pasado, esta tienda erótica ubicada en Gràcia notó de pleno como se disparó el interés y las ventas por sus juguetes. “Nunca habíamos tenido un ‘top’ ventas así”, remarca.
Los nuevos juguetes sexuales de moda quieren dejar el pasado atrás. Ya no hacen falta ni formas fálicas, ni la penetración, ahora se prefieren productos de diseño para estimular un órgano con más de 8.000 terminaciones nerviosas. Más allá de los debates sobre la democratización del placer o sobre como ilustra la era del capitalismo de inmediatez en la que vivimos, la irrupción de los juguetes sexuales ha probado que es un mercado con mucho futuro.
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