Informe de Perspectivas

La OCDE rebaja sus previsiones para España y expresa inquietud por la incertidumbre política

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Eva Cantón

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En un contexto de desaceleración mundial debido a las tensiones comerciales y la incertidumbre política, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha rebajado sus previsiones de crecimiento de la economía española en dos décimas para este año y en tres para 2020 y 2021.

En su análisis  subraya que “la incertidumbre política genera ambigüedad sobre la futura política fiscal, que se asume que será en términos generales neutral en los próximos dos años” (ni expansiva, por un mayor gasto o rebajas de impuestos; ni restrictiva, por lo contrario). “Un mayor crecimiento potencial puede contribuir a mejorar la sostenibilidad fiscal y la resistencia ante los shocks”, sostiene.

La economista jefa de la institución, Laurence Boone, ha dicho que "a corto plazo" la OCDE no está preocupada por la influencia de la situación política en la economia española, pero sí por su impacto en las reformas estructurales. 

"Lo que nos preocupa es esta incertidumbre, que puede afectar a las reformas estructurales. Todos nuestros trabajos demuestran que hace falta un consenso, que hace falta un diálogo continuo. Cuanto más sólido sea el Gobierno más fácil será llevar a cabo las reformas", ha respondido al ser preguntada al respecto durante la rueda de prensa de presentación del informe.

Si en mayo calculaba que España cerraría 2019 con un PIB del 2,2% y alcanzaría el 1,9% en el 2020 –cifras idénticas a las que barajaba entonces el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez- ahora limita el avance al 2% este año y al 1,6% en los dos próximos ejercicios, una décima menos que la media de la OCDE, según su último informe de Perspectivas presentado este jueves.

Las nuevas previsiones de la OCDE son algo más pesimistas que las que figuran en la última revisión del Gobierno (2,1% para este año y 1,8% para el próximo), pero se situan en línea con las de consenso de los expertos de Funcas (2% y 1,6% respectivamente). 

Otro toque de atención por la deuda

El organismo con sede en París advierte, además, de que es “clave” mejorar el equilibrio fiscal para reducir de manera duradera el “elevado nivel de deuda pública” -el 96% del PIB- el mismo toque de atención que le ha dado Bruselas al futuro Gobierno hace apenas veinticuatro horas.

La creación de empleo –ahora en tasas del 2%- se resentirá, aunque el paro continuará bajando del 14,2% estimado para este año hasta situarse en el 14,1% en 2020 y en el 13,6% en 2021.

Un sector que perderá dinamismo, lastrando su contribución al PIB, es de las exportaciones, dado que el principal destino de las ventas españolas es Europa y la zona euro podría crecer menos de lo esperado (un 1,2% en los dos próximos años, según el informe del organismo).

El informe estima que la aportación al crecimiento de las exportaciones españolas será negativo en 2020 y neutro en 2021. Mientras el sector servicios aguanta, la tendencia en la construcción es que caiga la inversión, así como la venta de viviendas y los préstamos para la compra de pisos.

Impacto del brexit en el turismo

En definitiva, la OCDE certifica la desaceleración apuntada hace seis meses, que podría ser más acusada por las consecuencias económicas derivadas del brexit, y avisa de que la salida del Reino Unido de la Unión Europea tendrá un “impacto negativo” en el sector turístico español.

Aunque a un ritmo menor que el de los últimos años, el principal motor del desarrollo económico seguirá siendo la demanda interna, añade la institución presidida por Ángel Gurría.

“En el contexto de una creciente incertidumbre, la demanda interna ha sido menos dinámica que en años recientes. La creación continuada de empleo, el aumento de los salarios y la baja inflación ha generado una mayor renta disponible y un aumento reciente del ahorro de los hogares”, se lee en el informe.

“Mejorar el equilibrio fiscal para permitir una reducción duradera de la alta ratio de la deuda pública respecto al PIB es clave. Para estimular el crecimiento y reducir las desigualdades, deben mejorarse las competencias laborales de los grupos vulnerables. Aumentar la productividad requiere que las empresas inviertan más en competitividad e innovación”, agrega el estudio, que recomienda aumentar la formación digital de los trabajadores menos cualificados que se arriesgan a perder su empleo por la progresiva automatización.

Política fiscal

El llamado ‘club de los países industrializados’ cree que la política monetaria de la zona euro seguirá fomentando la inversión y el consumo con bajos tipos de interés y subraya que “la incertidumbre política genera ambigüedad sobre la futura política fiscal, que se asume que será en términos generales neutral en los próximos dos años”. “Un mayor crecimiento potencial puede contribuir a mejorar la sostenibilidad fiscal y la resistencia ante los shocks”, dice el análisis.

En cuanto a la situación macroeconómica mundial, indica que aumentan los indicios de que “la desaceleración cíclica se afianza”, es decir que el enfriamiento económico ha llegado para quedarse. Sus Perspectivas confirman un crecimiento débil en casi todas las economías y un estancamiento del comercio mundial por la desconfianza que genera la persistente guerra comercial entre Estados Unidos y China.

La OCDE vaticina un PIB mundial del 3% para este año y del 2,9% y 3,1% para los dos próximos años. La expansión será del 1,8%, 1,7% y 1,7%, respectivamente, en el caso de los países miembros de la OCDE y el frenazo es más acusado en la zona euro, que crecerá sólo un 1,1% este año y un 1,2% los dos siguientes ejercicios.

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