EVOLUCIÓN DE LOS INDICADORES

El puerto de Barcelona nota la desaceleración económica mundial

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Eduardo López Alonso

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Las incertidumbres económicas y la desaceleración del comercio internacional afectaron también a la actividad del puerto de Barcelona el pasado año. El tráfico total se situó en 67,7 millones de toneladas, cifra muy similar a los 67,8 millones del ejercicio anterior, pero esa aparente estabilidad no logra disimular los cambios profundos que se avecinan y que han puesto en guardia a la presidenta de Port de BarcelonaMercè Conesa, y a su equipo ante la década que se avecina. Se anuncia una nueva estrategia comercial que quiere ser capaz de alcanzar crecimientos también en tiempos tumultuosos. "Tenemos un nuevo reto. Una nueva década que nos obliga a cambiar y ver de qué manera podemos incrementar el tráfico portuario con respeto al medio ambiente", explicó este viernes Conesa en la presentación de resultados. 

Ese "reto" debe leerse no solo en clave de reducción de emisiones. Un fantasma planea desde el año pasado en las cuentas de Port de Barcelona que está vinculado directamente con el sector del automóvil, y a cuyos vaivenes se ve sometida, entre otras marejadas, la actividad del puerto de Barcelona. "Las incertidumbres actuales en torno al futuro del sector del automóvil nos están afectando directamente", explicó el director general de Port de Barcelona, José Alberto Carbonell.  La actividad de Nissan con Port de Barcelona, uno de los clientes de referencia, se redujo el pasado año el 25%, especialmente en lo que se refiere al capítulo de importaciones.

La idea es que el automóvil es un socio de excepción pero que sus políticas comerciales y reestructuraciones de productos, por las exigencias medioambientales, afectan a la estabilidad de los flujos comerciales y al puerto. Así, una firma como Mazda incrementó el 20% las importaciones como consecuencia de la renovación de su catálogo de productos, o que Renault consolidó también el tráfico exterior, como Citroën, Dacia o Mercedes. Pero el mordisco de Nissan a la facturación del puerto de Barcelona es un aviso a navegantes de lo que puede pasar en la próxima década con la electrificación del parque automovilístico y la menor demanda de coches convencionales a escala internacional.

Globalmente, el puerto gestionó el transporte de 778.000 vehículos, un 4% menos, cerrando así en negativo por segundo año consecutivo. Las exportaciones cayeron el 3% hasta 378.000 vehículos, mientras que las importaciones se mantuvieron estables con 201.000 vehículos.

Port de Barcelona redujo los beneficios el 18% en el 2019 hasta los 44 millones de euros, como consecuencia del incremento de los gastos no recurrentes y la reducción del 10% aplicada en la tasa de mercancías, una de las principales fuentes de ingresos de la infraestructura. Port de Barcelona dejó de ingresar 4,5 millones de euros por esta causa. En el recorte de los beneficios influyeron también los costes por el drenaje general del puerto, que tuvo un coste de 4,3 millones de euros y se debe acometer cada cinco años. Entre esos gastos no recurrentes y que afectan directamente a la cuenta de resultados se incluye también una provisión de cinco millones de euros para afrontar riesgos de litigios, 1,3 millones al fondo de compensación interportuario y otras partidas.

El balance económico de Port de Barcelona en la última década ha supuesto la consolidación de la infraestructura y la apertura de una nueva etapa de remodelación de acuerdo con las nuevas exigencias medioambientales. Pero comparadas la década pasada y la anterior se observa que las inversiones cayeron casi a la mitad. Entre el 2000 y el 2009 la inversión en el puerto de Barcelona fue de 1.500 millones de euros, mientras que en la década pasada fueron de 676 millones. Por esta razón, el objetivo inmediato de Conesa es reactivar el capítulo de las inversiones en nuevas infraestructuras, más allá de lo que permiten las cuentas actuales (con un cash flow de 90 millones de euros anuales). 

"La estabilidad política es necesaria pero no es suficiente si no va acompañada de políticas activas de incentivación de la actividad portuaria", afirmó Conesa, que ya ha previsto una primera hornada de inversiones en rehabilitaciones (unos 71 millones de euros) y en la electrificación de muelles (60 millones). Quedan pendientes las infraestructuras ferroviarias y demás accesos, un conjunto de actuaciones que requieren un previsible acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat. 

Tráficos

El tráfico de contenedores presentó el año pasado una evolución negativa, con una caída del 3,2% y un total de 3,32 millones de TEU --unidad equivalente a un contenedor de 20 pies--. Asia es el principal continente de origen y destino de los contenedores que canaliza el Puerto de Barcelona, con un 42% de las exportaciones y el 75% de las importaciones, y China se consolida como el principal socio comercial al recibir el 11% de los contenedores de exportación y ser el origen del 42% de las importaciones, aunque también son importantes otros países como Egipto, Turquía y Arabia Saudita. 

Los sólidos a granel cayeron el 3,6%, hasta los 4,07 millones de toneladas debido a la reducción de las exportaciones de cemento iniciada en el 2018, mientras que sí evolucionaron positivamente los líquidos a granel, que registraron su mejor dato histórico con 16,1 millones de toneladas, el 5,3% más.

Pasajeros

En cuanto a pasajeros, el Puerto de Barcelona recibió en 2019 a un total de 4,6 millones de usuarios, un 3% más, de los que 1,49 millones fueron viajeros de ferris de línea regular (+2,7%) y 3,14 han sido cruceristas (+3,1%).

Carbonell ha puesto en valor que el 56% de los cruceristas que pasan por el enclave portuario son de puerto base, que han crecido un 5%, y que se continúa avanzando en la desestacionalización de este tráfico, ya que los cruceristas que llegan a Barcelona en temporada baja --de octubre a abril-- ya suponen más del 40% del total.

Transporte intermodal

Respecto de las mercancías transportadas por los servicios de transporte marítimo de corta distancia, se superaron las 410.000 unidades de transporte intermodal (UTI), un 0,5% más, lo que incluye el tráfico de las autopistas del mar, es decir, las líneas regulares que conectan la capital catalana con Italia y el norte de África.

Inversiones

En el 2019, el Puerto de Barcelona llevó a cabo una inversión pública de 60 millones de euros, un 21% más, que se destinó a proyectos como la ampliación del Moll Adossat, el aumento de calado del muelle Álvarez de la Campa, el refuerzo del sistema de amarre de las terminales de cruceros y la rehabilitación del Portal de la Pau, entre otros.

De cara a este 2020, el Puerto de Barcelona llevará a cabo una inversión de unos 72 millones, que se dirigirán también al Moll Adossat y la rehabilitación del Portal de la Pau, así como a los accesos ferroviarios, a la mejora de accesibilidad en las terminales de cruceros y a remodelar el área pesquera, entre otros proyectos.