Foro de Davos

Los cuidados y sus profesionales, las primeras víctimas de la nueva ola de austeridad

Un informe de Oxfam carga contra los efectos de recortar el gasto público e insta a los gobiernos a aumentar los impuestos para las rentas altas

Una cuidadora acompaña a una mujer en silla de ruedas en Barcelona.

Una cuidadora acompaña a una mujer en silla de ruedas en Barcelona. / periodico

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La nueva ola de rebajas fiscales y recortes en el gasto público que han tomado por bandera algunos de los principales Estados del planeta tiene un impacto directo sobre determinados colectivos. Así se lo ha querido señalar a la comunidad internacional con un informe Oxfam Intermon, con motivo de la nueva edición del Foro de Davos que comienza esta semana. Y es que las primeras víctimas de las concesiones fiscales y la austeridad son las tareas relacionadas con los cuidados a las personas y los profesionales que las asumen, es decir, principalmente las mujeres. “La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género”, sostiene la entidad.

En el estudio “Tiempo para el cuidado” publicado este lunes, Oxfam alerta de que “el envejecimiento demográfico, los recortes en el gasto público y el cambio climático amenazan no solo con agravar la desigualdad económica y de género, sino con acentuar la crisis que afecta al trabajo de cuidados y a las personas que los proveen”. El valor económico del trabajo de cuidados no remunerado que llevan a cabo en todo el mundo las mujeres de 15 o más años asciende según los cálculos de la entidad a 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.

En España, estas actividades equivalen a 130 millones de horas diarias, durante el 2018, una cifra que se traduce en 16 millones de personas trabajando ocho horas en el día sin percibir ninguna remuneración y representa el 14,9% del PIB, según la OIT. Una aportación la del sector de los cuidados superior a la que realiza hoy en día el sector industrial (12,8% del PIB). Y las mujeres son las principales profesionales que lo trabajan, tanto en España como en todo el mundo. En oficios como el de trabajadoras del hogar, ellas representan el 70,2% en todo el mundo. En Europa la proporción es mayor, concretamente del 88,7%.

Alerta austeridad

El informe de Oxfam carga directamente contra la ola de rebajas fiscales impulsadas recientemente por líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el de Brasil, Jair Bolsonaro. O contra programas monitorizados desde el FMI que han utilizado este enfoque en Túnez, Egipto y Jordania, y que Oxfam considera que “han repercutido negativamente en las mujeres, amenazando además con agravar la desigualdad”. En este sentido propone una subida del 0,5% al impuesto del patrimonio del 1% más rico de la población, que permitiría, según sus cálculos, recaudar los fondos necesarios para crear 117 millones de puestos de trabajo en educación, salud y asistencia a las personas mayores, que acabaría con el actual déficit de cuidados.

Reconocer y mejorar la calidad de las condiciones de trabajo en las que ejercen las profesionales de los cuidados es una de las reivindicaciones centrales que Oxfam traslada en su informe a los asistentes al Foro de Davos. Y es que, a nivel global, asumir estas tareas es un factor que explica que el 42% de las mujeres en edad de trabajar no formen parte del mercado laboral, frente al 6% de los hombres.

Y, cuando sí forman parte de ese mercado laboral, sus estándares de trabajo reflejan una menor proteccion. Pues casi una tercera parte de las trabajadoras del hogar (29,9%, es decir, unos 15,7 millones de personas) están excluidas por completo del alcance de la legislación laboral de los países. Y ello influye en sus remuneraciones, pues más de cuatro de cada diez trabajadoras del hogar (el 42,6%, unas 22,4 millones de personas en todo el mundo) no se rigen por un salario mínimo.