efectos de los paros

No es París para viajeros

A pesar de la huelga en los transportes es posible hacer turismo armándose de paciencia y unas buenas zapatillas

París nublado, con la Torre Eiffel al fondo.

París nublado, con la Torre Eiffel al fondo. / periodico

Eva Cantón

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A pesar de la huelga en los transportes públicos, que la sociedad pública de ferrocariles (SNCF) asegura que le ha costado ya unos 400 millones de euros, París sigue como uno de los destinos preferidos por los españoles para estas fechas. En caso de mantener su viaje tendrá que acostumbrarse a consultar la página web de la RATP (ratp.fr/infos-trafic) para saber qué metros y trenes de cercanías circulan cada día. El mensaje de bienvenida de la empresa que gestiona el transporte en la región parisina no es alentador.  

“Huelga. En los próximos días le recomendamos evitar los transportes públicos”, dice. Aun así, es posible hacer turismo con paciencia y unas buenas zapatillas. Olvídese del glamur. Habrá que caminar. Quizás alterar algunos recorridos, planificar con antelación y preparar la cartera.

En condiciones normales, los taxis aplican una tarifa plana que varía 5 euros en función de la zona (cuesta 30 o 35 euros llegar a París desde el aeropuertos de Orly y 50 o 55 desde el de Charles de Gaulle) pero nada es normal desde el inicio de la huelga el 5 de diciembre.

Los taxis y las empresas de VTC están duplicando los precios de sus trayectos hacia el aeropuerto porque el tren que sale de la Estación del Norte hacia Charles de Gaulle (RER B) solo circula en horas punta y el autobús que lleva a Orly (Orlyval), aunque funciona con normalidad, va saturado. Además no es fácil llegar rápidamente al punto de salida en Denfert Rochereau.

Una vez en París, lo más práctico sería visitar zonas, monumentos y  museos fácilmente accesibles desde la línea 1 de metro (automática), que no está afectada por los paros y une une el Castillo de Vincennes con La Défense, el barrio financiero en el que se puede ver la monumental escultura de Miró.

Esa misma línea permite ir hasta la Fundación Vuitton, el Arco del Triunfo, el Grand Palais -que expone a Toulouse Lautrec y El Greco-, recorrer los Campos Elíseos y llegar a las Tullerías y al Museo de L’Orangerie, que alberga los impresionantes nenúfares de Monet.

El Louvre también está en ese itinerario pero advierte de que los horarios se pueden alterar por la huelga y que algunas salas pueden estar cerradas. También el Museo de Orsay, al que habrá que ir andando desde las Tullerías, cierra antes que de costumbre. Lo mejor es consultar las webs de los museos para evitar sorpresas.

Siguiendo el eje de la línea 1 de metro hacia el este, se llega a la plaza de la Bastilla, el puerto del Arsenal y la agradable Promenade Planté, un paseo en alto por antiguas vías de tren. Y para salir por el bullicioso barrio de Le Marais, la estación más cercana es Saint Paul. Al Centro Pompidou y lo que queda de Notre Dame se camina fácilmente desde Hotel de Ville, y para la Torre Eiffel habrá que calcular media hora andando desde la estación de Franklin Roosevelt.

París en bicicleta

Como siempre caben sorpresas –manifestaciones, básicamente- y la prefectura de policía puede decidir cerrar determinadas estaciones de metro por razones de seguridad, existe la alternativa de recorrer París en bicicleta. Hay varias plataformas de alquiler entre las que destacan la municipal Vélib (www.velib-metropole.fr/es) y la de Uber (Jump) que además tiene patinetes (www.jump.com/fr/fr/cities/paris), como la empresa Lime. 

Al Palacio de Versalles se llega en una hora y media en la línea de cercanías RER C y a Eurodisney en la del RER A. En ambos casos, lo mejor es consultar con antelación el estado del tráfico. Si la estancia en París no es muy larga, quizá convendría olvidarse de llegar en transporte público al barrio latino, Montparnasse, Montmartre o el Canal Saint Martin. Y recordar que en metros y autobuses los carteristas no hacen huelga sino el agosto. Las denuncias por robo han aumentado un 30% desde que empezaron los paros.

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