INVERSIÓN EN ESPAÑA

Standard & Poor's mejora su calificación de la deuda española pese a la incertidumbre política

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Rosa María Sánchez

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La agencia de calificación de deuda Standard & Poor's (S&P) ha decidido este viernes mejorar ligeramente la nota de solvencia de la deuda pública española desde 'A' con perspectiva negativa a 'A' con perspectiva estable. DBRS, por su parte, también mantiene el rating de España en 'A' y mejora su perspectiva de estable a positiva.

La relativa mejora de ambas calificaciones se produce a pesar del contexto de desaceleración de la economía y de la prolongación el periodo de incertidumbre política, tras la convocatoria de unas nuevas elecciones generales el 10 de noviembre.

Esta es la primera revisión al alza que practica S&P sobre la solvencia de la deuda española desde marzo del 2018. 

Tras recibir el informe de S&P, el Ministerio de Economía ha subrayado que él "se destaca el mayor crecimiento de la nuestra economía frente a la zona euro, estimando que se podría mantener en los próximos tres años". Además, según Economía, el informe "considera que España se encuentra mejor posicionada para afrontar retos externos como el Brexit o la desaceleración económica europea". En este sentido, se destaca las ganancias de competitividad, que se están traduciendo en superávits por cuenta corriente en los últimos años. 

Las agencias de ráting analizan la solvencia económica de empresas, bancos y administraciones públicas y su capacidad para devolver las deudas. En función de estos análisis las agencias otorgan notas que van desde el ‘bono basura’ (letra C) cuanto existe un elevado riesgo de impago, hasta la triple A, si la solvencia es absoluta.

La nota 'A' que sigue atribuyendo S&P a la deuda española describe una “fuerte” capacidad para hacer frente a los compromisos de pago de la deuda pero más susceptible a los cambios adversos de circunstancias o de condiciones económicas que con otras calificaciones más elevadas, como sería la 'doble A'.

En su informe anterior, del mes de marzo del 2019, la firma norteamericana S&P ya dejó en suspenso una posible revisión al alza de su calificación. Entonces, los síntomas de ralentización económica y la incertidumbre ante las elecciones generales convocadas para el 28 de abril aconsejaron a la agencia mantener el 'rating' en A- dejando la puerta abierta a una mejora en septiembre en espera, también, de un alivio en las tensiones en Catalunya.

DBRS mejora su visión

Por su parte la agencia canadiense DBRS ha decidido este mismo viernes mejorar ligeramente su calificación de la deuda pública española que pasa de un rating 'A' con "perspectiva estable" a otro "con perspectiva positiva".

DBRS es la cuarta agencia de calificación de riesgo crediticio más grande del mundo y es una de las cuatro que toma en consideración el Banco Central Europeo (BCE). También es la única que mantiene un contrato con el Gobierno español para la emisión de sus informes (las otras agencias lo emiten de manera autónoma).

Según el comunicado emitido por la agencia canadiense, a pesar de los signos de desaceleración, DBRS espera que la economía española continúe creciendo a un ritmo "saludable", por encima del promedio de la zona euro este año y el próximo, con el deterioro del sector exterior como principal amenaza.

El alto nivel de deuda pública y la dependencia de la financiación exterior siguen constituyendo una rémora que impiden a DBRS ir más lejos en su calificación. En el lado positivo desta que, si bien continua la "situación política desafiante en la Comunidad Autónoma de Cataluña", su impacto económico hasta ahora ha sido relativamente moderado. "DBRS espera que la cuestión catalana permanezca en un segundo plano en los próximos años", y aunque existe el riesgo de que las tensiones aumenten como consecuencia de la sentencia del 'procès' "DBRS no espera que un nuevo enfrentamiento potencial entre el gobierno central y el regional alcance los niveles observados a fines de 2017". Además,  "considera que el impacto en la economía española de la situación política en Cataluña ha sido relativamente silenciado".

"DBRS espera que el índice de deuda del gobierno continúe disminuyendo en los próximos años, ayudado por los superávit primarios, el entorno de tasas de interés bajas y el crecimiento nominal del PIB", se afirma. Además la agencia canadiense "no espera que el próximo gobierno nacional implemente cambios abruptos en la política que desafiarían la actual evaluación" de la capacidad de pago, si bien admite que "las medidas menos populares que podrían mejorar estructuralmente los resultados fiscales o económicos podrían retrasarse aún más"

La agencia duda del objetivo del Gobierno en funciones de llegar al equilibrio presupuestario en el 2022, si bien admite que "el escenario más probable en este momento" de un nuevo Ejecutivo socialista podría adoptar las medidas fiscales incoporadas en el fallido proyecto de Presupuestos del 2018 para contribuir a ello

El punto débil se sigue situando en la reforma pendiente del sistema de pensiones. "Dada la demografía desfavorable de España, revertir las características clave de la reforma de las pensiones, como la posibilidad de volver a vincular las pensiones con la inflación del índice de precios al consumidor de forma permanente, podría poner en riesgo la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones si no es compensado por medidas compensatorias", se avisa.

Otras calificaciones

La británica Fitch, por su parte, decidió este mes de junio mantener la nota de España en ‘A-‘ con perspectiva estable y descartar un recorte ya que apreciaba la posibilidad de una política económica continuista en un hipotético nuevo Gobierno del PSOE que, finalmente, no ha sido posible.

Moody's prevé publicar su nuevo informe de calificación de la deuda pública española el 15 de noviembre (cinco días después de una hipotética convocatoria electoral, si no se logra un acuerdo de Gobierno). Moody’s se mantiene como la más pesimista de las grandes agencias de calificación. En febrero pasado mantuvo su rating de ‘Baa1’ para la deuda pública española tras descartar entonces una aceleración del crecimiento económico o del saneamiento de la cuentas públicas y no apreciar una resolución de la incertidumbre política, particularmente en el caso de las tensiones con Catalunya. Después, no ha descartado incluso acometer una posible rebaja del rating de España en su revisión de noviembre en función de una posible reversión de las reformas laboral y de pensiones.

Recientemente, la agencia japonesa R&I R&I elevó un escalón su calificación sobre la deuda española, pasando de ‘A-‘ a ‘A’, por el “sólido” crecimiento de la economía española y las mejoras de la posición fiscal, del sector exterior y del sistema financiero

Evolución de los índices

España perdió la  la matrícula de honor de la deuda pública que supone la 'triple A' en enero del 2009 y tocó suelo en octubre del 2012. 

Durante la crisis europea de la deuda, S&P llegó a rebajar la calificación de la deuda pública española hasta la nota de BBB-, un escalón por encima del grado de especulación o ‘bono basura’.

Desde entonces ha empezado a subir lentamente algunos escalones y por primera vez en enero del 2018 una de las tres grandes agencias –Fitch- devolvió la deuda española al terreno de la letra (A-).

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