Testimonio

Nasir: "Para trabajar unas pocas horas tienes que estar pendiente todo el día"

Este joven ha trabajado años en la hostelería y la construcción; ahora reparte para Glovo y considera que este ha sido su peor oficio hasta la fecha

nasir-glovo

nasir-glovo / periodico

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo precario como "un medio utilizado por los empleadores para trasladar los riesgos y las responsabilidades a los trabajadores". Una definición con la que coincide Nasir, que para repartir para Glovo debe costearse la moto, la gasolina, la tarifa del móvil y la cuota de autónomos. A lo que cabe sumar cualquier imprevisto. 

Este 'rider' aparca fuera de la cafetería, se sienta para la entrevista y pone dos teléfonos sobre la mesa. "Si trabajas varias horas al sol los móviles se calientan y dejan de funcionar" explica. Durante la conversación mantiene un ojo en su interlocutor y otro en uno de los dos dispositivos, en el que va refrescando periódicamente la aplicación de Glovo en busca de horas de reparto disponibles. "Hace un año era mucho más fácil, si querías trabajar ocho horas un día las trabajas. Hoy tienes que estar todo el rato pendiente para poder conseguir unas pocas", comenta.

La competición entre ‘riders’ no se libra tanto para ver quién recibe un pedido, sino para ver a quién le asigna el algoritmo las horas disponibles para trabajar. "Cada vez aceptan a más ‘riders’ porque no les cuesta nada y así se aseguran que siempre hay alguien disponible", explica. Y eso reduce el número de horas disponibles para trabajar y, en consecuencia, para ganar dinero.  Otro elemento clave para competir por esas horas es la valoración del 'rider' en la plataforma. "Para tener el máximo es necesario estar siempre disponible. Cualquier imprevisto te deja fuera y es como volver a empezar de cero", declara.

Nasir hace un año y dos meses que reparte para Glovo, la empresa líder en el sector de las plataformas. Tiene 30 años, con media vida en Pakistán y la otra media entre La Rioja y Barcelona. "He trabajado en la hostelería y en la construcción, aunque donde peor he estado ha sido en Glovo", afirma, sin tampoco hablar lindezas de las condiciones de otras compañías del sector, como Deliveroo, Uber Eats o Shargo.

El mes pasado ganó poco más de 700 euros, según muestra mediante las facturas de la aplicación, de los que debe descontar las facturas del teléfono, la cuota de autónomos y el vehículo. "Al menos no tengo que compartir cuenta”, afirma. Nasir cuenta que esta es una práctica habitual en el sector, sobre todo entre las personas sin permiso de trabajo. "Algunos propietarios de cuenta cobran hasta el 35% de los ingresos", dice.