sector financiero

El euríbor se adentra en terreno desconocido

El presidente del Banco central Europeo, Mario Draghi.

El presidente del Banco central Europeo, Mario Draghi. / periodico

Pablo Allendesalazar / Max Jiménez Botías

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Cuando la economía se debilita, los bancos centrales suelen abaratar el precio del dinero para incentivar el crédito y con ello la actividad. Sin embargo, las últimas decisiones del BCE han tenido un efecto inesperado. Pese a que la autoridad monetaria bajó los tipos de interés el jueves de la semana pasada, el euribor a 12 meses -la principal referencia de las hipotecas a tipo variable en España- comenzó ese día a subir. El alza es llamativa, pero tan ligera que no perjudica de momento a quienes hayan comprado o tengan pensado adquirir una casa a crédito. Con todo, hay discrepancias sobre cómo puede evolucionar en el futuro: en el sector financiero no hay unanimidad sobre si es un efecto puntual o el inicio de un cambio de tendencia.

Lo que hizo el banco central hace unos días fue rebajar aún más la llamada facilidad de depósito, es decir, el tipo que impone al dinero que guarda a los bancos. Desde el 2014 está en negativo, con lo que la institución devuelve a las entidades menos fondos de los que recibe para incentivar que, en lugar de guardarlos, los destinen a dar préstamos. Primero fue el -0,1%, luego el -0,2%, desde el 2016 el -0,4%, y desde esta semana el -0,5%. El euribor, que mide teóricamente el precio al que los bancos se prestan el dinero entre sí, utiliza como referencia la facilidad de depósito, con lo que debería haber bajado durante los últimos días, lo contrario de lo que ha sucedido. Desde que el BCE anunció la medida, ha subido del -0,373% al -0,298%

Dos visiones contrapuestas

En el sector financiero hay un debate abierto sobre las razones que explican este anómalo comportamiento. José Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander, lo achacó hace unos días a una cuestión puramente "técnica": el mercado esperaba un recorte mayor de la facilidad de depósito y ya la había reflejado en el euribor, con lo que este ha subido para ajustarse a la rebaja menos pronunciada de lo augurado que finalmente aprobó el BCE. Otras fuentes apuntan que el recorte previsto por el sector era de 0,2 puntos, hasta el -0,6%, y destacan que el eonia (el euribor a un día) bajó abruptamente el pasado miércoles del -0,367% al -0,457%, coincidiendo con la entrada en vigor del nuevo tipo oficial de referencia del -0,5%, una bajada que a su juicio se irá trasladando al resto de plazos del índice.

Pero también existe otra interpretación. Hasta el pasado marzo, el banco central defendió que su política de tipos negativos no perjudicaba a la banca, con el argumento de que la mejora de la economía que provoca hace que baje la morosidad y aumente el crédito. Sin embargo, en los últimos meses ha admitido que podría tener efectos negativos indeseados: si la rentabilidad de las entidades baja, estas tienen más dificultades para conseguir capital y sin este no pueden dar préstamos. Por ello, junto a la nueva bajada de la facilidad de depósito, el BCE aprobó hace unos días que parte del dinero que guarda a los bancos no esté penalizado (según la agencia de calificación Scope, unos 800.000 millones de los 1,7 billones totales). "Ello implica que el tipo medio real quede en el -0,28%, no en el -0,5%, con lo que pensamos que el euribor debería moverse hacia el -0,25%", explica un alto ejecutivo bancario.

Estrategia defensiva

Sin embargo, es difícil que así suceda. El economista jefe del BCE, Philip Lane, advirtió el pasado lunes de que, si es necesario, el banco central endurecerá las condiciones del tramo no penalizado para asegurarse de que la caída del eonia se transmita a todos los plazos del euribor. Además, el servicio de estudios de Bankia estima que una "bajada adicional (de la facilidad de depósito), al menos, sería muy probable si en el 2020 la economía no remonta". El panorama, así, parece bueno para los hipotecados y malo para los bancos, porque el mercado prevé un mínimo de dos años y medio de tipos bajos. 

Con las hipotecas ya concedidas poco pueden hacer, pero los bancos están respondiendo a ello tratando de vacunarse contra las oscilaciones del euríbor en los nuevos créditos. La reciente ley hipotecaria, que entró en vigor el pasado 16 de junio, ya les garantiza que, por mucho que el euríbor o cualquier otro índice de referencia baje, el hipotecado nunca terminará viendo como su banco le devuelve dinero porque el interés de esos productos nunca podrá ser inferior al 0%.

Por si la ley fuera insuficiente, las entidades han apostado por cargar en los diferenciales de las hipotecas el riesgo que para ellas entraña vender productos a tipo variable. "En el mercado los diferenciales se mueven entre el 0,6% y el 2%, por lo que es difícil que se produzcan tipos negativos", apunta José Manuel Pedregal, responsable de hipotecas del Banc Sabadell. La estrategia comercial tiende a evitar el riesgo, por lo que el sector prefiere concentrarse en la venta de hipotecas a tipo fijo (con tipos más altos y nulas posibilidades de llegar a ser negativos), de manera que el 44% de los nuevos créditos tienen ya ese formato, e incluso algún banco, como el mismo Sabadell, concentra hasta el 75% de su nueva producción en ese segmento.