VISTO PARA SENTENCIA

Rato culpa del 'caso Bankia' al actual consejo de administración

Rodrigo Rato

Rodrigo Rato / FERNANDO VILLAR / EFE

Ángeles Vázquez

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El expresidente de Bankia Rodrigo Rato fue el único de los 34 acusados juzgados por la salida a Bolsa de la entidad que ha querido hacer uso del turno de última palabra y así ser él quien pusiera colofón a un juicio que se ha prolongado 10 meses y que este martes quedó visto para sentencia. En su defensa el principal acusado dijo que "la razón", o al menos una de ellas, por la que se le ha juzgado por la debacle de Bankia han sido "las decisiones tomadas por el consejo" que le "sustituyó", al solicitar "ayudas públicas", en referencia al mayor rescate de una entidad financiera, con 22.424 millones de euros. 

A continuación, sin la más ligera autocrítica, afirmó que el consejo de administración nombrado por su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, actuó de esa forma por "razones de futuro, no de pasado, y en base a los cambios" que se esperaban en la regulación bancaria. Hasta se permitió respaldar ese criterio, porque, añadió, "la crisis financiera fue mucho peor en 2012, 2013 y 2014". La reformulación de las cuentas de 2011 del equipo de Goirigolzarri supuso pasar de 300 millones de beneficio a 3.000 de pérdidas.

El vicepresidente del Gobierno con José María Aznar, que se enfrenta a una petición fiscal de hasta 8 años y medio de prisión, remachó su razonamiento diciendo que "Bankia vale menos en 2019 que cuando salió a Bolsa", circunstancia que, aunque no dijo, se reproduce en todas las entidades bancarias por la bajada de los tipos de interés.

Según Rato, tanto los administradores de BFA como los de Bankia nunca tuvieron otro objetivo que velar por los intereses de sus accionistas. "Después de cinco años de instrucción y 10 meses de vista oral, referidos a 17 meses de gestión, ha quedado atestiguado que BFA primero y Bankia después son entidades financieras complejas, organizadas según los más altos estándares bancarios del momento y que en ningún momento fueron criticadas por el regulador o el supervisor. Nuestros profesionales eran los mejores del mercado y contaban con el asesoramiento de las mejores firmas financieras, legales y contables del mundo".

Más pena

Rato, que también fue quien inauguró el juicio, protagonizando un tenso interrogatorio con la fiscala del caso, vio cómo se agravaba la petición de prisión que Anticorrupción formulaba contra él. Al delito de estafa a los inversores que ya le atribuía, Carmen Launa le añadió un par de falsedades contables continuadas, una por las cuentas de 2010 y otra por las de 2011. En lo relativo a este último ejercicio planteaba la imposición alternativa de dos penas en función de si el tribunal considera cometido plenamente la falsedad o si cree que se quedó en un mero intento.

La petición fiscal se acercó mucho a las provisionales de la acusación popular que ejerció la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), heredera de la querella interpuesta por UPyD, una de las que dieron origen al procedimiento. Esta acusación pedía penas de hasta 12 años de cárcel y multas millonarias para la entidad, BFA y la firma auditora Deloitte.