política monetaria

Lagarde se compromete a seguir estimulando la economía de la eurozona

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Silvia Martinez

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Desde que asumiera las riendas del Banco Central Europeo, el pasado 1 de noviembre, la francesa Christine Lagarde se afana en aprender, además del alemán, el lenguaje y la jerga de la nueva institución que preside. “Tengan paciencia conmigo y no sobreinterpreten”, ha pedido este lunes a la comisión de asuntos económicos de la Eurocámara durante su primer diálogo macroeconómico. Un encuentro en el que ha confirmado que la revisión de la política estratégica del BCE arrancará “en un futuro próximo” y en el que ha alertado de que el crecimiento económico de la Eurozona sigue siendo “débil”.

Se trata de un crecimiento de apenas el 0,2% del PIB en el tercer trimestre del año, debido a “factores globales” que hacen que la perspectiva de la economía mundial sea débil e incierta. “Esto reduce la demanda de bienes y servicios y también afecta a confianza de las empresas y a la inversión”, ha explicado apuntando a las repercusiones para la industria manufacturera, la que más ha sufrido el impacto. No obstante, los expertos del BCE también ven "señales de contagio" a otras partes de la economía y, más concretamente, una cierta moderación del sector servicios.

Esta evolución no ha impedido que el consumo haya resistido “bastante bien” y que “las condiciones del mercado de trabajo hayan seguido mejorando” lo que ha animado a los consumidores a mantener la confianza y seguir gastando. Sin embargo, la “prolongada ralentización de la actividad económica” ha afectado a la evolución de los precios y la inflación se mantuvo en noviembre en el 1%, muy lejos del objetivo del 2% que no sabe cuándo se podrá cumplir. “No creo que nadie cabal pueda prever una cifra de crecimiento inflación de aquí a 8 años vista”, ha respondido al eurodiputado socialista Jonás Fernández.

Al hilo de esto, Lagarde ha recordado que el consejo de gobierno adoptó una batería de medidas en septiembre pasado para garantizar que las condiciones financieras seguirán siendo estables en la Eurozona y ha mostrado su disposición a adoptar nuevas medidas si hace falta. “Tenemos instrumentos y estamos determinados a utilizarlos. Nuestro mandato es la estabilidad de precios y haremos hacer lo que debemos hacer”, ha asegurado precisando que también se mantendrán “vigilantes” ante los posibles efectos secundarios de esta política. 

Revisión estratégica , sin fecha

Lagarde también ha aprovechado esta primera visita a la comisión de asuntos económicos para confirmar lo que ya avanzó en Frankfurt: una revisión de la estrategia monetaria de la entidad, como la que tiene en marcha la Reserva federal o la que realiza cada cinco año el Banco de Canadá, aunque sin precisar ni el alcance, ni la dirección ni el calendario. “Es prematuro aventurarse porque todavía no se ha discutido en el consejo de gobierno” pero “lo que puedo asegurar es que se basará en dos principios: un análisis en profundidad y una mentalidad abierta”, ha indicado sobre la primera revisión que realizará el eurobanco desde 2003.

La nueva presidenta, que se ha mostrado partidaria de incluir en el debate los riesgos derivados del cambio climático, ha recordado que la crisis financiera y de deuda soberana alteró el escenario macroeconómico mundial y que ahora hay nuevos desafíos que hay que tener en cuenta. En todo caso la política monetaria seguirá apoyando a la economía y respondiendo a riesgos futuros en línea con el mandato de la estabilidad de precios.

El debate también ha permitido a Lagarde poner sobre la mesa una cuestión que preocupa en la comisión de asuntos económicos: la presencia de más mujeres en los altos cargos del BCE. La presidenta se ha quejado de la composición del consejo de gobierno, con 24 de sus 25 miembros hombres, y ha pedido a los eurodiputados que animen a los Estados miembros a presentar más candidatas. “Es importante que haya diversidad de puntos de vista en todas las instancias”, ha reclamado.