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La empresa familiar 'olvida' la política

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Francisco J. Riberas.

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Francisco J. Riberas. / periodico

Agustí Sala

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Sigue inquietando, pero mucho menos. La incertidumbre política no ocupó el año pasado el podio en la lista de preocupaciones principales de la empresas familiares catalanas, al bajar hasta séptimo puesto, según VIII Barómetro de Empresa Familiar, elaborada por KPMG y las asociaciones territoriales vinculadas al Instituto de Empresa Familiar (IEF).

Entre los factores que más preocupan a esta compañías destacan el descenso de la rentabilidad (71%), los cambios regulatorios (64%) y la guerra por el talento (63%). En el ejercicio anterior, el tercer puesto estaba ocupado por la incertidumbre política, que ha bajado del tercer al séptimo puesto (del 63% al 50%), mientras que a nivel español es la tercera preocupación. En Catalunya, ahora, además de los tres factores principales, le superan en la lista de inquietudes, la ciberseguridad y los aumentos de los costes energéticos y de los impuestos.   

El 78% de empresarios catalanes encuestados en este estudio considera relevante la innovación de cara a los dos próximos años, situándola como la prioridad. "Los empresarios familiares catalanes han entendido que para poder seguir siendo competitivos a nivel local y global, en los mercados en los que ya tienen presencia, la innovación es clave. Y esta pasa por la digitalización de sus negocios, pero innovación también es diversificación hacia nuevos productos y servicios y nuevas fórmulas para atraer y retener el mejor talento", según Manuel Blanco, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en Catalunya.

Desaceleración

La desaceleración económica se ha dejado ya notar en las magnitudes de negocio de este tipo de compañías en Catalunya. Sin embargo, los directivos catalanes conservan su optimismo de cara al 2020. Así, en la comunidad, el 66% de las empresas familiares se declaran positivas respecto a la evolución económica de su empresa para los próximos 12 meses, porcentaje inferior al 75% de la anterior edición pero alineado con la media de España (67%). A nivel europeo, destacan como los más optimistas estrán en Irlanda (91%), Portugal (78%) y Holanda (67%).

Esa visión positiva en Catalunya está relacionada con la evolución favorable de los principales indicadores de negocio durante el último año. El 64% de empresarios catalanes señaló que aumentaron sus ventas en el 2018, cifra cercana al porcentaje de España (65%). El 22% declaró que estas se mantuvieron y un 14% expuso que se habían reducido. También revelaron buenas cifras de empleo: el 56% señaló que el último año aumentó la plantilla, el 36% la mantuvo y solo un 8% tuvo que hacer ajustes de personal. Se mantuvo la sólida actividad internacional de las empresas familiares. Solo un 10% de los negocios familiares catalanes no tiene movimiento exterior (frente al 16% de media de España).

Inversión

En cuanto a las prioridades de inversión para el 2020, los empresarios catalanes no muestran este año cambios y vuelven a inclinarse por 'core business', es decir, el negocio básico, la innovación y la formación y contratación del equipo humano.

Tal como sucede en Europa, los empresarios catalanes tampoco han escogido una fórmula predominante para realizar el traspaso de la empresa: un 34% optarían por transferir la propiedad, un 33% traspasaría el gobierno y otro 28%, la gestión.  

Este informe se enmarca dentro de la edición española del VIII Barómetro de Empresa Familiar, que analiza las perspectivas económicas y de negocio con las que trabajan las empresas familiares, así como las prioridades y los desafíos a corto y medio plazo. El informe se basa en una encuesta a empresas familiares de Europa. 

Este año han participado 1.613 empresarios familiares de 27 países europeos. En España han participado 327 empresarios, cuyas respuestas se han utilizado para elaborar la edición española del barómetro. De sus respuestas se deduce que el sector es positivo sobre el futuro de sus empresas pese a las crecientes incertidumbres geopolíticas y económicas, de las que "son muy conscientes", según los autores.