coyuntura

Alemania esquiva la recesión por la mínima

El PIB alemán crece un 0,1% en el tercer trimestre del 2019 gracias al tirón del consumo

Línea de producción de una planta de Volkswagen en Alemania.

Línea de producción de una planta de Volkswagen en Alemania. / periodico

Andreu Jerez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Contra pronóstico, la economía alemana consiguió esquivar la recesión en el tercer trimestre de este año: el PIB de la locomotora europea aumentó un 0,1% entre julio y septiembre pasados, cuando todo apuntaba a que caería nuevamente en cifras negativas, como en el segundo trimestre del presente año (-0,2%), lo que habría

supuesto una entrada técnica en la recesión.

Así lo informó este jueves la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que además corrigió los datos de los dos primeros trimestres del año: el primero, el PIB de Alemania creció un 0,5% respecto al último trimestre del 2018 – 0,1 más de lo anunciado en un primer momento – y cayó un 0,2% el segundo – un 0,1 más que lo

proyectado hace unos meses –.

Los pobres datos de crecimiento evidencian, no obstante, que la mayor economía de la Unión Europea sigue sufriendo las consecuencias de las medidas proteccionistas de grandes mercados como Estados Unidos, la guerra comercial entre Donald Trump y China, y la incertidumbre que genera el irresuelto 'brexit'. Todas estas turbulencias afectan especialmente a Alemania, cuyas exportaciones suponen casi la mitad de su PIB.

Consumo interno

Ante el incierto panorama en el tablero global, que afecta especialmente a las ventas de Alemania en el exterior, fue el consumo interno el que tiró de la locomotora económica europea el pasado verano. Según Destatis, “los impulsos positivos vinieron sobre todo del consumo: el gasto privado creció respecto al segundo trimestre de 2019”.

El estado alemán también aumentó sus gastos, un indicador de lo que podría ser la dinámica en los próximos meses o años; como reconoció este mismo jueves el ministro de Economía alemán, el democristiano Peter Altmaier, las perspectivas de crecimiento siguen siendo malas pese haber evitado la recesión técnica, con lo que Berlín podría

estar dispuesto a aumentar el gasto en contra de lo que ha sido su política de disciplinada austeridad presupuestaria desde hace una década.

A pesar de que la mayoría de analistas y economistas no prevén que Alemania vaya a caer en una dura y larga recesión, sí que cuentan con crecimientos bajos e irregulares para los próximos tiempos. En esa misma dirección apunta la caída de inversión en equipos durante el tercer trimestre de este año, prueba de que las expectativas de las empresas alemanas son más bien moderadas por no decir pesimistas, como han venido apuntado diversos indicadores de institutos económicos desde inicios de 2019.

Esta misma semana, uno de esos indicadores, el de las expectativas de expertos financieros consultados por el Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW), creció más de 20 puntos, algo que sorprendió a los analistas y que podría apuntar a que clarea en el nublado horizonte de la economía germana. “La dinámica negativa está cesando en la industria”, asegura Stefan Kooths, del Instituto para la Economía Global de Kiel (IfW).

Tras los datos del tercer trimestre, ahora falta saber con qué cifra cerrará la economía alemana 2019. El Gobierno federal y destacados institutos económicos del país auguran un crecimiento de medio punto, mucho menor que en 2018, cuando el PIB alemán creció un 1,5% respecto al año anterior. Todo dependerá de la coyuntura global y de la capacidad de recuperación de industrias alemanas como la del automóvil, muy golpeada por los escándalos y por un modelo de negocio con serios problemas para adaptarse a los tiempos.