El BBVA admite que el 'caso Villarejo' afecta a su reputación pero no al negocio

La vinculación del BBVA con el excomisario Villarejo, que ha llevado a la entidad a ser imputada por tres delitos en la Audiencia Nacional, no está pasando factura por el momento al negocio y la cotización bursátil del banco, pero sí a su imagen, según ha admitido este miércoles el banco. "No nos gusta aparecer en los medios de comunicación a diario. Evidentemente tiene un impacto reputacional", ha reconocido su consejero delegado, Onur Genç, antes de añadir que el grupo lo está tratando de gestionar colaborando con la justicia. "No vamos a hacer nada que pueda entorpecer la investigación judicial", ha sostenido pese a no aclarar si el grupo recurrirá su imputación.

El ejecutivo turco, nombrado a finales del año pasado, ha asegurado que los gestores del banco están centrados en el negocio y ha destacado que los analistas no le han hecho ninguna pregunta sobre el caso durante la presentación de los resultados del primer semestre. Tampoco los grandes inversores institucionales, ha sostenido, muestran "ninguna preocupación significativa". Sin embargo, ha admitido que es un asunto que aparece en su "diálogo constante" con los supervisores (el Banco Central Europeo y el Banco de España) y que tiene un impacto "a largo plazo" en los empleados y los clientes.

Cumplir la ley

Frente a ello, el número dos de Carlos Torres Vila ha defendido que el BBVA es una "organización basada en los valores" y con un "firme compromiso en aclarar los hechos y cumplir con la ley". En este sentido, ha asegurado que el banco ha trasladado a la justicia los principales hallazgos de la investigación externa ('forensic') que encargó a Uría, Garrigues y PwC y que, a su juicio, se ha completado en un tiempo récord, pese a haberse iniciado en enero, habida cuenta del elevado volumen de documentación revisado. El análisis, ha puntualizado, está "básicamente completado", pero se podrían abrir nuevas líneas de investigación en función de los hallazgos de la causa judicial. De momento, ha añadido, el banco no ha hecho ninguna provisión para afrontar posibles penas económicas. 

También ha apuntado que la entidad ha tomado y tomará "medidas" en base a "hechos constatados", como reforzar "claramente" sus procesos de internos y prácticas de gobierno corporativo. Sin embargo, no ha querido comentar si la destitución este lunes del responsable de control interno, Eduardo Arbizu, ha tenido relación con ello. Tampoco ha valorado el cese de Antonio Béjar como presidente de Distrito Castellana Norte (la promotora de la conocida como Operación Chamartín, cuyo principal accionista es el BBVA) y su posible reincorporación al banco: "No hablamos de personas individuales". En cambio, sí ha asegurado que el expresidente Francisco González no conserva "ningún privilegio" desde que dejó la presidencia de honor del grupo, salvo la seguridad.

Economía a la baja

El BBVA ganó 2.442 millones de euros entre enero y junio, un 3,3% menos que en el mismo periodo del año anterior. La caída del resultado se debió al aumento de las provisiones para afrontar pérdidas, sobre todo por el deterioro económico de Estados Unidos, Turquía y México (10,6%) y al menor resultado obtenido por la venta de deuda pública (-22%), así como al efecto comparativo provocado por la venta de la filial de Chile el año pasado, que por tanto ya no aporta al beneficio como sí lo hacía en el primer semestre del 2018. En cambio, la venta de una cartera de créditos hipotecarios dudosos y fallidos en España aportó 130 millones al beneficio. Como sus competidores, Genç ha apuntado que el banco ampliará las empresas a las que cobra por los depósitos ante la bajada de tipos que prepara el BCE, pero ha negado que vaya a penalizar los ahorros de los clientes particulares.

Por áreas de negocio, durante los seis primeros meses del año España generó 734 millones de euros, Estados Unidos aportó 297 millones, México registró 1.287 millones de beneficio, Turquía contribuyó con 282 millones, América del Sur con 404 millones y resto de la las regiones euroasiáticas con 55 millones. El banco logró mejorar sus ingresos básicos un 4,6%, hasta los 8.987 millones. La caída de las comisiones (0,4%) y sobre todo del resultado de la venta de deuda pública (22%) hizo que el alza del margen bruto se quedase en el 1,1%. La caída de los gastos (0,4%) le permitió elevar el margen neto con más fuerza, el 2,5%. Pero el fuerte incremento de las provisiones (10,6%) provocó que el resultado antes de impuestos bajase el 5,4%).