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El FMI libra a España del deterioro económico global

Trabajadores de Nissan de la planta de Sunderland.

Trabajadores de Nissan de la planta de Sunderland. / periodico

Agustí Sala

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Ni la guerra comercial de EEUU y China en el exterior ni la falta de Gobierno y de Presupuestos pueden, por ahora, con la economía española. En medio de un deterioro de las perspectivas globales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado hasta el 2,3 % la previsión de crecimiento de la economía española para este año, dos décimas más que en su informe de abril.

Esta evolución, que supone cierta ralentización del 2,6% del 2018, mantiene a España al frente de la eurozona, con una estimación de alza del PIB un punto superior, según la actualización de datos presentada ayer. La revisión al alza refleja, según el FMI, la evolución positiva de la inversión y la debilidad de las importaciones desde el comienzo de este ejercicio.

El pronóstico es calcado a la reciente revisión al alza llevada a cabo por la Comisión Europea, que también situó en el 2,3% el crecimiento del PIB español para este año, dos décimas más de lo previsto por esta misma institución tres meses atrás. Entre las grandes economías avanzadas, solo EEUU, con el 2,9% este año,  va a crecer más, según el Fondo.

 «España lo está haciendo muy bien, especialmente cuando la comparamos con la media de la zona del euro», explicó la economista jefe del FMI, Gita Gopinath en una entrevista con Efe. Según Gopinath, la economía española «está teniendo mejores resultados que la media de la Unión Europea (UE)». «Es ciertamente una economía más fuerte ahora», insistió.

Revisión al alza

Ante estos pronósticos, la ministra de Economía en funciones y posible candidata a sustuir a Christine Lagarde al frente del FMI, Nadia Calviño, anunció que revisarán al alza las previsiones del Gobierno, situadas para este año en el 2,2%. Ayer mismo, el departamento de Calviño consideró que, con esta decisión, el FMI certifica la «fortaleza» de la economía española y la consideró «especialmente significativa» ante la desaceleración de la actividad económica global.

Para el próximo ejercicio, el FMI mantiene en el 1,9% la previsión de crecimiento de España, lo que supone una tendencia a la ralentización como prevén el resto de organismos que hacen estimaciones sobre el crecimiento. Según el FMI, la zona del euro crecerá este año un 1,3%, el mismo dato que en abril, y un 1,6 % en 2020, una décima más que en el pronóstico anterior. Dentro de este bloque destaca la rebaja en una décima en la previsión de crecimiento en Alemania este año, hasta el 0,7%, pero un alza hasta el 1,7% en el 2020.

El crecimiento mundial baja una décima con respecto a lo estimado en abril, al situarse en el 3,2% este año y en el 3,5% el que viene. Aunque se trate de una revisión moderada se suma a otras importantes a la baja realizadas antes, según el propio FMI.

Economías emergentes

La menor velocidad de crucero de este año se debe «a sorpresas negativas en el crecimiento de economías de mercados emergentes y en desarrollo, que neutralizan las sopresas positivas registradas en algunas economías avanzadas», según destaca el organismo financiero.

El FMI recuerda que cerca del 70% del aumento en el 2019 y el 2020 «depende de que el crecimiento mejore en las economías  de mercados emergentes y en desarrollo que están somnetidas a tensiones, lo que implica un alto grado de incertidumbre».

La guerra comercial entre EEUU y China, la incertidumbre generada por el ‘brexit’ y la tensiones que afectan al precio de la energía son los principales factores que ralentizan el dinamismo económico. Este escenario de moderación del crecimiento, según el organismo multilateral, también está relacionado con el efecto que tienen las amenazas de sanciones por parte de EEUU a la cadena de producción tecnológica mundial. 

El Fondo considera apremiante resolver rápidamente la incertidumbre sobre los acuerdos comerciales, como los que puedan derivarse de la salida del Reino Unido de la UE, una de las variables que más pueden afectar al crecimiento.

El FMI asume un brexit ordenado seguido de una transición gradual al nuevo régimen, aunque señala que la forma definitiva de la salida de la UE sigue siendo muy incierta.