El sumario de Villarejo se llena de indicios contra el expresidente del BBVA

EL expresidente del BBVA Francisco González llega a la Audiencia Nacional a declarar como imputado en el 'caso Villarejo', el 18 de noviembre del 2019

EL expresidente del BBVA Francisco González llega a la Audiencia Nacional a declarar como imputado en el 'caso Villarejo', el 18 de noviembre del 2019 / periodico

Á. Vázquez / M. Jiménez / E. López

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En los procedimientos judiciales no es raro echar la culpa al muerto: no se puede defender y no tendrá que responder penalmente de los delitos cometidos. En la pieza del BBVA del 'caso Tándem', en el que se investigan las cloacas policiales, lo más parecido a un muerto que hay es quien acaparó todo el poder y ahora carece de él: el expresidente de la entidad, Francisco González. Con independencia de que puede que él sí tenga que terminar respondiendo penalmente, a él es a quien apuntan todos con sus declaraciones. 

El primero en situarlo en la diana ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón fue Antonio Béjar, hasta ese momento presidente de Distrito Castellana Norte. Tras enterarse por la prensa de su despido, no tuvo reparo alguno en explicar cómo se fraguaron los contratos por valor de 10,2 millones firmados entre 2004 y 2017 entre el banco y empresas del excomisario José Manuel Villarejo.

Según rezaba la carta en la que se comunicó el despido, "en el marco de la investigación forensic encargada por la entidad (...), se han podido detectar una serie de hechos o conductas que podrían implicar una actuación irregular y un incumplimiento de sus funciones y responsabilidades en el momento de los hechos", lo que el imputado interpretó como que tenía muchas papeletas de terminar respondiendo de los delitos que conllevara el vínculo con el excomisario. 

Era responsable de Riesgos del banco cuando se firmó el primero contrato, que enmarcó en un deseo expreso del presidente de localizar bienes que hurtaran al banco sus grandes deudores. Primero se intentó con la multinacional Kroll, a propuesta del entonces consejero delegado de la entidad y actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, por haberla utilizado en Latinoamérica. No detectó bien alguno.

"Cuando me acompañó a la puerta, me dice 'eso de las investigaciones patrimoniales es que esa empresa que habés contratado no sirve: vais a trabajar con una que os va a contratar Julio Corrochano", en referencia al entonces responsable de Seguridad del banco que conocía a Villarejo de la Policía. Del pago se desentendió: "Yo no soy una persona con poder. El señor Barredo (responsable de contabilidad) reportaba al presidente directamente", aseguró.

"Vais a trabajar con la de Corrochano"

"Vais a trabajar con la de Corrochano". / periodico

Si en un principio fue para buscar bienes de morosos luego se acudió a Villarejo para desbloquear el proyecto Castellana Norte, ya cuando Béjar lo presidía en tanto que el BBVA era el principal accionista. El imputado aseguró ante el juez que lo hizo por recomendación de Corrochano y que ignoraba que Cenyt era del polémico excomisario. Todos los contratos menos uno fueron firmados por el encargado de Seguridad.

Obsesión

El sumario incluye las declaraciones de Béjar, pero también las conversaciones de muchos de los protagonistas de la operación que coleccionaba Villarejo. En uno de los audios intervenidos al excomisario preso desde noviembre de 2017 Corrochano le dice que "toda la obsesión" de 'FG', como él mismo admite que era conocido, es que no se le relacione con Villarejo. 

"Esas cosas se tienen, pero no se saben, que no se vea el origen en ningún sitio; ni en ningún papel que aparezca ni FG ni nada. Toda su obsesión es no aparecer en el papel, que no aparezca en nada que se pueda identificar la entidad. Esa es su obsesión total", explica Corrochano al excomisario en lo que parece un intento de evitar cualquier responsabilidad fiscal o penal.

En otra conversación, el exjefe de Seguridad del BBVA dice que el banco no quiere "dar mucha publicidad" a sus encargos, pero eso no tenía nada que ver con dinero en negro. "Quiero decirte que vamos a pedirlo por un extraordinario, para que no pase por ninguno de los otros negociados", le explica a Villarejo, para a continuación negar la hipótesis del pago en b: "Cuando le dije a mi presidente que podíamos pagar en el extranjero, dijo 'no, no, Julio, no te equivoques: aquí no hay ni una peseta negra". 

Parece difícil de creer la afirmación del propio González ante el juez relativa a que él no conoció ni un contrato ni una factura referida a Villarejo, cuando se oye a Corrochano decir: "Pues lo que me diga mi presidente, si nos da el ok".

El excomisario se muestra partidario de esperar y su interlocutor profundiza: "Podíamos pagarte directamente, como consultor asesor. Yo estoy haciendo todo el anexo matricial de riesgos de unos edificios singulares del banco y los manuales de procedimiento de seguridad. Podría ir encubierta ahí esa labor vuestra de consultoría, asesoría..."

Al excomisario preso, que ante el juez declaró que nunca se entrevistó con González, le parece "perfecta" la propuesta de Corrochano, que agrega que "tendrían que ser dos pagos: uno este año que sería en la provisión de fondos". La frase la termina Villarejo: "Y el otro para el año que viene".

Según el sumario, Corrochano cobró más de 70.000 euros del excomisario a través de una empresa de la que aparece como beneficiario. El objetivo era que pusiera los menos peros posibles a contratar a las empresas de Villarejo, incluso aunque este le planteara que de localizar a algún moroso, se le podía proponer la opción de engañar al banco y "callarse".