DESACELERACIÓN

La economía española pierde más fuelle del esperado

Industria 8Operarios en una cadena de montaje del Seat Ibiza en la factoría de Martorell.

Industria 8Operarios en una cadena de montaje del Seat Ibiza en la factoría de Martorell.

Silvia Martinez

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La desaceleración económica es generalizada. El Producto Interior Bruto de la Eurozona progresará este año un 1,1% y un 1,2% en el 2020, una y dos décimas respectivamente por debajo de los proyectado hace tan solo cuatro meses. Una ralentización que se mantendrá durante un período prolongado, debido a las tensiones comerciales y políticas, y que será todavía más acusada en el caso de España. Según las nuevas previsiones económicas de la Comisión Europea, España seguirá creciendo por encima de la media de los países del euro pero a un ritmo menor del esperado: un 1,9% en 2019 y un 1,5% en 2020, cuatro décimas menos de lo pronosticado en julio pasado.

Bruselas achaca el enfriamiento de la economía principalmente a dos factores. En primer lugar a un menor consumo privado que se traduciría en un menor impulso al crecimiento y en dos décimas menos de crecimiento. Y, en segundo, lugar a la revisión de los datos por el ajuste estadístico del INE que restaría otras dos décimas. Para 2020, las previsiones de la Comisión también apuntan a una desaceleración de cuatro décimas, al 1,5% del PIB, y al 1.4% en 2021. A preguntas de los periodistas, el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, ha rechazado caer en el alarmismo y ha descartado que la incertidumbre política que se vive en España desde 2015 esté pasando factura. Es más ha indicado que la economía española es mucho más resistente y está en mejor posición para responder a la desaceleración global.

"No parece ser un factor que haya tenido un impacto sobre el crecimiento económico, aunque tenga un impacto sobre la desaceleración de las reformas estructurales", ha explicado. "No es la incertidumbre política quien explica ni el brillante crecimiento estos últimos años ni la desaceleración relativa de los próximos años", ha insistido sin entrar en valoraciones a tres días de las nuevas elecciones generales. "Seamos claros. No quiero que mi mensaje se utilice de forma ambigüa. A pesar de la revisión a la baja es obvio que la economía española está en una situación más resiliente que en el pasado para enfrentarse a una desaceleración global que en el pasado". Dicho esto, y aunque confía en la "robustez" de la economía ha recordado que el nuevo Gobierno español que salga de las urnas este 10N tendrá que "redoblar los esfuerzos" y hacer reformas estructurales.

La ministra de economía, Nadia Calviño, también ha recibido las nuevas cifras de Bruselas sin alarmismo. "No hay que sobrereaccionar y hay que evaluar la situación como es", ha explicado a su llegada al Eurogrupo. Y la situación es que Bruselas no ha tenido en cuenta los datos estadísticos más recientes en sus cálculos, como la previsión de crecimiento del tercer trimestre que fue del 0,4%. “Sobre la base de la información que tenemos ahora, para que la economía española cerrase 2019 con un crecimiento inferior al 2% tendríamos que estar viviendo una realidad en nuestro país que no se corresponde en absoluto con los indicadores que estamos recibiendo y la realidad que me están transmitiendo los empresarios de todo el territorio”, ha valorado.

El mercado laboral pierde tracción

Según la radiografía de los expertos comunitarios, pese al aumento del crecimiento de los salarios reales, el crecimiento del consumo privado en los últimos trimestres se habría ralentizado lo que se traduciría en un aumento de la tasa de ahorro que afectará a la demanda interna. “Los riesgos para las perspectivas son a la baja en un contexto de elevada incertidumbre y se refieren tanto a riesgos exteriores como domésticos, como las tensiones comerciales mundiales y un mayor comportamiento hacia el ahorro de los hogares”, alerta el informe. 

Bruselas también alerta de que el mercado laboral ha empezado a perder tracción durante este tercer trimestre del año. El Ejecutivo comunitario espera que España siga creando empleo aunque a ritmo menor, especialmente en 2020 y 2021. Pese a esta evolución, los pronósticos auguran que la tasa de paro seguirá cayendo al 13,9% en 2019, 13,3% en 2020 y por debajo de ese umbral, hasta el 12,8%, en 2021 en la que sería la tasa más baja desde que estallara la crisis en 2008. Mientras tanto, el crecimiento salarial alcanzará su punto más elevado en 2019 y se espera que mantenga el dinamismo y por encima de la inflación tanto en 2020 como en 2021. El índice de precios al consumo volverá a caer este año (al 0,9%) debido a la evolución de los precios del petróleo pero volverá a aumentar gradualmente hasta alcanzar el 1,4% en 2021.

Más déficit en 2020

En cuanto a la evolución del déficit público, el Ejecutivo comunitario estima que España cerrará el año con un agujero del 2,3% en las cuentas públicas, el mismo dato que ya pronosticó en primavera. “A pesar de la moderación en el crecimiento económico, se espera que los ingresos crezcan a un ritmo relativamente rápido en 2019, ayudados por las boyantes contribuciones sociales y los impuestos sobre la renta personal”, justifica la Comisión Europea que considera que este aumento en los ingresos será suficiente para compensar “los significativos aumentos significativos en los gastos” para hacer frente a las transferencias sociales y particularmente al gasto en pensiones.

Sin embargo, y con un presupuesto prorrogado, el agujero presupuestario en 2020 se mantendrá abultado. En sus previsiones de primavera los expertos de la Comisión auguraban un déficit del 2%. Ahora estiman que, en ausencia de un presupuesto, será del 2,2%. Esta proyección, explican en el informe, incluye el aumento salarial para los empleados públicos estipulado para el período 2018-20, de acuerdo con los sindicatos, así como una revaluación anual de las pensiones en línea con inflación. 

Sin embargo, solo incorporan algunos de los ahorros potenciales identificados en las revisiones de gasto publicadas por la AIReF que, según admiten los técnicos comunitarios, “si se implementan por completo podrían ayudar a reducir el déficit a partir de 2020”. En todo caso, y suponiendo que no haya cambios en la política, el déficit general se reducirá al 2,1% del PIB en 2021. Esta radiografía no está exenta de riesgos y podría incidir negativamente la materialización de pasivos contingentes. La evolución de la deuda pública también será menos positiva de lo esperado. Seguirá cayendo pero a un menor ritmo del esperado. Bruselas proyecta una reducción al 96,7% en 2019, 96,6% en 2020 y 96% en 2021, por encima de lo proyectado en mayo pasado.

Frenazo en toda la UE

La nueva radiografía de Bruselas también ofrece una imagen sombría de la situación tanto en la Eurozona como en el conjunto de la UE. El mercado de trabajo mantendrá su solidez y el paro seguirá cayendo (al 7,6% en 2019 y 7,4% en 2020 en la Eurozona y 6,3% y 6,2% en la UE), pero la incertidumbre exterior, debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y otros problemas políticos como el 'brexit', siguen siendo importante y harán que la economía europea entre en un período prolongado de menos crecimiento y baja inflación, con una previsión de crecimiento del 1,1% para la Eurozona este año y del 1,4% para el conjunto de la UE.

Estos datos son resultado de las sombrías previsiones en algunos países de la UE como en Italia, que crecerá un 0,1% en 2019 y 0,4% en 2020. Tampoco la evolución en Alemania es positiva. Las previsiones apuntan a un avance del 0,4% este año y del 1% en 2020. Algo mejor le irá a Francia con un crecimiento del 1,3% este año y en 2020 y a Países bajos que crecerá el 1,7 y 1,3% respectivamente. En este sentido, la Comisión Europea ha vuelto a recordar que el crecimiento podría ser mayor si los Estados miembros que disponen de más margen de maniobra presupuestaria optaran por políticas fiscales más expansionistas y aumentar el gasto público.

"Los cimientos de la economía son sólidos pero no hay lugar para la complacencia", ha recordado el comisario Pierre Moscovici. "Invito a todos los países de la UE con un elevado nivel de deuda pública a llevar a cabo políticas fiscales prudentes y a situar su nivel de endeudamiento en una trayectoria descendente", ha añadido el vicepresidente Valdis Dombrovskis que ha reclamado a los países con margen de maniobra a "utilizarla".