Mercado de trabajo

Bruselas inicia consultas para establecer un salario mínimo europeo

La Comisión Europea comienza una ronda de contactos con los agentes económicos, con el objetivo de que cada Estado eleve su sueldo mínimo según sus condiciones

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Gabriel Ubieto

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La Comisión Europea ha puesto a andar su proyecto de salario mínimo europeo y lo ha hecho de manera paulatina. El primer paso ha sido este martes en forma de consulta a los interlocutores sociales, empresas y sindicatos para conocer qué opinan sobre la idea de que cada uno de los Estados miembros eleve su sueldo mínimo hasta el equivalente al 60% del sueldo medio de cada país. La Comisión inicia así el proceso para cumplir con una de las promesas políticas de su nueva presidenta, la alemana Ursula Von der Leyen.

"Debemos continuar luchando por los más altos estándares en los mercados laborales, para que todos los europeos puedan vivir sus vidas con dignidad y ambición", ha defendido el comisario de Ocupación y Derechos Sociales, Nicolas Schmit. Esa referencia del 60% del salario medio de cada país surge de la Carta Social Europea, una declaración de derechos y principios rectores bajo los que se comprometen a actuar los Estados del club de los 28.

En España el salario medio se situaba en el tercer trimestre del 2019, según los últimos datos disponibles de la encuesta trimestral de costes laborales, en 1.877 euros brutos. Por lo que ese 60% del salario medio equivaldría a unos 1.126 euros brutos al mes; una cuantía todavía algo lejana a los actuales 900 euros que constituyen el salario mínimo interprofesional (SMI).

Uno de los primeros objetivos del recién formado Gobierno de Pedro Sánchez es el de actualizar el SMI para este 2020, ya que los vigentes 900 euros corresponden a la cuantía aprobada para el 2019. El presidente se comprometió durante su etapa en funciones a negociar su evolución con las patronales y los sindicatos. Y la hoja de ruta de estos últimos es negociar no solo la actualización para este 2020, sino acabar cerrando a la mayor brevedad posible un acuerdo de incremento para toda la legislatura, con el objetivo de finalizarla con un SMI que alcance ese 60% del sueldo medio.

Esa referencia del 60% también guió recientemente al Govern de la Generalitat, que presentó el pasado diciembre una propuesta de "salario mínimo de referencia catalán" de 1.239 euros. Esta administración, no obstante, carece de las principales competencias para hacer vinculante y extensible esa cuantía.

Una propuesta con obstáculos por delante

El camino para establecer un salario mínimo a escala europea inicia así un camino que no será corto. Para empezar, es probable que algunas de las diferentes patronales de los Estados Miembros presenten resistencias, cuando no rechazo, a la hora de dar su beneplácito a este tipo de medidas. Así se evidenció en una de las últimas votaciones del Comité Económico y Social de Europeo (CESE), órgano integrado por patronales, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil.

Dicho organismo acabó aprobando por la mínima el pasado diciembre un dictamen en el que instaba a la Comisión a trabajar para que los Estados mejoraran sus prestaciones por desempleo. Una recomendación de carácter genérico que levantó reticencias entre el empresariado de varios países y que coincide en paralelo con otra de las promesas de Von der Leyen: establecer un seguro común por desempleo. Este sería costeado mediante un fondo común alimentado por las aportaciones de los Estados, similar al que costea las becas Erasmus, y aspiraría a complementar los sistemas de protección ante el desempleo de los diferentes Estados.

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