El BBVA cerrará otras cerca de 200 oficinas en el 2020

Los ajustes de la banca no cesan. El BBVA cerrará el año que viene otras cerca de 200 oficinas en España. Su consejero delegado, Onur Genç, ha explicado este jueves que el número no ha sido cerrado todavía, pero estará "más o menos en línea, ligeramente inferior" al de los últimos años. El grupo clausuró 179 sucursales en el país en el 2018 y tiene previsto hacer lo mismo con otras 195 a lo largo del presente ejercicio, hasta las 2.645. El ejecutivo también ha apuntado que continuará la reducción de plantilla, aunque ha descartado hacerlo mediante un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

En una rueda de prensa telefónica, el banquero turco ha argumentado que el "foco" de la entidad debe estar en reducir los costes y mejorar la eficiencia, debido al entorno de bajos tipos de interés y al cada vez menor uso de las oficinas por parte de los clientes. En este sentido, ha apuntado que el banco solo cobra por los depósitos a grandes empresas e instituciones. No está en sus planes, ha precisado, hacerlo con los particulares "por ahora", pero no se cierra a ello en función de la evolución de los tipos y la competencia y en vista de las últimas medidas del Banco Central Europeo (BCE).

El ejecutivo, asimismo, ha asegurado que el grupo está centrado en crecer por sus propios medios, pese a unas recientes declaraciones de su director financiero, Jaime Sáenz de Tejada, que alentaron los rumores de que podría realizar alguna gran compra en España, como la de Bankia. Además, se ha negado a dar nuevos detalles sobre el 'caso Villarejo' (la Audiencia Nacional investiga los trabajos encargados por el banco al excomisario encarcelado), más allá de reiterar -como viene haciendo los últimos meses- que el banco está "comprometido" con aclarar los hechos y colaborar con la justicia, así como que no está teniendo impacto en el negocio y la acción. Como novedad, ha negado que esté perjudicando a su reputación, al contrario de lo que admitió en julio.

Menos beneficio

El banco ganó 3.667 millones de euros entre enero y septiembre, un 15,2% menos que en el mismo periodo del año pasado. El descenso se debió sobre todo a la falta de resultados extraordinarios, ya que en el 2018 obtuvo unas plusvalías de 633 millones por la venta de su filial en Chile, mientras que en el presente ejercicio no ha hecho ninguna operación de venta significativa. Sin este efecto, el beneficio hubiera crecido el 1,2%.

El segundo banco español logró mejorar sus ingresos básicos (los que obtiene por la diferencia entre cobrar el crédito y pagar los depósitos) el 4,5%, mientras que los percibidos por comisiones aumentaron el 2,4%. Los ingresos totales crecieron el 3%, más que los gastos (1,1%), lo que permitió que el margen neto aumentase el 4,8%. El alza de las dotaciones para afrontar pérdidas por el deterioro de la situación económica (12,7% más, con incrementos en Estados Unidos, Turquía y México y bajada en España) provocó, sin embargo, que el resultado antes de extraordinarios bajase el 1,3%.

México se mantiene como el principal motor del grupo, con un peso en el beneficio del 43,1%. El segundo mercado es España (23,4%), seguido por Latinoamérica (12,5%) y EEUU (10,5%). Turquía genera el 8,3% de los resultados y el resto de Eurasia, un 2,3%. El banco ha mejorado su capital del 11,3% el 11,6% y reducido su morosidad del 4,1% al 3,9% en los últimos doce meses. La rentabilidad, sin embargo, bajó del 10,6% al 8,8%. El ratio de eficiencia mejoró del 49,6% al 48,7%, gracias a que los ingresos crecieron más que los costes. En un año, el banco cerró 201 oficinas (2,5% de descenso), pero mantuvo la plantilla estable.