CONGRESO EURECAT

La inteligencia artificial ya supera capacidades humanas

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Eduardo López Alonso

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En los dos últimos años los avances en inteligencia artificial en el mundo han sido mayores que en los anteriores tres decenios y aseguran los expertos que la inteligencia artificial ya ha superado por primera vez al ser humano en algunos aspectos. Jordi Ribas, un catalán que estudió en la escuela de Ingeniería La Salle de Barcelona, está marcando el presente de la investigación en inteligencia artificial en el mundo. Es vicepresidente corporativo en la AI & Research division de Microsoft en Estados Unidos. Este directivo participó esta semana en el Big Data & AI Congress organizado por Eurecat en Barcelona y ante un repleto auditorio explicó su experiencia y el estado de la cuestión: "La inteligencia artificial ya ha superado a la mente humana en algunos campos de desarrollo", explicó. En concreto confirmó: "El año pasado se ha alcanzado ya precisión humana en la conversión de lectura y en organización de imágenes". Un indicador de esos avances es que "el 90% de los datos existentes en las redes informáticas mundiales se ha creado hace solo dos años".

Fue ese el preámbulo de su charla ante extasiados expertos, convincente exposición de que la inteligencia artificial ya está entre nosotros y que las empresas que no incorporen los instrumentos existentes van a perder posiciones. Un estudio de la consultora IDC calcula que la inteligencia artificial atraerá unos 21.000 millones de euros de inversiones en Europa en el 2023, con tasas de crecimiento del 32% anuales. Las áreas más permeables a sus usos serán la banca y la distribución. El sector tecnológico es la avanzadilla y el resto de sectores seguirán en breve. El área de la salud, el sector energético, el márketing...

Ribas explicó que la tradución entre chino e inglés ya ha alcanzado la precisión de un buen traductor profesional humano. "Es algo que parecía imposible hace solo dos años, y progresivamente se verán mejoras en la traducción automática entre el resto de idiomas".

La inteligencia artificial es ya cosa cotidiana en los móviles. Tanto para reconocer al propietario mediante la cámara como en los asistentes personales o en las herramientas de búsqueda en internet. "Ya podemos responder al 20% de las preguntas en lenguaje natural a la máquina y hace solo cinco años ese porcentaje era solo del 1%", explica este experto de Microsoft con una veintena de patentes a su nombre. Mostró al público el vídeo de una transcripción automática en tiempo real de una conversación entre un médico y su paciente. El sistema de inteligencia artificial es capaz de entender la conversación y realizar de manera simultánea un informe médico por escrito organizado y con una sugerencia de diagnóstico y tratamiento. 

Otro de los campos de éxito de la inteligencia artificial es el de reconocimiento de imágenes. El reconocimiento facial es una realidad. Una foto de alguien con una determinada prenda de vestir puede suponer un enlace directo a la tienda donde adquirir esa prenda, sus características y precio. La industria textil empieza a utilizar ese tipo de herramientas para abrir nuevos campos de desarrollo de las ventas. 

Pero la realidad actual de la inteligencia artificial es muy modesta todavía en España. Se calcula que poco más del 5% de las empresas españolas del sector detallista, por ejemplo, están utilizando técnicas de inteligencia artificial en alguno de sus procesos, según un informe del Icex. Otro estudio de Microsoft calcula que solo el 11% de las empresas españolas son capaces de aplicar este tipo de tecnologías. La hiperpersonalización de la industria va a requerir este tipo de aplicaciones de inteligencia artificial. 

Pese a que los primeros modelos de programación basados en redes neuronales se redescubrieron en los años 80 es ahora cuando la programación ha llegado al mercado. Los algoritmos y arquitecturas de aprendizaje profundo basadas en redes neuronales de múltiples capas ya son la base del desarrollo en grandes empresas tecnológicas como Facebook, Microsoft, Google o Microsoft. Resaltó Ribas que la empresa Nvidia ha reconocido públicamente que ya utiliza algoritmos capaces de trabajar de manera simultánea con 8.000 millones de parámetros. Microsoft ya ha superado esa cifra. 

Se han juntado en la actualidad los tres componentes básicos para el desarrollo tecnológico en el campo de la inteligencia artificial. En primer lugar la capacidad de computación, de la mano de las redes distribuidas icloud de los cuatro gigantes tecnológicos; en segundo lugar la revolución de los sensores capaces de captar datos; y por último el desarrollo de algoritmos complejos, en algunos casos incluso genéricos, que aprovechan las posibilidades de aprendizaje automático de las máquinas y son capaces de aprender y adaptarse a las cuestiones planteadas.

"Pero lo mejor de la tecnología no es lo que puede hacer sino para que sirve", sentenció el científico Ribas. En el camino de esa utilidad, exigió la necesidad de regular éticamente los avances. El mismo reconocimiento facial puede ser usado por un Estado para el control de la población. Y eso ya es posible actualmente. 

Otro dilema ético se presenta en la conducción autónoma. Los coches son capaces ya de circular solos pero no quedan claras las responsabilidades en caso de accidente. "Habrá que regular también que debe hacer un coche autónomo y su sistema de inteligencia artificial si tiene que decidir entre salvar la vida del conductor o la de tres peatones", planteó Ribas.

La cuestión es que las barreras entre el cerebro humano y el cerebro cibernético se estrechan a toda velocidad, aunque Ribas reconoce que "siempre habrá límites a la imitación de las áreas cognitivas humanas, especialmente en temas como la empatía, la creatividad o la innovación". Más inquietante se mostró en el mismo foro Soheil Keshmiri, investigador del Instituto Internacional de Investigación en Telecomunicaciones Avanzadas de Japón. En su opinión, la inteligencia artificial aplicada a la robótica dará lugar a una nueva generación de agentes con capacidades de interacción social como la empatía. Anticipó un incremento de la robótica de asistencia social en campos como la educación de necesidades especiales, la atención de personas mayores y la rehabilitación. Ya se están implantado sensores en el cerebro para extraer información. Todo es cuestión de tiempo.