sector financiero

Los bancos españoles han aportado ya 3.500 millones al Fondo Único de Resolución

Las 101 entidades financieras incluidas en el ámbito del FUR han contribuido este año con 708 millones

La sede central del Banco Santander, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.

La sede central del Banco Santander, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte.

El Periódico

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La Junta Única de Resolución ha recaudado por parte de las entidades españolas 708 millones de euros en contribuciones al Fondo Único de Resolución (FUR) correspondientes al ejercicio 2019, con lo que su aportación total desde 2015 asciende a 3.500 millones de euros. Según la informado el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, las contribuciones recaudadas por las 101 entidades españolas incluidas en el ámbito del FUR han ascendido a 708 millones en 2019, frente a los 735 millones de un año antes.

En total, este año el FUR recaudó 7.800 millones de euros de 3.186 bancos y empresas de servicios de inversión a través de las Autoridades Nacionales de Resolución, lo que arroja un total acumulado de casi 33.000 millones de euros.

El FUR, cuyos fondos se destinarían a la resolución de entidades financieras en determinadas circunstancias, deberá alcanzar al menos el 1% de los depósitos cubiertos de los Estados miembros que integran el Mecanismo Único de Resolución para finales de 2023. En la actualidad, el 1% de los depósitos cubiertos asciende a 57.800 millones de euros, aproximadamente, y se estima que alcance los 60.000 millones a finales de 2023.

Durante este periodo transitorio, las contribuciones de las entidades de cada país están asignadas a diferentes compartimentos nacionales, cuyo uso está sujeto a la progresiva mutualización entre todos los Estados participantes de la zona euro, de manera que dejarán de existir al final de dicho periodo transitorio.

Para alcanzar el objetivo señalado, las entidades realizan contribuciones ex ante anualmente, que se calculan sobre la base general de los pasivos de las instituciones, excluyendo los fondos propios y los depósitos cubiertos. La base general se ajusta posteriormente en función del perfil de riesgo de cada entidad.

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