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El área metropolitana desplaza al eje de la AP-7 como motor de crecimiento

Los servicios se convirtieron en el motor de crecimiento de Catalunya en el 2018 en lugar de la industria

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Max Jiménez Botías

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La recuperación que precedió a la crisis del 2008 en Catalunya se concentró en las comarcas del eje de la AP-7. El fuerte componente industrial de esa reacción benefició a las zonas limítrofes con ese eje viario. Pero esa tendencia se ha terminado por el momento. El área metrololitana ha tomado el relevo. Fue el único que creció por encima del conjunto de Catalunya, a un ritmo del 2,9%, cuando el valor añadido bruto (VAB), que mide el valor de la producción y es comparable con el producto interior bruto (PIB), para el conjunto del territorio catalán fue del 2,6%. El cambio de las zonas de crecimiento está bastante relacionado con cierto agotamiento de la actividad industrial y un giro hacia los servicios, "especialmente de los servicios privados", ha subrayado Josep Oliver, catadrático emérito de  Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), director del Anuaria Económic Comarcal de Catalunya, del servicio de estudios del BBVA.

El crecimiento de la producción catalana en el 2018 estuvo por debajo del 3,3% del año anterior y, además, modificó su composición. De hecho, se produjo un enlentecimiento de las ventas al exteriores, que se ha reflejado en el menor crecimiento de la industria y de la aportación de la demanda externa, mientras que la demanda interna y la del turismo extranjero dieron mejor registro del sector terciario. "Los cambios que se han producido en el 2018, en gran medida, se deben a la desaceleración del comercio mundial y la ralentización de la industria alemana", ha comentado Oliver.

Los motores del crecimiento desde la oferta experimentaron un cambio bastante sustancial en el 2018. En la media 2014-17, la industria creció a un ritmo del 4,3% por año, una cifra sensiblemente superior al 2,5% del sector terciario, acompañada también por una marcada recuperación de la construcción desde los muy bajos valores con los que llegó al final de la crisis. Con estos incrementos de la industria y la construcción, la aportación de los servicios al total del VAB nominal se había reducido un tanto: si en el 2013 representaba un 73,9% de del total, en 2017 había pasado al 72,7%, mientras la industria y la construcción recuperaban posiciones (la primera desde del 20,1% al 21,0%, y la segunda desde el 4,9% al 5,2%).

Empuje de la construcción

Desde el punto de vista de la oferta, el crecimiento de Catalunya se debe al avance del 2,9% de los servicios y el empuje de la construcción que fue del 4,7% y que en un porcentaje elevado se concentra igualmente en las comarcas metropolitanas, donde se ha producido la mayor parte de la edificación en el último año. A efectos de distribución comercial, esa tendencia se refleja en el área metropolitana, pero luego, en las comarcas centrales, que crecen al 2,2%, y en las de montaña que lo hacen al 2,2%. El resto de núcleos comarcales crecieron por debajo del 2%.

"Es previsible que la tendencia que determina que la evolución económica se concentre en las comarcas metropolitana se mantenga por un tiempo, en la medida en que los servicios tengan mayor perso en el crecimiento. El aumento de la exportación de servicios no turísticos es sólido y refuerza ese crecimiento", ha destacado Olver durante la presentación del estudio. El director del estudio pone ha puesto de manifiesto el peso del "efecto capitalidad" de Barcelona, que arrastra capital humano de calidad y aporta economías de escala, gracias a sus infraestructuras, ha precisado.

En este sendido, destaca el estudio que el crecimiento del 2,9% del VAB terciario se explica por el intenso crecimiento de los servicios estrictamente dirigidos a familias y empresas (los privados), que crecieron el 3%, mientras que los coletivos (administraciones públicas, sanidad y educación) avanzaron a un ritmo del 2,5%.

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