TROBADA D'ECONOMIA A S'AGARÓ

Energía, la otra transición

Compañías, reguladores y Gobierno quieren un proceso de descarbonización "ordenado y justo"

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Agustí Sala

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España vivió en los años 70, durante la primera y segunda grandes crisis del petróleo, la transición a la democracia desde una dictadura. Ahora es el turno de otra transición, la ecológica, que deberá ser «ordenada y justa», según las compañías energéticas, los organismos reguladores y el Gobierno. Fue una de las conclusiones de un coloquio celebrado ayer en el marco de la 24 Trobada d’Economia a S’Agaró.

A solo unas horas de que  comience este lunes la cumbre del clima en Madrid, COP 25, la presidenta de la patronal eléctrica, AelecMarina Serrano, afirmó que es necesario e irrenunciable avanzar en la descarbonización de la economía y, por tanto, la electrificación. Debatieron con ella, Rafael Mateo, consejero delegado de Energía de AccionaAntoni Llardén, presidente de Enagás; y María Fernández Pérez, vicepresidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC); moderados por el delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Pere Navarro.

Serrano aseguró que el mundo está ante un «cambio radical de paradigma», y calificó  el plan nacional de energía y clima presentado este año por el Gobierno como el «más ambicioso».

En todo caso,  «justa y ordenada» es como defendió también esa transición en la víspera la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, que apostó  durante su participación en estos encuentros convertir a España «en una plataforma de inversión y desarrollo de las tecnologías asociadas al vehículo alternativo». Es un proceso que deberá compatibilizar la gradualidad con cierta celeridad ante la situación de emergencia climáticadeclarada incluso por el Parlamento Europeo.

De igual modo, la secretaria de Estado de Economía, Ana de la Cueva, que clausuró las jornadas y destacó la buena salud de la economía española sobretodo teniendo en cuenta las tensiones internacionales, situó la transición energética entre las prioridades del Gobierno.

Rafael Mateo, consejero delegado de Energía de Acciona, afirmó que cuanto antes se tomen las medidas necesarias menos costosas serán. Según dijo, «siete millones de empleos desaparecerán por la salida de la economía fósil, pero casi 20 millones se crearán por la nueva economía descarbonizada», y destacó que quien se apunte a la transición «de forma precoz tendrá una ventaja». 

130 millones diarios en comustibles fósiles

Y recordó que en España se importan 130 millones de euros diarios de combustibles fósiles, que se acaban quemando, cuando «hoy se puede producir energía sin quemar o madera, o gas o petróleo». Y recordó que  las energías renovables son las más «competitivas; son territoriales, locales, autóctonas, son un recurso ilimitado y tienen un coste estable y son sencillas dede el punto de vista tecnológico».

Ante todo es preciso evitar una burbuja especulativa como la vivida a principios de los 2000 con las energías eólica y solar. Eso propició en Catalunya un decreto que limitó el crecimiento de estas energías y que el actual Govern ha derogado para poner en marcha uno nuevo que pretende facilitar la implantación de estas instalaciones.

Pero será complejo ganar terreno porque otras autonomías no han parado de crecer en los últimos años y los inversores han apartado Catalunya de su radar. Acciona, por ejemplo, que abandonó las inversiones en renovables en España con los recortes aprobados por el Gobierno del PP, vuelve a ponerlo en su punto de mira, pero especialmente a Extremadura o Aragón, explicó Mateo antes de participar  en el debate.

Costes sociales y políticos

Antoni Llardén. por su parte, explicó que «el gas natural puede ser el eslabón que una la economía carbonizada con la descarbonizada, asegurando el suministro». Y advirtió de que la transición tiene que ser justa y puede tener «costes sociales y políticos» según cómo se haga. En este sentido el presidente de Enagás dijo que hay medidas que pueden ser técnicamente muy correctas, pero que pueden «pisar callos» según cómo se implanten. Eso podría suceder, por ejemplo en términos de empleo, si se decidiera «eliminar el diésel de la noche a la mañana». Tendría un efecto positivo a nivel medioambiental, pero muy negativo a nivel social.

O los países con elevados niveles de pobreza en el campo, como la India, que deberían ir «a otro ritmo»; o aquellos estados que viven de la venta del petróleo o el gas, para los que propuso una especie de Plan Marshall.

En materia de oportunidades, Llardén dijo que España podría ser «de los países europeos productores de un petróleo nuevo, que es el hidrógeno», gracias a su realidad climática y ambiental. La vicepresidena de la CNMC, por su parte, abogó por una profunda reforma del sistema fiscal, que está diseñado para «una economía del petróleo». A su juicio, «si no se hacen esfuerzos para reformar esa fiscalidad costará mucho hacer la transformación tanto digital como energética».