LA COYUNTURA

El BCE eleva su preocupación sobre la economía europea

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Rosa María Sánchez

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La preocupación del Banco Central Europeo (BCE) por la desaceleración de la actividad económica en la zona euro va en aumento y ya no se disimula. El BCE ha publicado este jueves las actas que dan cuenta de los debates internos en la última reunión de su consejo de gobierno -el 24 y 25 de julio- y en ellas se muestra  con toda claridad el temor de la autoridad monetaria a una desaceleración mayor de la economía y su determinación para adoptar nuevas medidas de estímulo en septiembre para impulsar la actividad a base de bajos tipos de interés.

 "La incertidumbre ha aumentado en los últimos meses". "El debilitamiento del crecimiento mundial y del comercio internacinal están pesando sobre las perspectivas de la zona euro, al tiempo que el prolongamiento de las incertidumbres continúa erosionando la confianza empresarial, especialmente en el sector de la industria". "Ha aumentado la posibilidad de que la desaceleración económica o el 'bache' que surgió el año pasado sea  más prolongado de lo que se había anticipado" y la recuperación que se esperaba para el segundo semestre del 2019 cada vez es más dudosa.

Estas son algunas de las preocupantes afirmaciones que el economista jefe del BCE, Philip Lane, dejó en la mesa del consejo de gobierno de la autoridad monetaria el pasado julio.

El concepto de "riesgo a la baja" aparece 19 veces en las siete páginas que ocupa el texto de las actas, vinculado a factores geopolíticos como el proteccionismo comercial, el 'brexit', la desaceleración de la economía china o la vulnerabilidad de los mercados emergentes.

Once veces se repite en las actas la palabra "incertidumbre". Otras diez veces figura la palabra "comercio" para hacer referencia, sobre todo, al impacto negativo de las tensiones internacionales sobre el crecimiento mundial y europeo. Las referencias a la "industria" se repiten en una docena de ocasiones recogiendo así el diagnóstico del BCE sobre el principal foco actual de debilidad en la economía europea

España, al menos de momento, permanece un poco al margen del foco de las preocupaciones europeas. La economía española sigue creciendo por encima de la media y se suceden las revisiones al alza por parte de organismos nacionales e internacionales (como el FMI o la CE). Sin embargo, aunque de forma más suave, la desaceleración española también está en marcha y la erosión de la industria y las exportaciones cada vez es más evidente. 

Inevitable riesgo de contagio

"El BCE está preocupado. Este es probablemente el mensaje principal de las actas de la reunión de julio", afirma Carsten Brzeski, economista jefe de ING Alemania, tras apreciar un mayor pesimismo en el análisis económico del organismo.

Existe un interesante párrafo en la actas sobre la última reunión del BCE en el que se hace referencia a la "dicotomía" existente entre la actual debilidad de la industria en un gran número de países de la zona euro y la fortaleza de la construcción y los servicios. Este "dicotomía", según los miembros del consejo de gobierno del BCE, refleja la que a su vez existe entre "un débil crecimiento de las exportaciones" (que impacta negativamente en la industria, con especial incidencia en la automovilística) y "un crecimiento más sólido del consumo y de la inversión residencial", vinculado a la mejora del empleo y de los salarios que se observa con carácter general en toda la eurozona. "Lo que preocupa es que esta dicotomía no va a durar siempre y que antes o después la debilidad de la industria se puede contagiar" a los servicios y al resto de la economía.

"Si bien la debilidad en la industria se ha manifestado en algunos de los mayores países de la eurozona, la interconexión de las cadenas de valor implica un amplio riesgo de propagación (de la debilidad) a toda la economía". En particular, el contagio a los servicios se considera "inevitable".

Medidas de estímulo

Todo este sombrío panorama acabó afianzando en el consejo de gobierno de julio la necesidad de adoptar nuevas medidas de estímulo que se anunciará en septiembre.

En primer lugar se acordó lanzar un mensaje claro de que los tipos de interés se mantendrán en el nivel actual o "en niveles inferiores" al menos hasta el primer semestre del 2020. 

En segundo lugar, se acordó diseñar un "paquete" completo de estímulos para reactivar la economía (en vez de llevar a cabo una secuencia de acciones aisladas) actuando sobre tipos de interés, acciones para mitigar los perjuicios de los tipos negativos sobre los bancos y distintas modalidades para retomar el programa de compra de deuda pública y privada en la eurozona.

También se debatió la conveniencia de revisar el actual objetivo de inflación del BCE (una tasa cercana, por debajo, al 2%)

Según el BCE, la eficacia de estas medidas será mayor si los gobiernos hacen uso de la política económica para aumentar el gasto público en los países en los que sea posible (en una clara alusión a Alemania) o para adoptar "reformas estructurales" que permitan aumentar "el crecimiento potencial a medio plazo". Para los países con mayor nivel de deuda, como España, el BCE recomienda reconstruir "colchones fiscales" ante un posible empeoramiento de la situación.

La Fed elude dar pistas sobre futuros recortes de tipos

<span style="font-family: PTSerif-Regular; font-size: 1.6rem;">Según las actas de la reunión de la Fed del mes de julio, publicadas este miércoles, el recorte de los tipos de interés, que se encuentran actualmente en el rango de entre el 2 % y el 2,25 %, fue un "ajuste de mitad de ciclo". Con esta expresión se evitó confirmar si se trató del comienzo de un ciclo prolongado de reducción de tipos que suele adoptar el banco central en momentos de recesión o en los que se espera una desaceleración continuada. </span>