IMPUESTO TECNOLÓGICO

Tregua en la guerra que libran Macron y Trump por la tasa digital

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Eva Cantón

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Las cosas se calman un poco en la guerra que libran Emmanuel Macron y Donald Trump desde que el Gobierno francés decidiera aplicar de manera unilateral un impuesto a los gigantes tecnológicos. Parece que las dos administraciones se han dado una tregua para avanzar hacia un acuerdo que ponga fin a una escalada arancelaria.

Según informan este martes diversos medios franceses, París acepta aplazar el cobro del impuesto en el 2020 a cambio de que Washington renuncie a subir los aranceles al vino y otros productos procedentes del Hexágono. Un paso para evitar una escalada en la guerra comercial. Una pausa mientras se negocia en la OCDE un pacto internacional para impedir a las tecnológicas la ingeniería contable que le permite evadir impuestos.

El deshielo lo anunciaba en Twitter el presidente Emmanuel Macron después de hablar por teléfono con Donald Trump sobre la fiscalidad de las llamadas empresas GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon). “Excelente discusión con Donald Trump sobre la fiscalidad digital. Vamos a trabajar juntos en un buen acuerdo para evitar una escalada de tarifas”, tuiteó un Macron optimista en francés y en inglés.

Según fuentes citadas por el diario económico Les Echos,  el compromiso entre París Washington está “al alcance de la mano” y serán ahora los titulares de Economía de ambas administraciones, el francés Bruno Le Maire y su homólogo norteamericano Steven Mnuchin, quienes este miércoles buscarán un terreno de entendimiento en Davos.

Francia –que no renuncia a la tasa- está dispuesta a posponer los anticipos a cuenta de los impuestos correspondientes a los meses de abril y noviembre del 2020 si a cambio Estados Unidos no cumple su amenaza de sancionar la importación de unos 2,4 millones de productos franceses en represalia por lo que, a su juicio, es un impuesto “discriminatorio” porque tienen en su punto de mira especialmente a las firmas norteamericanas.

“Las empresas digitales podrán imputar a la tasa internacional lo que hayan pagado en concepto de impuesto francés. Si han pagado de más, el excedente se les devolverá. Esta posición, definida al margen de la cumbre del G7 en Biarritz en agosto pasado, no ha variado”, explican a Les Echos fuentes del Ministerio francés de Economía.

Acuerdo en la OCDE

Francia y Estados Unidos también deberían fijar un calendario concreto para llegar de aquí a finales del 2020 a un acuerdo internacional en el marco de la OCDE, que el pasado octubre propuso que las GAFA tributen en los países donde ejercen su actividad y logren beneficios y no sólo donde tengan físicamente su sede social.

El objetivo es sustituir un modelo impositivo obsoleto incapaz de gravar los beneficios de las compañías digitales acostumbradas a eludir al fisco en un mundo globalizado.

El sistema se aplicaría a las empresas cuyos ingresos procedan de una actividad ejercida a través de internet -ya sea venta, publicidad o distribución de productos- que genere una determinada cifra de negocios, y tenga una interacción “duradera” con los consumidores del país en cuestión.

Los ministros de Finanzas del G-20 reunidos en Washington respaldaron poco después la iniciativa de la OCDE sobre el nuevo método de tributación de las grandes multinacionales.

La llamada tasa GAFA fue una medida que anunció Macron a finales del 2018, en plena crisis de los ‘chalecos amarillos’, para financiar parte de los 10.000 millones de euros destinados a rebajar la tensión provocada por el descontento de las clases medias.

El impuesto –situado en el 3%- afectará a una treintena de empresas, aquellas que tengan un volumen de negocio superior a los 750 millones de euros a nivel internacional y de más de 25 millones en Francia. El cálculo de las autoridades francesas es que reportará a las arcas públicas 650 millones de euros en 2020.