ACUERDO CON FERROCARRILS

ICL duplicará la sal y potasa transportada en tren del Bages al puerto de BCN

La montaña de residuos salinos de El Cogull, en Sallent, fruto de décadas de actividad minera.

La montaña de residuos salinos de El Cogull, en Sallent, fruto de décadas de actividad minera. / periodico

Eduardo López Alonso

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Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) y la productora de sal y potasa ICL Iberia han firmado este viernes un nuevo convenio que duplicará el volumen de minerales transportados en tren y reducirá el transporte por carretera, con 86.000 vehículos menos por año, según cálculos de la empresa.

El convenio firmado, que durará 30 años, aumenta el número de trenes de mercancías entre la comarca barcelonesa del Bages y el puerto de Barcelona y permitirá transportar hasta dos millones de toneladas de estos minerales anualmente. Con este convenio se pasará de los tres trenes de 21 vagones diarios que circulan cinco días a la semana a cuatro trenes de 21 vagones los siete días de la semana.

Esta nueva frecuencia se pondrá en marcha cuando esté inaugurada la nueva terminal que la multinacional israelí ICL está construyendo en el puerto de Barcelona.  El consejero delegado de ICL Iberia, Carles Aleman, ha destacado que "este es un acuerdo estratégico para la compañía porque nos permitirá incrementar de forma eficiente y ágil la cantidad de productos que transportamos en ferrocarril hasta el puerto". Aleman ha añadido que "permitirá disminuir la circulación de vehículos por carretera, así como la correspondiente disminución de emisiones de dióxido de carbono".

Inversión logística

ICL Iberia Súria&Sallent es la única empresa productora de sal y potasa en España procedentes de las minas de la comarca del Bages. Con una inversión comprometida de 77,3 millones de euros, la transformación portuaria derivada de la actividad industrial del Bages y sus minas es una de las inversiones logísticas en marcha más importantes de Catalunya.

Esas obras incluyen un muelle de más de 400 metros de longitud y 14 metros de calado, dos grúas de 52 metros de altura, dos almacenes que ocupan 22.000 metros cuadrados y una terminal ferroviaria de cuatro vías con capacidad para trenes de 24 vagones. La nueva terminal de ICL tendrá una superficie total de 80.500 metros cuadrados y una capacidad de carga anual en barcos de cuatro millones de toneladas.

Restauración

Paralelamente a esta inversión, ICL se ha comprometido a la restauración progresiva del depósito salino del Cogulló, puesto en marcha en 1977 para acumular  los desechos salinos de la extracción de potasas. El cierre del depósito comporta la purificación del material salino almacenado vendiéndolo como producto.

Se prevé que los trabajos de restauración de este depósito duren 46 años. Antes de afrontar el problema del Cogulló se iniciará el plan de limpieza de la Botjosa, otro depósito salino anterior al del Cogulló, inactivo desde los años 70 y que ICL también se comprometió a 'deconstruir' y cuya rehabilitación supondrá al menos cinco años de trabajo. 

El trato político con ICL

ICL siempre ha sido considerada una de las empresas favoritas de los gobiernos convergentes, especialmente del entonces presidente Artur Mas que abrió la puerta para que la firma incrementase la explotación de potasas catalanas. Pero por cada tonelada de potasa se generan tres toneladas de residuos de sal altamente contaminantes, por lo que ICL se comprometió a cambio del incremento de producción de potasas a la reducción de las montañas de sal ya acumuladas. Pero los planes de descontaminación se desarrollan lentamente y la sal de desechos no ha alcanzado la calidad esperada para su comercialización idónea, salvo como descongelante de carreteras.